El carnaval belga de Aalst, la ópera de Pekín, el sistema normativo de los wayuu de Colombia, las técnicas artesanales tradicionales de tejido de alfombras en Kashan (Irán) o la cetrería han sido, junto al flamenco, algunos de los elementos, tradiciones y manifestaciones presentados a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. El Comité Intergubernamental que ha decidido su inscripción por unanimidad está presidido por el keniata Jacob Ole Miaron.

Por su parte, la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial que requiere medidas urgentes de salvaguardia comprende elementos culturales cuya viabilidad corre peligro a pesar de los esfuerzos para preservarlos que realizan las comunidades o grupos que los practican. Para entrar a formar parte de esta lista, los estados deben comprometerse a poner en marcha planes específicos. Igualmente, cuentan con la posibilidad de beneficiarse de asistencia financiera procedente de un fondo gestionado por la Unesco.

La Lista Representativa del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad contaba hasta ahora con 166 elementos de 77 países. Para ser inscritos, éstos deben responder a una serie de criterios entre los cuales figura la contribución a dar a conocer el patrimonio cultural inmaterial y favorecer la toma de conciencia de su importancia. Los candidatos tienen que justificar también las medidas tomadas para asegurar su viabilidad.

Todos los elementos inscritos en una u otra lista -la Representativa y la que requiere medidas urgentes de salvaguardia- tienen que ajustarse a la definición del "patrimonio cultural inmaterial" que figura en la Convención para la salvaguardia del Patrimonio Inmaterial. Así, deben aparecer en un inventario, haber sido propuestos por los estados y contar con la participación más amplia posible de las comunidades que lo practiquen, así como con su consentimiento previo, libre e informado.