Los centros urbanos de 29 ciudades andaluzas luchan contra la despoblación y sus problemas de habitabilidad gracias a las Áreas de Rehabilitación Concertada, una herramienta de intervención integral de carácter autonómico que contempla una inversión global de 1.995 millones para actuar sobre un parque residencial de más de 132.000 viviendas

Los cascos históricos constituyen uno de los principales pilares sobre los que se construye la identidad de cualquier ciudad. Estos enclaves son los depositarios de su patrimonio monumental, histórico y cultural, sin embargo, y pese a esa relevancia, sufren una serie de deficiencias estructurales derivadas, en gran medida, de la transformación que los nuevos procesos urbanos están provocando en la urbe actual, donde el protagonismo se traslada ahora a la periferia, en su conquista de nuevos espacios.

La despoblación, el envejecimiento de sus habitantes, la aparición de especiales problemas residenciales y de habitabilidad, o la pérdida de dinamismo de su actividad comercial constituyen los síntomas más evidentes de esta degradación, que acaba limitando y condicionando la calidad de vida de los ciudadanos de este entorno.

En este contexto en el que la ciudad dispersa avanza, adquieren especial importancia aquellas iniciativas públicas destinadas a afianzar el modelo de urbe compacta, en el que la recuperación de lo ya construido, y por ende la rehabilitación de los centros urbanos son el punto de partida.

Consciente de ello y desde que Andalucía asumió las competencias en materia de vivienda en 1984, la Administración autonómica ha entendido la rehabilitación como una política de intervención prioritaria en sus sucesivos Planes de Vivienda y Suelo. Aunque en los espacios céntricos, dada la complejidad y la especial situación que presentan algunos de estos ámbitos, este tipo de intervención se aplica desde una perspectiva integral, a través de las denominadas Áreas de Rehabilitación Concertada (ARC). Estos instrumentos, capaces de articular diversos programas, que persiguen la revitalización desde lo urbano, a través de las mejoras residenciales y de las condiciones de habitabilidad; pero también desde lo social, lo económico y lo autóctono, con el fin de garantizar a la población residente condiciones de vida dignas.

El trabajo en estos enclaves adquiere, por tanto, un carácter multidisciplinar, que trasciende claramente la mera conservación y mejora de las viviendas existentes, para combinar la labor urbanística y arquitectónica con la acción social.

En la actualidad, esta herramienta de rehabilitación integral se desarrolla en 29 centros históricos de las principales ciudades de Andalucía. Su ejecución, al integrar programas de intervención a largo plazo, supera los límites temporales de los diferentes instrumentos de planificación con los que cuenta la política andaluza de vivienda; así, el actual Plan Concertado de Vivienda y Suelo 2008-2012 continúa con los trabajos de revitalización ya iniciados con anterioridad en esa treintena de ARC.

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La Junta lleva a cabo la rehabilitación integral de una treintena de centros históricos de las principales ciudades andaluzas
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Las ARC proyectadas favorecen a una población cercana a las 290.000 personas y actúan sobre un parque residencial de más de 132.000 viviendas, gracias a una inversión de 1.955 millones de euros, aportados casi al 50% por la Consejería de Vivienda y por el resto de administraciones, fundamentalmente ayuntamientos, e instituciones.

Las primeras iniciativas comenzaron a ponerse en marcha en la década de los noventa, con experiencias como las de Trinidad-Perchel en Málaga o La Chanca en Almería; aunque, quizás, las actividades que se han convertido en la referencia del modelo que se aplica en la actualidad en las ARC son las que se ejecutan sobre el casco histórico de Cádiz, donde la grave situación de las viviendas de los segmentos más populares de la población llevó a la Junta de Andalucía a aprobar en 1999, de manera excepcional mediante Decreto, una serie de medidas especiales y urgentes con el objetivo de mejorar las condiciones de alojamiento de los vecinos residentes en un recinto caracterizado por su gran patrimonio arquitectónico.

Para ello se constituyó una oficina de rehabilitación con autonomía de gestión, se sentaron las bases para colaborar estrechamente con las asociaciones vecinales y se contó con la colaboración de otras administraciones. Hasta este momento, en Cádiz se ha comprometido una inversión que supera los 100 millones de euros, lo que conlleva la rehabilitación de más de 6.600 viviendas.