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Plan de Vigilancia y Control de Infecciones

La Consejería de Salud editó en 2002 el Plan de Vigilancia y Control de Infecciones Nosocomiales para los hospitales del sistema sanitario público de Andalucía durante el periodo 2002-2011. Así, la política antibiótica y prevención de resistencias se incluyó como una medida más dentro del grueso de las puestas en marcha por la administración para el control efectivo, como son la higiene de manos y uso correcto de guantes, recomendaciones para la prevención de infecciones en intervenciones quirúrgicas, prevención de infecciones asociadas al uso de procedimientos invasivos, u otras medidas de aislamiento y protección ante enfermedades transmisibles en auge.

En cuanto al uso racional o adecuado de antibióticos, la dirección general de Asistencia Sanitaria del Servicio Andaluz de Salud junto a distintas subdirecciones trabajan en la organización de actividades continuadas. Además, cada Área o Unidad de Gestión Sanitaria dispone de una Comisión de Infecciones y Política Antibiótica, que se encarga entre otras funciones de promover el buen uso de estos medicamentos y vigilar o evaluar el consumo que se hace de los mismos y las resistencia locales.

En concreto, la Comisión Asesora del Plan de Vigilancia y Control de las Infecciones Nosocomiales, desde el año 2002, analiza toda la información relativa a infecciones y resistencias antimicrobianas que aportan los centros, difunde un informe detallado y elabora recomendaciones particulares en las áreas priorizadas. En 2009, por ejemplo, este organismo elaboró el marco general y recomendaciones para el uso correcto de antibióticos y prevención de resistencias, para que cada centro priorizara el desarrollo de programas locales hospitalarios y de área según sus necesidades.

Por otro lado, desde el año 2005, los profesionales pueden acceder a actividades internas de formación, realizadas en colaboración con la Sociedad Andaluza de Enfermedades Infecciosas para su desarrollo en todas las provincias andaluzas, centradas en el buen uso de los antimicrobianos en los distintos síndromes o enfermedades infecciosas, tanto en ámbito hospitalario como de atención primaria.

El objetivo de estas actividades es, además de mejorar la situación clínica de los pacientes, promover el carácter investigador de los profesionales, sobre todo, con estudios acumulativos de sensibilidad que ayuden a la elección de los tratamientos. Otro de los fines es la elaboración de guías clínicas de manejo de antimicrobianos y priorización de intervenciones para el buen uso.

En esta línea, este año se están desarrollando un conjunto de actividades formativas con seis tipos distintos de talleres dirigidos a diferentes categorías profesionales y ámbitos de trabajo con Fondos de cohesión del Ministerio de Sanidad, obtenidos tras presentar un proyecto para la mejora del uso de los antibióticos y prevención de resistencia.