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Reportaje
14/01/2011
Una paciente lee su factura informativa ante un profesional sanitario. (Foto EFE)

Una paciente lee su factura informativa ante un profesional sanitario. (Foto EFE)

En octubre de 2010 comenzó en el Hospital Costa del Sol de Marbella (Málaga) un proyecto orientado a que los ciudadanos puedan conocer con mayor rigor y transparencia la inversión que realiza el Gobierno andaluz en la sanidad pública. Una medida que se amplió el 15 de diciembre a los hospitales de Jerez, Pozoblanco y Antequera.

En el marco de lo que se denomina Gobierno Abierto, se considera que es ya un deber irrenunciable informar a la sociedad andaluza acerca de lo que cuesta cada servicio público, que, si bien no se paga directamente, sí funciona gracias a los impuestos de cada ciudadano. En el caso de la prestación sanitaria, que supone un tercio del presupuesto total de la Junta de Andalucía, este deber y derecho de la ciudadanía cobra aún más sentido.

Por ello, cada usuario que acuda a un centro sanitario recibirá, tras ser atendido, una factura informativa, es decir, un documento en el que se le especificará cuál ha sido el coste aproximado del proceso de salud por el que ha sido atendido en su centro sanitario. Se trata de un coste aproximado pero bastante real, ya que se ha calculado para su centro en concreto, pero en ningún caso supone el abono por parte del usuario, sino un documento mera y exclusivamente informativo.

La factura refleja en cada caso la realidad de lo que se invierte en cada procedimiento de cada usuario en el contexto específico de su centro sanitario. Hay que tener en cuenta que un mismo proceso de atención puede tener un coste distinto en cada centro.

Esta oscilación se debe a la diversidad de variables que intervienen en un mismo proceso y que repercuten tanto en los costes directos (por ejemplo, el equipo de profesionales necesario, los medios utilizados en la intervención o los medicamentos administrados al usuario, etc.) como en los indirectos (los gastos de limpieza, seguridad, administración, entre otros).

Por ello, el coste de una intervención de cataratas en un centro con un gran volumen de actividad y en otro de menor movimiento asistencial no es el mismo.

En el primero, hay que tener en cuenta que un mismo equipo de profesionales puede llegar a realizar varias operaciones de cataratas en la misma semana, lo que se traduce en una optimización y reparto del gasto. En el segundo caso, el mismo equipo acometerá menos intervenciones, aunque el gasto que supone el trabajo del equipo sea el mismo. Esta misma dinámica ocurre de forma similar con otras variables, que permiten amortizar con más rapidez los costes gracias a la economía de escala.

Ejemplos

Por otra parte, en un mismo centro también varían los costes de las distintas intervenciones o pruebas diagnósticas. A modo de ejemplo, en el Hospital Costa del Sol, el documento informativo reflejará en 2010 que una intervención de cataratas tiene un coste de 1.399 euros, una operación de hernia de 1.147 euros y una de vesícula de 1.470. En cuanto a pruebas diagnósticas, el precio de una gastroscopia es de 64,92 euros; de una colonoscopia, 202,13; de una ergometría, 121,72, y de una ecocardiografía 100,32.

Por tanto, se ha realizado un esfuerzo específico para obtener y proporcionar la información más precisa y adaptada a cada centro, lo que ha sido posible gracias al sistema de Contabilidad Analítica del Servicio Andaluz de Salud, COAN, en el que la Administración sanitaria viene trabajando desde hace más una década. Se trata de un sistema integral que, además de los costes de hospitales y distritos de atención primaria, incorpora las variables que explican ese consumo, como son la actividad asistencial y los profesionales.