

Autoría: Martina Bogado Duffner, Marie Cavitte, Luke Grant, Ida Strømsø, Wim Thiery, Jack Wakefield
Publica: Save the Children International
Fecha: 7 de mayo de 2025
Este estudio de Save the Children, en colaboración con la Vrije Universiteit Brussel, analiza el impacto del cambio climático en los derechos de la infancia, destacando la exposición de los niños y niñas a fenómenos meteorológicos extremos y la necesidad de proteger sus derechos en este contexto.
El cambio climático está provocando una crisis intergeneracional de los derechos de la niñez. Este informe añade nuevos datos acerca del impacto de los fenómenos climáticos extremos en la niñez y actualiza las recomendaciones de la organización para la acción climática.
Según un nuevo modelo elaborado por la Vrije Universiteit Brussel, se prevé que la niñez nacida en 2020 experimentará niveles sin precedentes de extremos climáticos a lo largo de su vida entre los que se incluyen: olas de calor, pérdidas de cosechas, crecidas fluviales, ciclones tropicales, sequías e incendios forestales. La trayectoria de los compromisos políticos actuales, que apuntan a un aumento de 2,7 °C de la temperatura global para 2100, dibuja un panorama sombrío.
El informe critica la falta de participación de la infancia en la toma de decisiones sobre el cambio climático, a pesar de que son ellos quienes sufrirán las consecuencias más graves. Subraya la urgencia de abordar la crisis climática como una crisis de los derechos de la infancia y llama a la acción para proteger a las generaciones futuras.
Si el mundo cumpliera el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 °C para el año 2100, como establece el Acuerdo de París, uno de cada tres niños y niñas de cinco años -38 millones de niñas y niños- se librará de una exposición “sin precedentes” al calor extremo durante toda su vida.
Save the Children concluye que para frenar los peores impactos de la crisis climática en la infancia es urgente actuar con ambición y justicia: limitar el calentamiento global a 1,5 °C exige eliminar rápidamente los combustibles fósiles y que los países más ricos lideren este camino. Además, impulsar la financiación climática —priorizando todo aquello que afecte a las niñas y niños — . Los próximos compromisos climáticos globales deben garantizar la protección de la infancia mediante inversiones en salud, educación, agua, saneamiento y protección social.