El Consejo de Gobierno ha acordado hoy declarar Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, el Real Convento de Santiago de Vélez-Málaga. Este edificio, construido en el siglo XV sobre una antigua mezquita, conserva su antiguo alminar árabe y diversos elementos mudéjares que conviven con la imagen barroca aportada por las reformas del siglo XVIII.
El convento presenta planta cuadrangular con un claustro en su interior en torno al que se disponen las distintas dependencias. La principal de ellas es la iglesia, compuesta por una nave central y otra lateral adosada en el lado del Evangelio, coro alto con forma abalconada a los pies y presbiterio elevado en la cabecera. Su monumental portada de acceso desde el exterior se configura mediante un gran nicho cóncavo con alzado de dos plantas y cubierto con bóveda de arista. La planta superior acoge un balcón semicircular con antepecho de hierro forjado.
De las cinco capillas de este templo (dos en el lado de la Epístola y tres abiertas a la nave lateral), destaca especialmente la denominada del Buen Pastor por la riqueza de sus yeserías policromadas.
La torre, que aprovecha el antiguo alminar árabe, es de planta cuadrada con un alzado de dos cuerpos. En el inferior, donde se abren pequeños vanos rectangulares que dan luz a la escalera, unas obras recientes han descubierto una decoración de paño de sebka sencillo. El cuerpo superior, añadido en el siglo XVI para albergar las campanas, se remata con una cubierta piramidal de tejas planas vidriadas.
Desde la iglesia se accede al convento a través de un zaguán rectangular y cubierto por un alfarje de madera. El claustro es de planta cuadrada, porticado y con alzado de dos pisos. La parte baja presenta en cada frente cinco arcos de medio punto que descansan sobre pilares ochavados con capiteles troncopiramidales, mientras que la superior tiene galerías descubiertas.
La declaración de Bien de Interés Cultural incluye las diversas obras de arte que alberga el convento, entre ellas una pintura del Ecce Homo fechada en el siglo XVII y una escultura de San Francisco de Asís realizada el siglo pasado por Domingo Sánchez Mesa.
Además de su interés histórico y artístico, el Real Convento de Santiago presenta un relevante valor urbanístico que remite a la época en que estos edificios organizaban grandes parcelas urbanas. Para conservar esta imagen, el decreto de declaración establece también un amplio entorno protegido alrededor del monumento, que abarca espacios públicos y privados de las calles Sillas, Arroyo de San Francisco, Carrera de San Francisco, Pescadería Pública y Lope de Vega, así como de las plazas de Palacio y de San Francisco.
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