Sitio de los Dólmenes de Antequera, Patrimonio Mundial de la UNESCO

El 15 de julio de 2016, en la 40.ª sesión del Comité del Patrimonio Mundial celebrada en la ciudad de Estambul, el Sitio de los Dólmenes de Antequera fue declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO, con número de referencia 1501.

Exterior del Dolmen de Menga (fot. Javier Pérez González)

Exterior del dolmen de Menga

El Sitio de los Dólmenes de Antequera que había entrado en la Lista Indicativa del Patrimonio Mundial en 2012, se presenta como un bien cultural en serie formado por tres bienes culturales (los dólmenes de Menga y de Viera y el tholos de El Romeral) y dos bienes naturales (La Peña de los Enamorados y El Torcal de Antequera). Se trata de una de las primeras integraciones conscientes de arquitectura y paisaje monumental de la Prehistoria Europea, derivada de unos pobladores neolíticos cuyo origen se remonta a comienzos del VI milenio ANE. Construidos en el periodo Neolítico y en la Edad del Cobre con grandes bloques de piedra que forman cámaras y espacios con cobertura adintelada (Menga y Viera) o falsa cúpula (El Romeral), los megalitos antequeranos fueron utilizados con fines rituales y funerarios y son reconocidos exponentes del Megalitismo europeo. Las estructuras megalíticas se presentan bajo la apariencia de paisaje natural (enterradas bajo túmulos de tierra), subordinando su orientación a dos monumentos naturales: La Peña de los Enamorados y El Torcal. Ambos constituyen dos hitos visuales indiscutibles del Sitio.

La declaración pone de manifiesto que el bien reúne el Valor Universal Excepcional (VUE) por los siguientes motivos:

  • La magnitud colosal de los megalitos, caracterizada por el uso de grandes bloques de piedra que forman cámaras y espacios con techos adintelados (Menga y Viera) o falsas cúpulas (El Romeral), da fe de la planificación arquitectónica excepcional de aquellos que los construyeron y crearon formas arquitectónicas únicas.
  • La interacción íntima de los monumentos megalíticos con la naturaleza, que se manifiesta en el pozo profundo de Menga y en la orientación de Menga y El Romeral hacia supuestas montañas sagradas (La Peña de los Enamorados y El Torcal), enfatiza la singularidad de este paisaje funerario y ritual prehistórico.
  • Las tres tumbas, con el carácter único de sus diseños y sus diferencias técnicas y formales, son una prueba de la coexistencia de las dos grandes tradiciones arquitectónicas megalíticas de la Península Ibérica, así como de la unión de una variedad de tipologías arquitectónicas, una rica muestra de la diversa arquitectura megalítica funeraria de Europa.

Los criterios por los cuales el Sitio de los Dólmenes de Antequera ha sido inscritos son:

Criterio (i): representar una obra maestra del genio creador humano. Los tres monumentos megalíticos de Antequera se encuentran entre las manifestaciones de la arquitectura megalítica más destacadas y reconocidas universalmente. El ejemplo más representativo es el dolmen de Menga, uno de los de mayores dimensiones -ejemplo de colosalismo y único conocido que presenta pilares interiores-, que lo convierten en una de las cumbres de la arquitectura adintelada en la Prehistoria Reciente europea, cuya grandiosidad radica precisamente en la creación de un espacio interno realmente asombroso que no encuentra paralelismos en el Megalitismo mundial.

El Torcal de Antequera (fot. Moreno Estudio Antequera)

El Torcal de Antequera

Se ha considerado que el número, tamaño, peso y volumen de los bloques de piedra transportados y agrupados en la depresión de Antequera mediante tecnología rudimentaria y las características arquitectónicas de los monumentos que conforman estos tres megalitos convierten a los Dólmenes de Antequera en uno de los trabajos de ingeniería y arquitectura más importantes de la Prehistoria europea y en uno de los exponentes más significativos y reconocidos del megalitismo europeo. Como tal, los dólmenes de Menga y Viera y el tholos de El Romeral representan un excelente ejemplo del genio creador humano.

