Página 145 - Parque Natural del Estrecho definitivo

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“Prefiero pasar mi vida cerca de los pájaros
que desperdiciarla deseando tener alas”
House
POR AIRE
La pasa del estrecho
Este planeta cuenta con unos 70.000 millones de suspiros de alivio. Ese es el montante de las aves a las que sostiene el aire y que nosotros
intentamos sostener con nuestras miradas admiradas, nuestros estudios y nuestros compromisos.
No menos de una tercera parte de las mismas, es decir 25.000 millones, han consolidado, en sus propias morfologías y en sus patrones de
conducta, la destreza más proeza de la historia de la vida. También resulta la más estética. Su bella libertad es una secuela del necesitar
vivir siempre en primavera. Por eso la persiguen allá donde vayan. Por iguales motivos se han convertido en los Nómadas del Viento y son
los indiscutibles protagonistas, no solo de la recordada película, sino también del espectáculo natural más intenso que se pueda contemplar
en este planeta.
De pocas, o ninguna otra forma, conviene definir a la odisea de las odiseas, a esta capacidad de recorrer miles y miles de kilómetros con
los mejores porcentajes de eficiencia energética conocidos, con los sistemas de orientación más fiables, con las concentraciones de verte-
brados más numerosas, tras las de algunos peces, y con la más sencilla y emocionante prestancia. Conviene recordar que las pasas migra-
torias resultan espectacular espectáculo por el sencillo motivo de que es fácil contemplarlas. No menos porque son imponentes maniobras
veleras y porque un ave en vuelo es arte, como corresponde a quienes son hijas de la transparencia. Todo eso sucede aquí en el Estrecho
de Gibraltar, uno de los puntos del planeta donde más y mejor se puede asistir a la abolición de las fronteras, a que la realidad supere a
la fantasía y a la pacífica victoria de lo frágil.
Joaquín Araújo Ponciano
Periodista y comunicador ambiental