Puente "El Guardián del Castillo" en Alcalá de Guadaíra
La prolongación del Vial de Zacatín en Alcalá de Guadaíra es una ronda norte-sur que evita la travesía por el casco urbano, lo que repercute en la seguridad vial de la carretera, con una mayor comodidad para los vecinos del municipio y una reducción de los tiempos de desplazamiento para los conductores. La infraestructura, con una longitud total de 2.900 metros, arranca en una glorieta sobre la carretera A-8033 y desciende hacia el río Guadaíra con una pendiente del 6% para cruzar el río a través del puente "El Guardián del Castillo", de 123 metros de longitud. A continuación, y ya sobre la margen izquierda del río Guadaíra, una serie de desmontes y terraplenes de baja altura conectan esta vía mediante una glorieta con la carretera A-392 de Dos Hermanas a Alcalá de Guadaíra.
El primer tramo es un bulevar de 188 metros de longitud entre la glorieta inicial y el puente sobre el río Guadaíra, con dos calzadas de 7 metros de anchura y dos carriles de 3,5 m de ancho para cada sentido, con un acerado de 2,5 metros de ancho para circulación de peatones. Desde el puente hasta conectar con la A-392, se disponen de dos calzadas con dos carriles de 3,5 metros (cada una), arcenes de 1,5 m y bermas de 0,75 m.
Además de la estructura sobre el río Guadaíra, un paso inferior de 15 m de longitud y 22 m de ancho da continuidad a un camino existente y la construcción de un marco de 7x5 m y 14 m de longitud continuidad a la vía pecuaria Cordel de Pelay Correa.

El elemento más singular de la actuación por su repercusión social es el Puente "el Guardián del Castillo" sobre el río Guadaíra, conocido popularmente como "Puente del Dragón" debido a su forma. Esta solución fue la ganadora de un concurso público, destacando no sólo por resolver técnicamente el paso del río para el vial, sino por el establecimiento de un hilo narrativo con la zona donde se sitúa el castillo almohade al establecer un diseño figurativo.
El puente «El Guardián del Castillo» salva el río Guadaíra en medio de un parque encajado en el fondo del valle que rodea el casco urbano sirviendo de antesala al castillo almohade. Su longitud es de 123 metros distribuidos en cuatro vanos de 18,5 metros los laterales y 43 metros los centrales. Se apoya sobre sendos estribos cerrados de hormigón armado que transmiten la carga al terreno mediante 12 pilotes de hormigón ejecutados «in situ» de 1500 mm de diámetro y 20 metros de longitud. Las pilas se empotran tanto en el arco principal como en el encepado y están formadas por unos macizos de hormigón armado de espesor constante de 1,70 metros y anchura variable desde 1,70 metros en la base a 4,50 m en el empotramiento con él.
Su forma de "dragón" se debe a la estructura modelada con acabado con teselas de cerámica multicolor con aire modernista cercano al estilo de Gaudí. La idea surgió de su autor al imaginar un cuento donde el castillo almohade estaría protegido por el animal fantástico, de ahí su nombre de «guardián del castillo».
Redactado en 2010 y publicado en 2012, la memoria constructiva recopila por fases la construcción de este emblemático puente, incluyendo abundante material gráfico y datos técnicos: