Los viajes combinados conjugan varios elementos, como transporte, alojamiento o servicios no accesorios.

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Llega el verano y las vacaciones para muchos ciudadanos que ven en este periodo un sinónimo de ocio, descanso, liberación del estrés y realización de actividades extraordinarias que no hacemos habitualmente el resto de año y que nos permitimos en esta época.

Muchos son los que optan por contratar un viaje combinado que, como su propio nombre indica, es un producto que conjuga, como mínimo, dos de los tres elementos siguientes: transporte, alojamiento y otros servicios no accesorios de los anteriores, como por ejemplo entradas para un espectáculo o para una ruta turística. Además, esta modalidad de oferta tiene un precio global y la prestación del servicio sobrepasa las 24 horas o bien incluye una noche de estancia.

Este paquete que contrata el viajero supone la cesión por parte de éste a una empresa, que actúa como intermediaria, de la planificación de sus vacaciones, con lo que el usuario se "despreocupa" de la organización de sus vacaciones, dejando los trámites en manos de una agencia turística.

No obstante, es necesario que los consumidores conozcan cierta información imprescindible para contratar esta modalidad de viaje, de manera que no se lleven sorpresas desagradables y las vacaciones no se conviertan en una fuente de problemas en lugar de una oportunidad de relajarse y disfrutar del tiempo libre.