El IAM ofrece atención psicológica a las mujeres que sufren la violencia de género.

Las consecuencias reales de la violencia de género son difíciles de cuantificar, porque se trata de un delito aún invisible socialmente, que sólo permite estimar las cifras reales de mujeres que la padecen o la han padecido durante sus vidas. Sin embargo, no afloran otras cuestiones, como los procesos de discapacidad que provoca, el modo en que afecta a la salud física y psíquica, las dificultades de incorporación o reincorporación al mercado laboral, el desarrollo de una vida digna e independiente y los efectos en los hijos.

Por este motivo, el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) presta atención psicológica grupal a las mujeres afectadas por la violencia machista en la comunidad. Este proyecto, de carácter gratuito, es una de las principales líneas de actuación del Servicio Integral de Atención y Acogida del IAM, inscrito en la red provincial y local de los Recursos de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia de Género.

Esta atención especializada se desarrolla desde el año 2003 en colaboración con los colegios oficiales de Psicología de Andalucía Oriental y Occidental. El primer acuerdo se materializó el 18 de diciembre de ese mismo año y se ha renovado anualmente desde entonces.

El marco legal en el que se encuadra la iniciativa es la Ley Orgánica 1/2004 de 28 de diciembre de Medidas de Protección Integral contra la violencia de género, en la que se reconoce el derecho de las mujeres a la asistencia social integral (artículo 19).

Los efectos perjudiciales que tiene sobre cualquier persona ser víctima de un hecho violento son múltiples, pero destacan, por encima de todo, los psicológicos. Por este motivo, el tratamiento psicológico se hace también indispensable para aquellas mujeres que desean volver a ser quienes eran y recuperar su autoestima.

Grupos terapéuticos

El modelo de intervención grupal se ha desarrollado a través de grupos terapéuticos en los que se posibilita a las mujeres tomar conciencia de su situación. Esta modalidad consta a su vez de diferentes grupos específicos, a los que se deriva a las participantes y que constituyen el recorrido terapéutico: grupos de acogida, de maltrato, para afrontar la ruptura, de autoapoyo y talleres específicos cerrados de apoyo a los grupos terapéuticos.

La intervención grupal proporciona un espacio donde comunicarse con libertad, en el que la idea del problema como algo individual y personal se sustituye por una toma de conciencia de la naturaleza social de la violencia de género. Esta actuación a través de grupos de autoayuda coordinados por un especialista cumple de este modo todas estas funciones.