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Saludable para todo el mundo

La declaración de la dieta mediterránea como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad constata el reconocimiento de la diversidad agraria andaluza

05/01/2011
Las frutas constituyen una de las señas de identidad de la dieta mediterránea.

Las frutas constituyen una de las señas de identidad de la dieta mediterránea.

La reciente inclusión por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) de la dieta mediterránea en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad legitima el reconocimiento mundial de unas producciones que aúnan garantía alimentaria y diferenciación en cuanto a su sabor.

Su carácter saludable, sumado al grado de universalidad que define a la gastronomía que los andaluces comparten con los diversos pueblos que, desde hace más de cinco mil años, se han asentado a orillas del Mediterráneo, han contribuido a conseguir una distinción que, además del Gobierno español, han apoyado países como Italia, Grecia y Marruecos.

La catalogación como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la alimentación mediterránea supone una distinción a la diversidad agraria andaluza que contribuirá a la promoción internacional de la industria agroalimentaria. La ya de por sí contrastada calidad de los productos del campo y el mar de la comunidad autónoma cuenta además con el reconocimiento de un órgano internacional como la Unesco, lo cual se traduce en un valor añadido de las producciones.

Ese ascenso del nivel de confianza del ciudadano en las frutas, las hortalizas, las verduras, las legumbres, la leche, la carne o el pescado que emanan de las empresas de Andalucía repercutirá positivamente en las ventas, tanto en el interior de España como en el resto del mundo, dado que se trata de uno de los principales productores internacionales de los alimentos agrícolas, ganaderos y pesqueros que configuran la dieta mediterránea.

El papel hegemónico de Andalucía en el sector del aceite de oliva y su condición de primer productor mundial de fresas o región líder de la Unión Europea (UE) en el ámbito hortofrutícola son sólo algunos ejemplos de la importancia del sector primario para la economía andaluza. A todo ello hay que añadir el protagonismo que corresponde a otros recursos como la leche de cabra, el trigo duro, el algodón y el arroz.

La industria ganadera con productos emblemáticos como el jamón y demás derivados del cerdo ibérico o especies pesqueras como la gamba, el atún, la caballa, la melva o la dorada, completan las esencias del campo y el mar de la comunidad autónoma.