"Con el corazón en la mano. Anatomía y juicio"

Comisario: Fernando Castro Flórez
Espacio: Museo de Málaga
Fechas: Del 3 de julio al 21 de septiembre de 2025
Producción: Instituto Andaluz de Artes Plásticas y Visuales. Agencia Andaluza de Instituciones Culturales.
La exposición “Con el corazón en la mano. Anatomía y juicio”, comisariada por Fernando Castro Flórez, plantea una revisión del arte andaluz contemporáneo tomando como “pretexto visual” el cuadro de Enrique Simonet “¡Y tenía corazón!” (un depósito del Museo del Prado en el Museo de Bellas Artes de Málaga). Esa obra presenta la impresionante escena de un médico que sostiene en la mano el corazón de una mujer a la que acaba de practicar la autopsia. Los estratos hermenéuticos y los prejuicios se acumulan en torno a esa pintura que puede servir para realizar una “lección de anatomía” (metafórica) o un juicio (deliberadamente) parcial sobre un contexto artístico tan fecundo como es el de la contemporaneidad en Andalucía.
Más allá de la “enfermedad histórica” o del apropiacionismo postmoderno, la intención principal de esta exposición es la de ofrecer una perspectiva, nada dogmática, sobre una serie de artistas que tienen trayectorias contrastadas en campos creativos diversos. Desde la pintura o el dibujo a la escultura o la instalación, del vídeo a la fotografía o el performance, se toman en consideración en esta propuesta curatorial que no pretende en ningún caso ofrecer una cartografía de lo que sucede artísticamente en Andalucía. Sabemos de sobre que, como apuntara Borges, “el mapa no es el territorio” y, así, lo que formulamos, con las obras de los artistas seleccionados, es una serie de trayectos singulares e intensos sin afán de exhaustividad.
Los artistas invitados a participar en la muestra “Con el corazón en la mano. Anatomía y juicio” son: Ángeles Agrela, Jesús Zurita, Santiago Ydáñez, Abraham Lacalle, Mar García Ranedo, María Cañas, Cristina Mejías, Nacho Criado, Juan Francisco Casas, Verónica Ruth Frías, Marina Vargas, Javier Garcerá, Paco Pomet, María Ángeles Díaz Barbado, Elo Vega, Pilar Albarracín, Fernando Baena, Cintia G. Reyes, Isidro López-Aparicio y Carlos Aires. Veinte artistas andaluces o vinculados profesionalmente con Andalucía que tienen, en cierto sentido, actitudes de “anatomistas” del proceso artístico. La obra de Simonet de 1890 funcionara, en cierto sentido, como un marco interpretativo o una escenografía teatral decimonónica para replantear los problemas de la representación contemporáneos. Para esta exposición se han seleccionado obras de todos estos artistas y algunos de ellos han realizado obras ex profeso.
En esta exposición retorna (obsesivamente y con la energía de la pervivencia de las imágenes en clave warburgiana) esa autopsia de Simonet que ha terminado por tener, como título “popular”, la patriarcal expresión de “Y tenía corazón” con esa asociación de la mujer muerta con “la mala vida”. La meditación del anatomista supone, de suyo, una sublimación de la desgracia y, al mismo tiempo, una denigración de la mujer. La mujer muerta del cuadro de Simonet ha sido, desde hace décadas, “diseccionada” como una prostituta. Junto al cadáver de la mujer el doctor encarna la figura de la “dignidad”, la seriedad meditativa frente a la sensualidad “abierta”; un hombre que observa/domina (incluso muerta) a una mujer que, en el proyecto del “progreso científico” había sido considerada como “el lado salvaje de la naturaleza”.
El aislamiento y la repetición representan deseos inconscientes de desviar la atención de los placeres identificados con los objetos reprimidos. El objeto, el pre-texto visual de esta exposición que alude a una anatomía (contemporánea) y a un juicio (atravesado por la historia y determinado por el contexto) es un reencuentro, una escena inquietante (familiar y extraña en el sentido freudiano): una mujer muerta y diseccionada o (en el caso de la serie de la serie Historia de Nastagio degli Onesti de Botticelli, analizada por Georges Didi-Huberman en el libro Venus rajada) esa otra perseguida por un caballero y sus enormes perros a través de un pinar, desnuda y finalmente asesinada, una cruel visión. No era (ni mucho menos) nada. Como nos recuerda Elo Vega en la obra con la que se cierra el recorrido de esta muestra: Y tenía razón.
En buena medida, esta exposición, eludiendo criterios generacionales o disciplinares, tiene carácter ensayístico, ofreciendo constelaciones o tramas de sentido sin imponer una lectura académica o cerrada. Desde la “versiones” que reconsideran el “pretexto visual” de Simonet hasta obras que ofrecen otras “disecciones” estéticas, se despliegan trayectos para que el espectador complete esta muestra en la que todo (por supuesto, el juicio a la postre) está abierto. Con motivo de la muestra se publicará un catálogo con textos del comisario, Ada Naval y Pedro Alberto Cruz.