Introducción
Los Planes de Lucha Integrada son protocolos de trabajo en los que se indica, de forma fundamentada y comprobada, el procedimiento a seguir para el control de la plaga de la forma más eficiente y con el menor perjuicio del equilibrio biológico. Cumplen con los requisitos de la Gestión Integrada de Plagas ya que suponen el examen cuidadoso de los métodos de protección disponibles y la posterior integración de las acciones de manera que se evite la aparición de nuevos brotes, contando además con un seguimiento del posible organismo objeto de control. Todo ello con un mínimo empleo de fitosanitarios y valorando los riesgos sobre la salud y el medio ambiente derivados de las actuaciones realizadas. Se establece sobre criterios técnicos y científicos referentes a la ecología, la plaga, sus huéspedes, el ecosistema en el que se desarrolla y las medidas de control.
Finalmente, minimiza el coste económico de su control, al determinar de manera objetiva las zonas de actuación, reduciendo la superficie tratada a aquellas zonas que realmente lo necesitan.
Hay Planes de Lucha Integrada sobre las principales amenazas del arbolado andaluz:
Plan de Lucha Integrada contra procesionaria del pino
La procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) es la plaga más importante de los pinares andaluces tanto por su repercusión social como por la superficie potencial sobre la que puede actuar. Por un lado provoca la defoliación del pino, favoreciendo la acción negativa de otros agentes nocivos, reduciendo el crecimiento y causando un desarrollo anormal del árbol en años sucesivos. Puede llegar a constituir una amenaza para la supervivencia del pinar o un obstáculo para el establecimiento de una masa en estado de repoblado en casos de infestaciones continuadas y condicionar la producción de piñas por las defoliaciones.
El Plan de Lucha Integrada contra la procesionaria supone el seguimiento de más de 750.000 ha de pinar, organizadas en unos 4.500 rodales. Con esta información se elaboran propuestas de actuación en aquellos bloques donde se considera necesario. Las medidas de control de procesionaria contempladas son: tratamientos aéreos ULV, terrestres con cañón, terrestres manuales con mochila, colocación de trampas de feromona y colocación de nidales para aves insectívoras y quirópteros.
Plan de Lucha Integrada contra Lagarta peluda
La lagarta peluda (Lymantria dispar) es un defoliador muy voraz de frondosas, especialmente de especies del género Quercus (encinas y alcornoques principalmente). Posee un ciclo plurianual en el que alterna campañas en las que no provoca daños con otras en las que sufre una espectacular explosión demográfica. Las defoliaciones al inicio de la brotación reducen la producción de bellota y, en el caso de ser muy intensas, afectan a la calidad del corcho al producir el defecto de “exfoliación” y debilitan al arbolado.
El Plan de Lucha Integrada contra la lagarta peluda ha permitido evitar la aparición de grandes zonas defoliadas, reduciendo la duración de la etapa más dañina y, por tanto, protegiendo la montanera, el aprovechamiento del corcho y el vigor del arbolado.
La recogida anual de información en las más de 160.000 ha de encinas y alcornoque, determinando zonas de puestas y defoliadas, y el empleo de trampas de feromonas permite anticipar el comportamiento de la lagarta y programar las actuaciones necesarias, siempre con carácter preventivo. Las medidas de control que contempla el Plan de Lucha Integrada son: tratamientos aéreos ULV, terrestres con cañón, colocación de trampas de feromona y la colocación de nidales para el fomento de poblaciones de aves insectívoras.
Plan de Lucha Integrada contra insectos perforadores del pino
El objetivo fundamental del Plan de Lucha Integrada contra Perforadores es mantener el control de las poblaciones de insectos floeófoagos y evitar el surgimiento de plagas, que ocasionen daños de lenta recuperación en masas arboladas o que alteren la persistencia y estabilidad de las mismas.
Con la denominación de perforadores de coníferas se engloba un grupo de insectos que realizan una parte de su ciclo vital a expensas de los tejidos vivos de árboles debilitados, heridos o recientemente abatidos, para lo cual tienen que penetrar en el interior de las partes vivas del árbol. Este conjunto de especies puede adquirir la categoría de plaga en masas de coníferas cuando las condiciones climáticas, poblacionales, de vigor del arbolado y limpieza del monte les son propicias. La gran mayoría de estas especies pertenecen a los coleópteros de la familia Scolytidae, si bien pueden encontrarse ejemplares pertenecientes a las familias Curculionidae y Platypodidae.
En el escenario actual, donde los pinares presentan un déficit de gestión importante y se encuentran sometidos a condiciones de vegetación alejadas de su óptimo, son una de las amenazas más importantes de estos montes por el escaso vigor que presentan. La elevada densidad y la deficiente calidad de estación son dos de los principales factores que se relacionan con la aparición de daños por insectos perforadores.
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