El Observatorio Andaluz de Seguridad del Paciente, gestionado por la Agencia de Calidad Sanitaria, persigue desarrollar líneas de acción que ayuden a proporcionar cuidados cada vez más seguros. Esta iniciativa se enmarca en la Estrategia andaluza de Seguridad del Paciente, así como dentro de los planes de calidad de Andalucía y del Sistema Nacional de Salud, y en consonancia con la Alianza para la Seguridad del Paciente de la Organización Mundial de la Salud.

A través de su página web, expone el conocimiento en materia de buenas prácticas generado por los profesionales de Andalucía y de otras organizaciones y sistemas, así como acciones de mejora y notificación de incidentes, con el fin de ofrecer una atención sanitaria cada vez más segura.

La página del Observatorio ha registrado más de 4.000 visitas desde principios de año y ya cuenta con más de 600 seguidores en las redes sociales, entre los que se cuentan profesionales de Colombia, Perú, Argentina, Venezuela, México y EEUU.

El Observatorio para la Seguridad del Paciente ha diseñado, además, una red de trabajo colaborativo entre centros y unidades con el objetivo de compartir y potenciar las prácticas seguras. Ya son 439 los centros que participan en esta red, la gran mayoría andaluces, de los cuales 349 son centros de atención primaria, 74 hospitales, dos áreas de gestión, siete servicios de emergencias, mientras que nueve centros corresponden a países latinoamericanos.

Líneas de actuación

Desde su puesta en marcha en noviembre de 2008, el Observatorio para la Seguridad del Paciente ha desarrollado diferentes líneas para impulsar la implantación de prácticas seguras en los diferentes ámbitos asistenciales.

Así, para la prevención de infecciones y mejora de la higiene de manos se encuentra, entre otras, la iniciativa 'Manos Seguras', que contempla recomendaciones dirigidas a los centros sanitarios de atención primaria, atención hospitalaria y emergencias.

Estos consejos, agrupados por bloques temáticos, incluyen la creación de un entorno seguro que facilite la higiene de manos, la formación en prevención de infecciones, la función del paciente y la familia en la mejora de la higiene, y los resultados alcanzados por el centro con la puesta en marcha de estas acciones.

Para obtener el distintivo 'Manos Seguras', los centros han tenido que completar una fase de autoevaluación en la que se ha examinado su nivel de cumplimiento, se han identificado las evidencias positivas y las áreas de mejora. A esta fase ha seguido una visita de evaluación externa que revisa las pruebas aportadas, y dictamina la concesión del distintivo, cuya vigencia es de un año.

Otra de las iniciativas de esta línea para la prevención de infecciones que recoge el Observatorio es el Proyecto Bacteriemia Zero, mediante el cual se pretende disminuir al mínimo la tasa de infecciones producidas por la utilización de catéteres endovenosos, mejorando así la calidad de vida de los pacientes críticos y su seguridad.

Por otra parte, el Observatorio desarrolla una línea dirigida a conseguir prácticas seguras en cirugía, que permite evaluar la implantación en los centros sanitarios del Listado de Verificación Quirúrgica impulsado por la Organización Mundial de la Salud.

Actualmente participan en esta línea de seguridad un área de gestión sanitaria, 17 centros hospitalarios y cinco centros de atención primaria del sistema sanitario público de Andalucía.

En el ámbito de la prevención de errores de medicación, la página web del Observatorio ha publicado un microsite que recoge siete buenas prácticas que hacen referencia a la conciliación de la medicación durante el ingreso, el alta o el tránsito del paciente por el sistema sanitario; el manejo de la medicación de alto riesgo; los criterios de estandarización para la prescripción electrónica asistida; los criterios de calidad para la prescripción en papel, o el registro adecuado de la medicación administrada donde quede identificado el paciente y el medicamento.

Asimismo, la identificación inequívoca de pacientes es otra de las líneas de seguridad planteadas con carácter transversal por el Observatorio para evitar eventuales errores a través de la puesta en marcha de procedimientos normalizados, que incluya los requerimientos mínimos para identificar de forma fidedigna al paciente.