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Primer Libro Blanco en España y Europa

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Mayores participan en un curso de tai chi.

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Andalucía cuenta con el Primer Libro Blanco del Envejecimiento Activo publicado en España y Europa. Este documento de análisis, elaborado por la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social en colaboración con colectivos de mayores, se dirige a mejorar su calidad de vida y su imagen ante la sociedad, para promover la autonomía personal, prevenir situaciones de dependencia y fomentar la cooperación y la solidaridad entre generaciones.

Miembros del Consejo Andaluz de Mayores, en el que están representadas las principales organizaciones del sector, han formado parte de los cinco grupos de trabajo que han realizado este documento junto a 60 expertos (sociólogos, juristas, economistas, médicos, psicólogos, profesores, etc.) de las administraciones públicas, universidades y agentes sociales.

En total, más de 200 personas han participado en el proceso de elaboración del documento, que formula un total de 130 recomendaciones sobre medidas que se deben llevar a cabo en temas de salud, educación, seguridad, intergeneracionalidad y participación, fundamentalmente.

Las conclusiones de los grupos de trabajo parten de un amplio análisis sobre la situación demográfica actual y las previsiones de futuro de Andalucía, como parte de uno de los países más envejecidos del mundo. De hecho, España cuenta con un 16,8% de habitantes mayores de 65 años.

En Andalucía, el 14,6% de la población tiene más de 65 años -en torno a 1.200.000 personas-, de las cuales más de 300.000 superan los 80 años. Esto supone que la población mayor andaluza se ha triplicado en sólo 50 años (desde 1960). Este envejecimiento, además, seguirá ascendiendo, ya que se prevé que en el año 2050 los mayores supongan casi un tercio de la población andaluza -el 29%-, es decir, el doble del porcentaje actual.

Feminización del envejecimiento

Otro dato destacado que arroja el análisis demográfico es el de la feminización del envejecimiento. El 16,9% de las mujeres tiene hoy más de 65 años, frente al 12,7% en el caso de los hombres. La previsión es que esa diferencia aumente y en 2050 sean mayores el 31,9% de las mujeres y el 26,3% de los hombres.

Estas diferencias son aún más acusadas en el caso de las personas mayores de 80 años, tramo en el que el porcentaje actual de mujeres (4,9%) duplica al de hombres (2,8%), porcentajes que llegarán al 11,5% y al 7,8%, respectivamente, en 2050.

Este progresivo aumento demográfico obliga, por tanto, a dar respuesta a las demandas de un grupo poblacional que necesita participar en la vida social, cultural, política y económica, y no sólo recibir una atención de carácter asistencial. Porque, según datos estadísticos, la esperanza de vida al llegar a los 65 años se sitúa en 16 años más, en el caso de los hombres, y 20 años más, en el de las mujeres.

Partiendo de éstos y otros muchos datos contenidos en el documento de conclusiones realizados por los grupos de expertos, el envejecimiento demográfico no es una enfermedad social, sino un logro sin precedentes. Por ello, apuestan por trabajar con el fin de acabar con la visión estereotipada de la vejez como fuente de problemas y no de posibilidades, y dejar de asociar sistemáticamente 65 años con ancianidad.

En esta línea, los grupos de trabajo proponen la creación de un Observatorio del Envejecimiento Activo, para estudiar y difundir un conocimiento actualizado sobre los cambios demográficos y las necesidades reales de la población mayor. Asimismo, son partidarios de incentivar líneas de investigación sobre envejecimiento saludable y de crear la figura del agente de envejecimiento activo.

Los expertos también recomiendan avanzar en la consolidación de la seguridad económica que el sistema social garantiza y limitar la jubilación forzosa, así como buscar modelos que ayuden a compatibilizar un envejecimiento activo laboral, compaginando el trabajo parcial, a partir de los 65 años, con el ocio activo.

Otras propuestas de los grupos de trabajo son regular un fondo de supresión de barreras; construir 'viviendas convertibles', en renta libre o protegida, cuyas características permitan hacerlas accesibles en el futuro a bajo coste, y establecer recomendaciones sobre el tratamiento informativo y publicitario de las personas mayores.