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Reportajes

10/05/2013
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Romeros en el camino del Rocío.

Romeros en el camino del Rocío.

La Romería del Rocío, la mayor peregrinación de España, comienza su camino a través de senderos milenarios que transcurren por las proximidades del Guadalquivir. El verdadero Rocío es una mezcla de sentimientos entrelazados: alegría, cantos y fiesta, frente a lágrimas, suspiros, silencio, promesa y expresión de sentidos.

Lo más típico es hacer el recorrido a caballo, en carreta o a pie, a través de las marismas durmiendo en pleno campo. Estos interminables cortejos, de carrozas entoldadas y repletas de flores, se encontrarán en la aldea onubense de El Rocío.

La noche del domingo nadie duerme para ver la salida de la Blanca Paloma en procesión. El salto de la reja es el momento de mayor fervor, cuando los almonteños invaden la ermita, saltan las vallas y pasean a la Virgen por su aldea.

Por la noche, en los campamentos se bebe, se canta y se baila al son de guitarras flamencas y panderetas. Velas, antorchas y bengalas iluminan los simpecados de las hermandades, mientras miles de personas cantan los Misterios en honor a Nuestra Señora.

Hacer el camino es para el rociero una forma de vivir el acercamiento, paso a paso, a pie, en carretas, a caballo, en todo tipo de vehículos, hacia la Virgen del Rocío. Desde Sevilla, Huelva, Cádiz, cualquier parte de España y del mundo llegan peregrinos, para hacer el camino.

Básicamente, este recorrido puede hacerse por el camino de Sanlúcar, que atravesando Doñana une la desembocadura del Guadalquivir con la aldea; el camino de Moguer, por el que los peregrinos de Huelva llegan al Rocío; el de los Llanos, desde Almonte y el más antiguo; y el camino sevillano, con lugares como Gelo, Marlo, el Quema, Villamanrique de la Condesa, la Raya Real, Palacio y el Ajolí.

El Rocío es una pequeña aldea del municipio de Almonte, situada a 15 kilómetros de Matalascañas, a la que se accede por un camino que bordea el Parque Nacional de Doñana, itinerario de vistas incomparables y auténtica belleza. Se trata de una zona de casas pequeñas y blancas, de mucha tradición, todas ellas rodeando la ermita de la Virgen del Rocío, donde reside la Blanca Paloma.

Sus singulares características urbanísticas y paisajísticas la convierten en un lugar único para vivir el fervor religioso hacia la Blanca Paloma y la placidez natural de Doñana. Durante la romería, más de un millón de personas se acerca a este lugar en la provincia de Huelva a venerar a la Virgen, que, según reza la leyenda, se apareció aquí en el siglo XIII.