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El camino hacia la igualdad

El Instituto Andaluz de la Mujer promueve la coeducación como una de las vías más eficaces para combatir la discriminación por razón de género

11/01/2013
La coeducación debe ser el primer paso para fomentar la igualdad entre hombres y mujeres.

La coeducación debe ser el primer paso para fomentar la igualdad entre hombres y mujeres.

Los XIX Encuentros Andaluces de Formación y Reflexión Feminista, organizados por el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), dieron a luz recientemente un nuevo concepto, aplicable a nivel mundial. En las distintas sesiones se puso sobre la mesa todo lo que se ha realizado, tanto en el ámbito escolar como en la educación popular, para difundir entre la sociedad la conciencia igualitaria. En este sentido, se definió el término 'Pedagogía feminista', con el que sociólogas, pedagogas y educadoras de prestigio podrían ahora participar con respaldo teórico-científico en los debates políticos que tratan la evolución de los sistemas educativos y sociales.

Como señaló la catedrática Consuelo Flecha en los encuentros feministas, las mujeres teorizan ahora lo que realizan desde hace décadas, porque son muchos años los que las feministas llevan trabajando por una educación igualitaria.

Primero, lucharon por el mero hecho de que las mujeres fuesen consideradas dignas de ser educadas. Pese a esa lucha constante, no es hasta finales del siglo XIX cuando las mujeres acceden al derecho de la educación. Y a pesar de su incorporación, la educación que recibían era totalmente desigual a la de los hombres, ya que se instruían en la sumisión-obediencia, el orden, la limpieza y el rol de madre-esposa.

El movimiento feminista volvió entonces a dar un nuevo paso, al reclamar una educación igual para todos. Conseguir la igualdad educativa significa, en esta etapa, que las mujeres puedan tener acceso a los estudios medios y superiores, y que niños y niñas se eduquen en los mismos centros para mejorar la calidad de la escolarización de éstas.

Pero este objetivo se logró de forma distinta según la cultura de cada país: mientras que en aquellos vinculados al protestantismo la práctica de la escuela mixta se implanta ya en el siglo XIX, la educación diferenciada fue una práctica extendida en la Europa católica hasta los años 60 del siglo XX.

En España, después de varias décadas de reivindicaciones, la Ley General de Educación intenta en 1970 poner soluciones para adaptarse a las nuevas situaciones, anulando la prohibición de la escuela mixta y estableciendo una enseñanza homogénea que duraba hasta los trece años. Comienza entonces a extenderse en España la escuela mixta, que se consolida a mediados de los 80.

En 1983, nacía en España el Instituto de la Mujer, con el objetivo de defender la igualdad de derechos, meta muy distinta a la del Patronato de Protección a la Mujer, organismo franquista extinguido en 1984.

Primeros pasos

Casi a la par del nacimiento a nivel nacional del Instituto de la Mujer, surgían en los 80 los primeros centros asesores de la mujer. Pero es en 1989 cuando la Junta de Andalucía da el paso definitivo al crear el IAM, con sede inicial en las capitales más grandes de la comunidad, Sevilla y Málaga. Nace inicialmente para fortalecer el movimiento asociativo y para fomentar la formación y el empleo de las mujeres, y posteriormente se incorpora la lucha contra la violencia de género, aspecto este último en el que fue Andalucía fue pionera al trabajar en un plan integral.

La formación en igualdad en los ámbitos no formales, es decir, la pedagogía feminista, fue por tanto el propio germen del IAM. Sin embargo, no es hasta los 90 cuando se hace visible la labor difusora del Instituto en la comunidad escolar propiamente dicha. Consciente de la necesidad de coeducar desde edades tempranas para poder transformar la sociedad, el IAM comienza en 1998 a conmemorar el Día Internacional de la Mujer en los centros educativos, elaborando materiales didácticos que sirviesen para recordar la importancia de que niñas y niños crezcan en igualdad de oportunidades.

Más tarde se uniría a la campaña 8 de marzo la del 25 de noviembre, contra la violencia de género, que también llegó al ámbito educativo. Y anterior a ambas, la del juguete no sexista y no violento, en respuesta a la demanda del propio sistema educativo.

Pero quizás el paso más importante hacia la coeducación se dio un poco más tarde, en 2005, cuando la Junta aprobó el I Plan de Igualdad entre Hombres y Mujeres en Educación. Tal y como decía este documento, "a pesar de la aparente neutralidad de la escuela mixta", ya había quedado de manifiesto que "el sistema educativo reproduce de forma invisible modelos y papeles sociales diferentes para las chicas y para los chicos", en los contenidos curriculares, en la interacción entre el personal docente y el alumnado, los libros de texto, la gestión del aula o la del propio centro educativo. Y es que, a pesar de la ley educativa española de 1990, que por primera vez establecía la necesidad de reconsiderar la actividad educativa a la luz de los principios de igualdad de oportunidades entre ambos sexos, los resultados no estaban siendo apreciables.

