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Málaga se reconcilia con su puerto

El Palmeral de las Sorpresas crea en la capital una amplia zona verde, facilita una variada oferta de servicios culturales y lúdicos y favorece la integración del recinto portuario en la ciudad

20/04/2011
El Palmeral de las Sorpresas aporta a la capital malagueña un espacio verde para el disfrute ciudadano.

El Palmeral de las Sorpresas aporta a la capital malagueña un espacio verde para el disfrute ciudadano.

La ciudad es una obra inacabada en constante transformación, que se renueva con cada proyecto que nace dispuesto a dar respuesta a las aspiraciones y necesidades de quienes la habitan. Málaga atraviesa por ese periodo de cambio y el Palmeral de las Sorpresas es el último de los hitos concebidos con el objetivo de renovar su imagen urbana. Recientemente inaugurado y ya conquistado por los malagueños y visitantes, este enclave está destinado al esparcimiento y uso colectivo, en el que el ciudadano se convierte en el protagonista.

Desde la antigüedad hasta nuestros días, el espacio público se ha asumido como el lugar para el encuentro y el intercambio, capaz de alentar la participación de los ciudadanos. El Palmeral de las Sorpresas nace con esa vocación de imprimir identidad y ser el escenario de la cotidianidad de la vida ciudadana. Para ello, dispone, tras la urbanización acometida en el Muelle 2 del Puerto de Málaga, de una amplia dotación de zonas ajardinadas y varios edificios destinados a actividades socioculturales, posibilitando con ello una comunicación directa de la ciudad con el mar.

El Palmeral de las Sorpresas, que ha tenido un presupuesto de 32,15 millones, es una iniciativa de carácter urbanístico desarrollada por la Junta de Andalucía, que ofrece una nueva imagen de la infraestructura portuaria y acerca la ciudadanía a un recinto que tradicionalmente ha permanecido de espaldas a la vida urbana. El desencuentro con sus puertos es una realidad que, durante décadas, han compartido muchas de las ciudades andaluzas y españolas, de forma que esas instalaciones se han desarrollado de forma autónoma y con independencia del resto de la trama urbana. De hecho, incluso en la convivencia de ambas realidades, el puerto se ha apreciado como una barrera que ha constreñido cualquier iniciativa para el crecimiento.

Espacio de oportunidades

El nuevo discurso urbano, más proclive a la mezcla de usos, ha motivado que esa concepción haya evolucionado hasta concebir la infraestructura portuaria como un espacio de oportunidades. En Málaga, la relación puerto y ciudad ha sido también objeto de debate y discusión durante años.

Por este motivo, el proyecto se sometió a un concurso de ideas con el fin de que concurrieran las iniciativas más prestigiosas y se aportara la mejor solución. El diseño seleccionado, obra del estudio de arquitectura de Jerónimo Junquera y Asociados, ha pretendido colmar las expectativas planteadas por todos los agentes implicados.

Con el Palmeral, Málaga ha salvado ese distanciamiento y lo ha hecho mediante la solución que más se adecua al propio ciudadano: un espacio verde, que constituye el ámbito urbano de convivencia, esparcimiento y participación por excelencia.

La integración y el respeto al entorno ha sido una de las premisas que ha presidido la intervención en este parte de la ciudad. El Muelle 2 se ubica en un enclave privilegiado muy próximo al casco histórico, declarado Bien de Interés Cultural, y al Parque Botánico, dos iconos distintivos de la ciudad malagueña. El Palmeral de las Sorpresas pretende convertirse en otro eje sobre el que esta capital pueda continuar construyendo su identidad.

La renovación de este frente marítimo supondrá también una aportación valiosa para seguir consolidando la oferta turística de la capital malagueña y reafirmar el nombre de Málaga en el segmento del turismo de cruceros. La estación marítima construida para uso de la Autoridad Portuaria y, en general, todo el Palmeral de las Sorpresas constituirá la puerta de entrada de miles de visitantes dispuestos a visitar los atractivos turísticos y culturales de esta ciudad litoral. Sólo en 2010 recalaron en el Puerto de Málaga casi un millón de pasajeros.