La Junta refuerza la protección cultural del antiguo Colegio Jesuita de San Sebastián de Málaga
Colegio jesuita de San Sebastián de Málaga.
El Consejo de Gobierno ha aprobado el decreto que inscribe en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de Monumento, el antiguo Colegio Jesuita de San Sebastián de Málaga. La norma refuerza la protección legal de uno de los principales conjuntos patrimoniales del casco histórico de la ciudad, al englobar la totalidad del edificio frente a la anterior regulación restringida a la parte denominada ‘El Consulado’ (declarada monumento en 1923) y a la Iglesia del Santo Cristo (1985).
El Colegio de San Sebastián fue construido en el último tercio del siglo XVII sobre un oratorio musulmán transformado en ermita. De estilo barroco, su característica más relevante es la inserción de un templo de planta centralizada circular –la actual Iglesia del Santo Cristo– en el cuadrado del edificio colegial.
El conjunto ha mantenido durante toda su historia la dedicación docente, cultural y religiosa. El colegio se mantuvo activo hasta la expulsión de España de la Compañía de Jesús en 1767. Con posterioridad, fue ocupado por diferentes instituciones a las que se vinculan sus sucesivas reformas. Entre ellas destacan el Real Montepío de Socorro a Cosecheros (1780), el Colegio de Náutica San Telmo (1786), la Escuela de Bellas Artes (1850-1961), las Escuelas Normales de Magisterio (1860) y la Sociedad Malagueña de Ciencias (1877-1973). Actualmente, además de la Iglesia del Santo Cristo, alberga la Sociedad Económica de Amigos del País (desde 1790), el Colegio de Educación Infantil y Primaria ‘Prácticas N-1’ (1961) y el Ateneo de Málaga (1999). En todas estas dependencias se conservan las estructuras originales del antiguo recinto jesuita.
En su aspecto exterior, los elementos más valiosos del conjunto son la fachada del templo, de orden tardo-manierista y acabada en 1642, la portada contigua; la principal del antiguo colegio, reformada hacia finales del siglo XVIII, y la que actualmente se abre a la Plaza de la Constitución, incorporada en la misma época.
La iglesia estaba inicialmente proyectada en planta de cruz latina, de acuerdo con el modelo de Bignonia para el Gesú de Roma, pero las dificultades económicas y de ubicación provocaron su definitivo diseño circular. Los ángulos intermedios del cuadrado en el que se inserta están ocupados por capillas en el piso bajo y por tribunas en el superior. La configuración se completa con la nave y sus ocho pilastras pareadas de orden dórico gigante; el presbiterio, y dos dependencias anejas.
Pinturas murales
El principal valor artístico del templo se debe a las pinturas murales que ornamentan su bóveda, donde se ensalza la idea simbólica del martirio como camino de salvación. Su decoración, trabajada bajo la dirección de Andrés Cortés con alarde de perspectiva y dominio de la luz, arranca de la cornisa generando el ilusionismo de relieve arquitectónico añadido al real de la linterna y los ocho vanos de la estructura. La iconografía se organiza en tres anillos concéntricos en el que se representan sucesivamente ochos mártires varones, nueve santas y una corte de ángeles florales.
En el presbiterio se sitúa el retablo mayor, realizado por Francisco Díez de Ribero entre 1635 y 1637. Primero estuvo dedicado a San Sebastián, después a San Telmo (con la implantación de la Escuela de Náutica en el edificio) y, finalmente, a mediados del siglo XIX, pasó a albergar la imagen del Santo Cristo de la Salud que actualmente da nombre a la iglesia. Otros tres retablos se conservan en las capillas axiales.
En su exterior, el templo presenta una fachada en la que se alternan ladrillos tintados en color almagra con elementos constructivos en relieve de color ocre. Se distribuye en dos cuerpos de altura ordenados mediante pilastras dóricas y vanos con tímpanos triangulares. En la portada principal, de un manierismo sobrio y realizada en piedra, destacan pinturas murales que imitan mármoles y jaspes de color gris.
La torre se eleva junto a la bóveda reducida prácticamente al cuerpo de campanas, ya que su construcción fue frenada a mediados del siglo XVII. Es de planta cuadrada y presenta arcos de medio punto entre pilastras pareadas.
En cuanto al inmueble del antiguo colegio, destacan los dos patios que se han conservado, paralelos a la iglesia y de planta longitudinal. Uno de ellos se corresponde con el primer claustro del noviciado jesuita.
Este sector del edificio se construyó en la segunda mitad del siglo XVII y fue remo-delado posteriormente para convertirlo en casa de balcones, que se alquilaban para la asistencia a los espectáculos de la plaza. Con las nuevas instituciones que ocuparon el inmueble, las escuelas y la casa balcón formaron un mismo inmueble, dotado de una nueva portada barroca en 1782 y sometido a sucesivas transformaciones. La última de ellas fue realizada en 1999 por el arquitecto Carlos Hernández Pezzi en la parte actualmente ocupada por el Ateneo de Málaga.
El decreto de declaración de monumento aprobado hoy incluye la protección de 17 esculturas de santos, todas ellas de estilo barroco y datadas en 1630-1640, y el gran lienzo alegórico de la fundación del Montepío de Cosecheros de Málaga, obra de Joaquín Inza que se conserva en la sede de la Sociedad Económica de Amigos del País.
Finalmente, la norma incluye una zona de protección en torno al monumento, con especial atención a la Plaza de la Constitución y a las calles Compañía y Los Mártires, donde en los últimos años se han llevado a cabo destacados proyectos de rehabilitación y revalorización de inmuebles.
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