Por ello, se ideó un plan con el que Andalucía incorporaba medidas tan novedosas como la formación en igualdad del profesorado o la designación en cada centro educativo de un docente responsable en materia de coeducación, cuya dedicación sería considerada como mérito a efectos de promoción en los correspondientes baremos. Gracias a este plan, Andalucía es la única comunidad autónoma que tiene en cada centro educativo dos figuras clave para la pedagogía feminista: una persona responsable del Plan de Igualdad o coordinadora de coeducación, y una persona experta incorporada en los consejos escolares. Junto a ello, la comunidad es la única en la que existe la materia optativa en Educación Secundaria 'Cambios sociales y género', de oferta obligatoria,  en 1º 2º y 3º de ESO.

La coeducación, en las familias

Pero si Andalucía daba un paso para transformar su sistema educativo hacia uno más igualitario, ¿de qué serviría sin la participación de las familias? Fue así como el IAM puso en marcha en 2005 el programa de coeducación destinado a formar fundamentalmente a las asociaciones de madres y padres (AMPAS) de los centros educativos de Andalucía, además del profesorado y el personal de los Centros Municipales de Información a la Mujer (CMIM).

Desde su puesta en marcha, la iniciativa ha llegado a más de 3.200 madres y padres de alumnado de Infantil, Primaria y Secundaria, que han aprendido a través de talleres la importancia de educar desde la igualdad.

Conscientes de que la educación es una de las claves fundamentales para combatir el problema de la violencia, el Instituto Andaluz de la Mujer y la Consejería de Educación organizaron también en 2008 las Jornadas provinciales de Formación en Igualdad de Género 'Construyendo igualdad', con el fin de analizar desequilibrios, buscar alternativas y estrategias para que los centros educativos puedan ponerlas en marcha.

En materia de coeducación, el Instituto Andaluz de la Mujer también ha mantenido una estrecha colaboración con el Gobierno central a través del proyecto Relaciona, cuyo objetivo es sensibilizar al sector docente sobre la importancia de la coeducación para la prevención de la violencia de género.

Junto a Relaciona, el IAM colabora a nivel nacional con el programa Intercambia, del Ministerio de Educación y el Instituto de la Mujer, que consta de unas jornadas anuales y de un portal virtual en los que se intercambian experiencias y conocimientos sobre prácticas educativas de todas las comunidades autónomas.

A todo ello se suman cada año nuevas iniciativas del IAM en materia de coeducación, como la Guía de Buenas Prácticas sobre Mujer y Discapacidad, que fue divulgada el pasado año en los centros educativos con el fin de sensibilizar al profesorado y alumnado en la superación de estereotipos y prejuicios asociados a la discapacidad y género. O el novedoso proyecto Andalucía Detecta sobre 'Sexismo y violencia de género en la juventud andaluza e impacto de su exposición a menores', una investigación que tenía como objetivo diagnosticar la realidad de la violencia de género en la juventud y proponer a partir de ahí programas de intervención y prevención eficaces.

El propio estudio Detecta evidenció la necesidad de mantener y reforzar esa coeducación, ya que mostraba una realidad preocupante: la violencia de género aún perdura en la juventud, pese al llamado 'espejismo de la igualdad', como la manifestación más extrema de la discriminación hacia la mujer. Una prueba: el estudio Detecta, que analizaba a adolescentes de 14 a 16 años, concluyó que la juventud "tiene asumida la violencia en la pareja", como se refleja en el hecho de que un 68% de los chicos y un 74,8% de las chicas crean en el mito de que "quien bien te quiere, te hará sufrir". De hecho, por encima del 50% piensa que el amor implica posesión y exclusividad, y un 61,2% de los chicos y un 41,7% de las chicas considera que los celos son una prueba de amor.

Estos datos reflejan la falta de conocimientos de la juventud sobre los conceptos de igualdad y violencia, las dificultades para detectar el abuso y el elevado grado de mitificación del amor. Frente a ello, el estudio propone introducir la coeducación desde las edades más tempranas de la escolarización; trabajar con la juventud en descubrir las atribuciones sexistas; visibilizar los conceptos de violencia, machismo, feminismo, sexismo e igualdad; dar a conocer los efectos de la violencia sobre las víctimas y las fases del maltrato...

Entre los retos actuales, el IAM plantea, por un lado, la teorización sobre las actuaciones que ya se llevan a cabo, para contar con una base que permita incorporar nuevos conceptos y asignaturas. Por otra, una vez sistematizada esta pedagogía feminista, ver la forma de modificar los cánones de la industria cultural, religiosa y mediática, un sistema de creación de estereotipos más fuerte que la familia y la escuela.