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Intervención del presidente de la Junta en la XIII Cumbre Andaluza de la Innovación

17/11/2009
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En esta decimotercera Cumbre de la Innovación se ha hablado de investigación, desarrollo e innovación, calidad, formación y excelencia.

Todos ellos son términos que se han incorporado a nuestro vocabulario cotidiano con gran rapidez.

Pero, sobre todo, son los argumentos más poderosos que nos pueden permitir apostar por el futuro de nuestras empresas y de nuestra sociedad.

El presidente de AENOR, Manuel López Cachero, hablaba de que la salida de la crisis (el futuro, en general) pasa por la calidad. Es verdad que la calidad nos aportará la llave que nos sacará de la crisis, pero yo añadiría algo más: nos ayudará a que no se repita ésta o, por lo menos, a que no lo haga una de estas características. Porque ésta es una crisis que precisamente se ha producido más por la especulación que por la producción, y más por dar valor a medios de cambio que por apostar por la calidad, por lo que llamamos hoy sostenibilidad, por el producto bien hecho o por el valor añadido.

Hace algunos años ya que en Andalucía comenzamos a trabajar bajo estos principios, convencidos de que con ellos conseguiríamos adaptar nuestras empresas al mundo abierto, globalizado, incrementar también su competitividad y mejorar la cualificación de nuestro capital humano.

Esta convocatoria y los reconocimientos a las empresas y entidades que hoy les otorga AENOR son, sin duda, buena prueba de lo que les estoy diciendo.

La organización de esta Cumbre pone de manifiesto una nueva conciencia pública y empresarial sobre la necesidad de la innovación como protagonista en la mejora de la productividad y la calidad, como excelencia de producto.

Un reconocimiento que se asocia a garantía y prestigio internacional y contribuye desde el año 2000 a la firme apuesta del Gobierno andaluz por la innovación en una gestión para la calidad y también por la excelencia.

Andalucía es líder en gestión ambiental de calidad, con casi la quinta parte de certificaciones ISO 14001 emitidas en España, y ocupa el segundo puesto del ranking nacional en certificaciones de calidad, con cerca de 4.000.

Este salto cualitativo de nuestras empresas evidencia que el mundo cambia muy rápidamente y nosotros no queremos, porque no podemos, quedarnos atrás. Las crisis conllevan graves dificultades, pero también plantean desafíos, nuevos retos para abordar cambios imprescindibles, cambios que llamamos estructurales, que pueden transformar los retos en oportunidades.

El Gobierno andaluz se ha comprometido con ese reto. Por ello, hemos generado las condiciones necesarias para que los empresarios desarrollen su actividad en el marco del fomento de la innovación, la calidad y la sostenibilidad para favorecer un crecimiento competitivo.

Entre todos debemos consolidar un nuevo modelo económico andaluz más innovador, en el que las empresas sean más competitivas, incrementen su productividad y sean capaces de alcanzar nuevos mercados.

Se trata de profundizar en un proyecto que, lejos de encallarse con la aparición de la crisis, continúa con el trabajo de construir el futuro que queremos para nuestra tierra y nuestras empresas.

Desde su puesta en marcha, el Gobierno andaluz ha priorizado políticas dirigidas a primar la educación y la formación de los futuros profesionales.

A potenciar el conocimiento mediante la investigación; a establecer sólidas conexiones que garanticen la transferencia de los resultados de la investigación al sistema productivo.

A crear espacios y potenciar proyectos comunes entre investigadores y empresarios.

Es decir, a insistir, una y otra vez, en la innovación como ese proceso de mejora continua que ha de convertirse en objetivo prioritario de toda organización.

En Andalucía el entorno que propicia la innovación social y empresarial está constituido por las universidades, la colaboración pública a través de la Red de Espacios Tecnológicos, la Agencia de Innovación y Desarrollo, la Red Territorial de Apoyo a Emprendedores, o experiencias híbridas como la de la Corporación Tecnológica de Andalucía.

Una estructura de equipos de trabajo que se ha respaldado con estímulos económicos dirigidos a la formación de talentos profesionales y a la innovación.

Entre ellos, se encuentran la Sociedad de Capital Riesgo Invercaria; las becas Talentia; los incentivos a Agentes del Sistema Andaluz del Conocimiento; al Desarrollo Energético o a la Innovación y Desarrollo Empresarial.

Todos ellos son instrumentos que han sido redefinidos para dar respuesta a las actuales dificultades financieras, pero sin perder de vista una apuesta de futuro.

De ahí que, en primer lugar, el proyecto de Presupuesto para el próximo año mantenga el esfuerzo inversor y los recursos de apoyo a los sectores productivos, con una dotación de casi 9.000 millones de euros.

A estos, además habría que incorporar otros 750 millones de euros en activos financieros como vía para canalizar fondos hacia el sector empresarial en forma de préstamos reembolsables o de avales.

Mantenemos los activos financieros que impulsamos en el Presupuesto 2009, ampliando el referido a pymes turísticas y comerciales, y ponemos a disposición del tejido productivo andaluz otros nuevos productos.

