Pese a que su reconocimiento ha sido como patrimonio inmaterial, la dieta mediterránea es un bien al alcance de todos. Actualmente, la falta de tiempo no está reñida con una alimentación saludable gracias a las nuevas gamas de alimentos, que aportan una opción saludable a quienes optan por una preparación más rápida y fácil.

Ensaladas y frutas lavadas y cortadas, frutos secos listos para el consumo y los platos precocinados sobre la base de la gastronomía mediterránea ganan hueco entre los productos de fácil preparación, con el aliciente de contener nutrientes más beneficiosos para el organismo que muchos alimentos de la conocida como cocina rápida.

Se trata de un patrimonio inmaterial de la humanidad que se puede recrear fácilmente en cualquier lugar del mundo. Los productos emblemáticos de la dieta mediterránea como el aceite de oliva, las frutas y hortalizas o los frutos secos están al alcance de casi cualquier hogar, al igual que los hábitos y forma de vida que la acompañan.

Además de su carácter integrador de culturas y aspiraciones de universalidad, es uno de los pocos patrimonios inmateriales que tiene beneficios saludables científicamente demostrados.

La dieta mediterránea se ha revelado como una forma de protección frente a diversos tipos de enfermedades del sistema cardiovascular, así como ante varios tipos de cáncer. Esto se debe tanto a los alimentos que se utilizan como a la forma de prepararlos.