Actuaciones de restauración paisajística en una vía andaluza.

Hacer compatibles las actuaciones en materia de infraestructuras con la conservación del entorno constituye una línea de actuación prioritaria del Gobierno andaluz, que ha emprendido políticas orientadas a que los trabajos en carreteras, líneas férreas o áreas logísticas se desarrollen desde el respeto al medio ambiente.

Los proyectos de restauración paisajística incluyen actuaciones relacionadas con la recuperación de la cubierta vegetal, la integración paisajística de las infraestructuras y la reducción de procesos erosivos superficiales. La redacción de los proyectos y su ejecución -independiente de la obra civil y ejecutados por empresas especializadas- se ha consolidado como un modelo que permite optimizar los resultados.

Ejemplos de cómo la recuperación y conservación del entorno concita este interés son la Ley de Carreteras de Andalucía -aprobada en 2001-, la creación del Centro de Estudios Paisaje y Territorio en 2005, el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía de 2006 y el Plan de Infraestructuras para la Sostenibilidad del Transporte 2007-2013. Todos incluyen en su contenido la responsabilidad de intervenir sobre el territorio desde una posición de respeto por el paisaje.

Criterios

Las políticas de infraestructuras del transporte sensibles con el paisaje se desarrollan con un doble objetivo. El primero atiende a la contribución de las propias infraestructuras a la creación de los paisajes. Las carreteras, puertos, líneas férreas, áreas logísticas o intercambiadores de transporte son elementos que suponen una transformación del medio, pero, más allá de ello, ese cambio debe realizarse de manera consciente en cuanto a su incidencia paisajística. Además, deben incorporarse a él las mejores soluciones para lograr que los impactos negativos sean mínimos y que se generen efectos positivos en el paisaje.

El segundo objetivo pasa por asumir que las infraestructuras de transporte son el medio para que la mayor parte de la población disfrute del entorno, de ahí que la Consejería de Obras Públicas y Vivienda también desarrolle actuaciones dirigidas a mejorar la percepción del paisaje.

Un ejemplo claro en este campo son las carreteras paisajísticas o los equipamientos paisajísticos, como los miradores, que se han ido conformando en una parte significativa de la red de carreteras.

No obstante, el hecho de implantar y fomentar la relación infraestructura del transporte-paisaje no significa que todas las vías se conciban como carreteras escénicas, ni que ello suponga una reducción de los criterios de seguridad, velocidad o comodidad, sino que la vía se integra en el medio que atraviesa, produciendo el menor número de daños posibles y permitiendo al conductor tener un mayor conocimiento del paisaje por el que cruza.

Esta concepción integradora de las carreteras en el medio ambiente no se limita a las que atraviesan paisajes singulares, sino que se realiza en todas las vías, especialmente en aquellas que soportan mayor tránsito, como las áreas metropolitanas donde conviven los paisajes urbanos con los rurales. Un adecuado tratamiento del paisaje en estas áreas metropolitanas contribuye a crear una imagen positiva de la zona y, por tanto, a hacerla más competitiva frente a otras.