Se crea un nuevo fondo de impulso al desarrollo empresarial, con incentivos reembolsables para la actividad innovadora y transferencia de tecnología dotado con 204 millones de euros.

Ponemos en marcha un fondo de impulso a la investigación en energías renovables y eficiencia energética de 30 millones de euros; 5 millones para actuaciones en materia de vivienda, y otros 50 millones para el fomento de lo que damos en llamar Andalucía sostenible.

Y, como les decía, pensando en el futuro, mantenemos la apuesta por la I+D+I. Así, aumentan en un 10% los fondos públicos destinados a investigación científica e innovación.

Reafirmamos, pues, nuestro compromiso con el proyecto para construir un desarrollo sostenible para Andalucía, que nos permita cambios en nuestro modelo productivo. Cambios orientados a la mejora de la competitividad de nuestras empresas, pero, sobre todo, que aquí, en Andalucía, hacemos de forma pactada con empresarios y sindicatos. Hoy hemos dado vida a otro nuevo gran acuerdo, el séptimo, de Concertación Social, que precisamente tiene como objetivos los ejes a los que me he venido refiriendo. Ejes para construir una Andalucía sostenible que no consiste solamente en hacer cosas nuevas, sino, sobre todo, en hacer mejor lo que ya sabemos hacer. Ése es el objetivo de la Andalucía sostenible, una mejora de la producción, haciéndola más equitativa, pero sobre todo, más estable, duradera y más de futuro.

Estoy convencido de que este cambio no sólo es posible, sino que además cada día es más tangible. Empresas como las aquí presentes lo confirman.

Hay también otros indicadores que apuntan a que Andalucía ha dado un gran salto, generalizando casos de excelencia en el ámbito español y también global.

Para progresar en este sentido, hay que conseguir mejorar la calidad de los factores productivos con la vista puesta en facilitar un nuevo modelo de desarrollo endógeno.

La economía andaluza muestra una amplia gama de posibilidades y de realizaciones, y además, también muestra ya muchos casos de éxito.

Los indicadores de convergencia nos sitúan como la segunda Comunidad autónoma que obtiene más fondos del Plan Nacional de I+D+I, en concreto más de 150 millones de euros para infraestructuras e I+D+I en Parques Científicos y Tecnológicos.

Somos la segunda comunidad que más ha incrementado el gasto en I+D, y la tercera comunidad en inversión pública y número de personal e investigadores al servicio de la investigación y de la innovación.

Andalucía supera ya el 1% del PIB en inversión realizada en investigación, desarrollo e innovación.

Pero quizás lo más significativo es que existe cada vez más una mayor sinergia entre investigación y empresa.

Andalucía es también la comunidad que mayor crecimiento ha experimentado en la solicitud de patentes y la que más empresas de base tecnológica ha puesto en marcha. Iniciativas creadas a partir precisamente de los resultados de nuestras universidades.

Todavía es necesario impulsar nuevos desarrollos, pero los elementos para la emergencia de una economía andaluza avanzada llevan tiempo presentes en nuestra región, y muchos andaluces son ya protagonistas, son líderes de las dinámicas que se requieren, tal y como ponía de manifiesto hace escasas semanas el Informe de La Caixa sobre la economía andaluza.

Queda mucho por hacer, pero lo importante es que creo que estamos en el camino correcto.

Nuestras empresas, nuestra industria, nuestros investigadores y emprendedores generan cada vez más información de excelencia y calidad que requiere ser conocida, difundida y analizada.

Cada vez son más las empresas que reconocen que en periodos de rápida transformación, la inversión en activos intangibles, conocimiento, ideas, habilidades y capacidades organizativas es rentable y, sobre todo, estratégica.

Invertir en estos activos significa tener mayor capacidad y obtener la flexibilidad necesaria para adaptarse y dar respuesta a las nuevas condiciones del mercado.

No me cabe ninguna duda de que entidades comprometidas con la calidad, la innovación y la sostenibilidad, como AENOR y sus cerca de 5.000 empresas certificadas, han tenido, tienen y tendrán un relevante papel en lo que hoy somos y en el potencial que tenemos.

Quiero felicitar a las empresas que han alcanzado la certificación de sus procedimientos de gestión, sin olvidarme de la implicación de los técnicos y profesionales que desarrollan una labor tan cualificada en este campo y de los organismos que, como AENOR y el Instituto Andaluz de Tecnología, contribuyen con su personal, con sus conocimientos y experiencia a difundir y a hacer efectivos los principios de Calidad y Excelencia.

Si les animo a continuar en la senda de innovación y calidad que se ha marcado es porque, como decía al principio, no tengo ninguna duda de que, con estos métodos, con estos principios, con estos procedimientos y con estos objetivos la crisis será menos dolorosa, más rápida de solucionar y, desde luego, basaremos todo nuestro esfuerzo en algo tangible, valorable y, sobre todo, que produce la satisfacción de haberlo hecho. Ése es el gran desafío que tenemos para el futuro y creo que su crecimiento será también la mejor contribución al progreso de nuestra tierra, al progreso de Andalucía.

Enhorabuena a todos. Y muchas gracias.