El Consejo de Gobierno ha declarado Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, la Iglesia de Nuestra Señora del Reposo en Campillos (Málaga). En este templo, cuyo proceso de edificación se alargó desde el siglo XVI a principios del XIX, confluyen distintos estilos arquitectónicos con un predominio destacado del neoclásico y del barroco sevillano. Aunque se conservan las trazas originales, su configuración actual es fruto de la remodelación acometida entre los años 1805 y 1821.
La iglesia es de planta rectangular con tres naves, capilla mayor, torre, sacristía y capillas adosadas a la nave del Evangelio. La nave central, delimitada por pilares con arcos de medio punto, está cubierta con bóveda de medio cañón, mientras que las otras dos tienen bóvedas de arista. Adosadas a los pilares se levantan pilastras de orden jónico sobre las que se dispone un entablamento denticulado que recorre horizontalmente los muros de las naves y el presbiterio.
La portada principal, obra del arquitecto Antonio Matías de Figueroa, es el principal elemento barroco del templo. Configurada a modo de retablo, presenta un vano adintelado que en su clave alberga la escultura de la Virgen con el Niño, así como pilastras de fustes semicirculares, entablamento con volutas, mármol bruñido y veteado sobre sus sillares de piedra y una cornisa volada con pináculos en los extremos.
La torre-campanario del templo fue construida en el siglo XVII y remodelada en el siglo XVIII según el estilo barroco sevillano, al que pertenece el cuerpo superior de los cuatro con que cuenta. Los tres primeros están construidos con sillares y el último en ladrillo, con paramento enfoscado y pintado de color ocre, vanos de medio punto para las campanas y, en la zona inferior, un reloj. El conjunto se remata con un chapitel de planta octogonal cubierto de tejas vidriadas azules y blancas.
En cuanto a los bienes muebles que alberga la iglesia, incluidos también en su declaración como Bien de Interés Cultural, sobresalen la imagen de la Virgen del Reposo y el lienzo de la Virgen de la Antigua, ambas obras del siglo XVII.
El entorno de protección establecido alrededor del monumento abarca espacios públicos y privados de las calles San Sebastián, Benito Luna, Real, Santa Ana y Donantes de Sangre, así como de las plazas de España y Gallego Cuéllar.
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