La suelta indiscriminada de especies exóticas ya ha comenzado a tener efectos sobre la caza y la pesca en Andalucía. Así, la introducción por parte del hombre en ríos, lagos y pantanos de lucios (Exos lucius), black bass (Micropterus salmoides) o percasol (Lepomis gibbosus) está mermando las especies de pesca autóctonas. Además, la presencia de estos peces incide en las condiciones ambientales de los ríos, lagos y humedales.

La suelta de especies también afecta de manera directa a la actividad cinegética. Especies como el muflón o el arruí compiten por la alimentación con el venado, el corzo y la cabra montés. Especialmente importantes son los daños que causa el arruí, un animal portador de la sarna sarcóptica que ha transmitido a ejemplares de cabra montés de los montes andaluces.

La caza menor no se libra de este problema. Especies como el visón americano, que cuando se escapan de granjas peleteras se alimentan de pequeñas aves y de sus puestas, son un ejemplo de ello. Más grave aún suponen las sueltas de perdices chukar, francolines, colines de Virginia o de perdices griegas.

Se trata de una creencia errónea que apunta a la elevación de la densidad de caza menor, cuando las consecuencias más inmediatas serían la introducción de nuevas enfermedades en el medio natural que afectarían a la perdiz autóctona y su hibridación, hasta llegar a la desaparición de la especie.