Más del 90% de los ictus que atienden cada año los profesionales del Hospital Universitario Virgen del Rocío podrían prevenirse con un estilo de vida más saludable

La Unidad de Ictus del Hospital Virgen del Rocío es Centro de referencia para Huelva y Sevilla, en el que ingresan cada año a más de 750 pacientes que han sufrido una hemorragia o un infarto cerebral. Mejorar el conocimiento para prevenir ambos tipos de ictus o saber detectarlos a tiempo es una tarea más de los profesionales, quienes hoy han organizado una mesa redonda de información frente a esta enfermedad en el hall del Hospital de Rehabilitación y Traumatología, y así ayudar a la concienciación en el Día Mundial del Ictus.
Gracias a los estudios epidemiológicos, se han podido identificar un gran número de factores de riesgo, entre ellos, hipertensión arterial, diabetes, enfermedades cardiacas (especialmente una arritmia conocida como fibrilación auricular), dislipemia (elevación del colesterol), obesidad y hábitos de vida nocivos: tabaquismo, abuso de alcohol y sedentarismo. Estudios muy recientes señalan que más del 90% de los ictus están en relación directa con los diez factores de riesgo mencionados. Dicho de otra forma, que con la adecuada corrección y tratamiento de los factores de riesgo, se podrían reducir más del 90% de los ictus.
Una de las claves para el éxito en la atención del ictus es la rapidez con la que se detectan sus síntomas iniciales y se contacta con el sistema de emergencias del 061. Es por ello que en la cadena asistencial destinada a esta patología es fundamental la interconexión y coordinación precisa entre los servicios de urgencia extra e intrahospitalarios, mediante el ‘Código Ictus’, diseñado con el fin de una rápida identificación, notificación y traslado de los pacientes a los centros de Ictus.
Las Unidades de Ictus constituyen un recurso asistencial clave para el tratamiento del ictus agudo, ya que disminuyen la probabilidad de muerte o incapacidad en todos los subgrupos de pacientes, y el beneficio se mantiene a largo plazo. A pesar de que la mayoría de los ictus se pueden resolver desde el punto de vista diagnóstico y terapéutico en los centros que disponen de estos servicios, algunos pacientes por su complejidad, gravedad, o por precisar técnicas avanzadas de monitorización, estudio o tratamiento, han de ser derivados a centros de máximo nivel de especialización, conocidos como Centros de Referencia de Ictus o Centros de Ictus. Desde 2016, el Hospital Universitario Virgen del Rocío es Unidad de Referencia para tratamiento del ictus, dando cobertura a las Unidades de Ictus y Equipos de Ictus de las provincias de Sevilla y de Huelva.
El tratamiento del ictus en su fase aguda ha incorporado avances revolucionarios en los últimos años. El beneficio abrumador de la trombectomía, que permite extraer el trombo que provoca el ictus a través de un cateterismo en la fase aguda del ictus, junto con el mejor tratamiento médico (Unidades de Ictus, tratamientos para disolver el trombo como la fibrinolisis intravenosa), ha demostrado aumentar por cuatro las posibilidades de volver a ser independiente.
Como Centro de Referencia de Ictus, un total de 750 pacientes ingresaron en la Unidad de Ictus a lo largo del año pasado. Con respecto a los tratamientos realizados, los especialistas efectuaron 246 trombectomías en pacientes con ictus agudo y otras 124 fibrinolisis intravenosas.
Y hasta la actualidad, en 2018, los profesionales del Hospital Universitario Virgen del Rocío ya han atendido entre 750 y 800 pacientes con Código Ictus, quedando 633 de ellos ingresados en la Unidad de Ictus. Además, han realizado 272 trombectomías, por lo que en el presente año se van a realizar más de 300 trombectomías, más de la mitad que las realizadas en todo Reino Unido en 2016 según datos recientemente publicados en la prestigiosa revista Lancet (editorial del 6 de octubre de 2018).
¿Qué es el ictus?
En la actualidad, el ictus representa la segunda causa de muerte y la primera de discapacidad permanente en los adultos en los países occidentales, siendo la primera causa de mortalidad en España por entidades específicas en las mujeres y la tercera en varones. A pesar de que las posibilidades de padecer esta enfermedad aumentan considerablemente a partir de los 60 o 65 años, ya que con el envejecimiento va incrementándose de forma progresiva la posibilidad de padecerlo, cualquier persona puede padecer un ictus, jóvenes o personas mayores, y aunque hasta este momento se haya disfrutado de una vida plena.
El ictus es un problema sociosanitario de primera magnitud, y de una gran importancia en Salud Pública, pues acontece sobre todo en las edades avanzadas de la vida, y por tanto afectará más a los países más envejecidos. En este sentido, España será uno de esos países más envejecidos del mundo, en unos 10 o 20 años, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La mayoría de los pacientes sufre secuelas tras padecer un ictus. En el 40% de los casos, estas impiden realizar las actividades cotidianas y es el responsable de una gran carga de discapacidad en la comunidad.
Los profesionales estiman que en torno al 5% de los mayores de 65 años del país han tenido un Ictus. En Andalucía, hay entre 14.000 y 15.000 pacientes con ictus al año. El ictus es, ante todo, un problema para la persona que lo sufre pero también, y por extensión, para la unidad familiar.
La atención al ictus implica el desarrollo de un modelo asistencial multidisciplinar que se inicia con el reconocimiento por parte del paciente y familiares del ictus, se sigue de la activación del ‘Código Ictus’, continúa con la atención y el tratamiento en la fase más aguda y la posterior rehabilitación, y finaliza con la prevención secundaria.
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