El P+18 se desarrolla mediante una intervención profesional de personal técnico de la Administración, educadores y orientadores sociolaborales experimentados, que se encargan de facilitar el camino hacia la autonomía de estos jóvenes. Y esto se lleva a cabo a través de dos tipos de recursos.

Los recursos de Alta Intensidad consisten en pisos de autonomía, donde se proporciona una atención integral que cubre las necesidades básicas de aquellos jóvenes que carecen de cualquier posibilidad para vivir de forma independiente cuando tienen que abandonar los centros de menores al cumplir los 18 años. Actualmente, existen 27 recursos de este tipo, que el año pasado atendieron a 268 personas.

Los recursos de Media o Baja Intensidad están compuestos por una red de centros de día en los que se realizan actuaciones programadas con un seguimiento constante y con las garantías de formación suficientes para lograr la integración social y laboral de estos jóvenes, a partir de los 16 años. Elaboración de itinerarios personalizados, orientación y asesoramiento, acompañamiento en el proceso de autonomía, formación integral no formal, becas de formación y el alquiler de vivienda son algunas de las medidas más destacadas incluidas en estos recursos. En Andalucía, funcionan 11 servicios de este tipo, que el año pasado atendieron a 1.648 jóvenes.

Además, y como novedad, en 2009 se puso en marcha un Programa de Inserción Sociolaboral, dirigido a menores y jóvenes procedentes del Sistema de Protección, para desarrollar en el curso actual una serie de acciones formativas teóricas y prácticas que facilite su capacitación profesional y su inserción en el mercado laboral como pilar básico de su plena integración social.