LA CAJA ESPECULAR. APRENDIENDO EN LAS SALINAS
Emilio Garrido Castellano.
Resumen
Este estudio tiene como objeto experiencias sobre el papel que el espacio privado y el espacio público juegan en nuestros días y el que ambos deberían jugar en la cultura contemporánea de la Arquitectura, cultura teñida de algo llamado sostenibilidad.
El conjunto de experiencias acumuladas, esa relación de formas de entender el espacio en el proyecto contemporáneo, son los materiales con los que trata de construir lo que denomina Caja especular: “la caja es la mejor forma de aprovechar el espacio, que es lo que el proyecto debe intentar hacer; y es especular porque además construye y es resultado de reflejos”.
Una Arquitectura que se hace llamar sostenible, debería serlo por el espacio, que es lo que le es propio a la Arquitectura, más que por otros aspectos epidérmicos o tecnológicos con los que se muestra en nuestros días.
Propone para ello en su camino algunas herramientas que pueden ser útiles para la construcción de nuestro espacio, en nuestra ciudad, en nuestra casa y en nuestras circunstancias. Las denomina Contrato urbano y balance contable coste-beneficio, para un espacio continuo.
Como elementos del Contrato urbano: Espacio de infraestructura, Espacio progresivo, Espacio cooperativo, Espacio intermedio Espacio de agua, Espacio límite, Espacio vital, espacio de identidad, Espacio para la movilidad Espacio multicapas, Espacio creativo, Espacio complejo.
Formas de composición de materiales: Espacio soporte vacío ante espacio soporte lleno, Caja de la Razón Práctica ante Caja de la Razón Fácil, Caja de la Razón Sensible ante Caja de la Razón Práctica, Mapas del espacio público/privado ante, Espacio dibujado sin mapa Dos formas (lineal/superficial) para construir el espacio, Dos puentes para reconstruir el espacio, Espacio independiente de la escala, Espacio de juego
1. Me comprometo a ayudar siempre que esté en mi mano a cualquier espacio amigo, atender cualquier petición que no se demuestre equivocada por experiencias anteriores, cualquier petición que surja en este grupo de espacios que es la ciudad. De esta manera, asumo voluntariamente una postura activa que permite que los otros sabrán que no están solos y pueden contar conmigo.
2. Asumo que formar parte de esta ciudad es contrario a la actitud generalizada de aceptar la pasividad y la ausencia de empatía con los otros espacios de la ciudad.
Por ello me comprometo en una actitud activa hacia ellos y hacia sus peticiones de ayuda. También asumo las peticiones de ayuda de espacios que no formen parte de lo que actualmente puedo entender como ciudad, siempre que se canalicen a través de ella en circunstancia excepcionales.
3. Al utilizar la ciudad para hacer una petición, quedo en deuda moral con la misma, cara a colaborar en cualquier necesidad de ayuda que pueda surgir a través de ella. De esta manera garantizo a la ciudad y a sus integrantes que soy consciente del valor de lo que han hecho por mi, y en consecuencia, acepto como contrato urbano el hecho de quedar en deuda moral hacia la ciudad y/o su espacio, ya que me han ayudado en la búsqueda de solución al problema que he propuesto.
4. Me comprometo a leer el documento que sentencie el modo de funcionamiento de la ciudad (preguntando lo que no entienda) y a aceptar los trabajos que conlleva pertenecer a la misma (comunicación de peticiones a otros espacios amigos, pensar por mi mismo la solución a cada problema que se presente para presentar mis propias propuestas; a, si dispongo de alguna forma de ayuda, prestarla para mejorar la eficacia de la propia ciudad.