Criterio (iii): Aportar un testimonio único o por lo menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización que sigue viva o que desapareció. Se ha considerado que el expediente de candidatura proporciona elementos para declarar que el Sitio de los Dólmenes de Antequera ofrece una visión excepcional de las prácticas funerarias y rituales de una sociedad prehistórica altamente organizada del Neolítico y de la Edad del Bronce en la Península Ibérica. Los Dólmenes de Antequera materializan una extraordinaria concepción del paisaje megalítico, siendo exponentes de una auténtica relación con los monumentos naturales a los que están vinculados intrínsecamente.

Diferenciándose de las orientaciones canónicas hacia el amanecer, esta relación muestra las orientaciones anómalas de sus monumentos megalíticos: Menga es el único dolmen en Europa continental que se orienta hacia una montaña antropomorfa como La Peña de los Enamorados; y el tholos de El Romeral, orientado hacia la sierra de El Torcal, es uno de los raros casos en toda la Península Ibérica de orientación a la mitad occidental del cielo. Este criterio toma como fundamento el hecho de que el conjunto formado por los tres monumentos megalíticos y los dos monumentos naturales representa una tradición cultural muy particular que a día de hoy ha desaparecido.

Criterio (iv): Ser un ejemplo sobresaliente de un tipo de construcción, de un conjunto arquitectónico o tecnológico, o de paisaje que ilustra una o más etapas significativas de la historia de la humanidad. Se considera que el expediente de candidatura proporciona elementos para justificarlo, pues el Sitio de los Dólmenes de Antequera constituye un excelente ejemplo de un conjunto monumental megalítico compuesto de tres monumentos megalíticos (los dólmenes de Menga y Viera y el tholos de El Romeral) que son reflejo de una etapa de la historia de la humanidad en la que se construyeron los primeros monumentos ceremoniales en Europa occidental.

Los tres tipos diferentes de arquitectura megalítica que se aprecian en el conjunto dolménico, representativos de las dos grandes tradiciones megalíticas de la Península Ibérica (arquitectura adintelada en el caso de Menga y Viera y la arquitectura de techos de falsa cúpula de El Romeral) y la singular relación entre los dólmenes y el entorno paisajístico de Antequera (los tres monumentos megalíticos están enterrados bajo túmulos de tierra y dos megalitos están orientados hacia los monumentos naturales de La Peña de los Enamorados y El Torcal) ponen de manifiesto la originalidad de este bien, sin lugar a dudas una de las expresiones del megalitismo más importantes a nivel mundial.

La inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial de UNESCO fue recomendada por ICOMOS en su informe de 11 de marzo de 2016, tras consultar a su Comité Científico Internacional de Gestión del Patrimonio Arqueológico y a varios expertos independientes, determinando los criterios de inscripción (i), (iii) y (iv).

Igualmente, ICOMOS hace unas recomendaciones finales de obligado cumplimiento:

  • Finalización del Plan de Protección Especial del Sitio de los Dólmenes de Antequera y revisión del Plan General de Ordenación Urbana para abordar las principales presiones de desarrollo que afectan al bien.
  • Desarrollo de los indicadores de supervisión para evaluar el impacto del desarrollo y el turismo en los atributos del bien en serie.
  • Coordinación de los distintos organismos y planificación de los instrumentos que forman parte de la gestión de cada uno de los elementos que componen el bien, con el objetivo de mejorar su gestión.
  • Integración de una Evaluación del Impacto Patrimonial en el sistema de gestión para asegurar que se evalúen los impactos de todos los programas en el Valor Universal Excepcional del bien.
  • Presentación de un informe sobre la implementación de las recomendaciones anteriormente mencionadas al Centro de Patrimonio Mundial y a ICOMOS antes del 1 de diciembre de 2019.

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