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Discursos

Discurso del Hijo Predilecto de Andalucía 2014, Miguel Ríos, en el acto de entrega de distinciones con motivo del Día de Andalucía

28/02/2014
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El hijo predilecto

Para que yo me llame Ángel González,

para que mi ser pese sobre el suelo,

fue necesario un ancho espacio

y un largo tiempo:

hombres de todo mar y toda tierra,

fértiles vientres de mujer, y cuerpos

y más cuerpos, fundiéndose incesantes

en otro cuerpo nuevo.

Solsticios y equinoccios alumbraron

con su cambiante luz, su vario cielo,

el viaje milenario de mi carne

trepando por los siglos y los huesos.

De su pasaje lento y doloroso

de su huida hasta el fin, sobreviviendo

naufragios, aferrándose

al último suspiro de los muertos,

yo no soy más que el resultado, el fruto,

lo que queda, podrido, entre los restos;

esto que veis aquí,

tan sólo esto:

un escombro tenaz, que se resiste

a su ruina, que lucha contra el viento,

que avanza por caminos que no llevan

a ningún sitio. El éxito

de todos los fracasos. La enloquecida

fuerza del desaliento...

Buenos días andaluzas y andaluces. Señora Presidenta y demás miembros de la Junta de Anda lucía: gracias por concederme el honor de formar parte del selecto grupo de Hijos Predilectos de esta nuestra tierra. No sé si me lo merezco, pero lo voy a disfrutar a tope. Sé que hay mucha gente que manifiesta no tener apego a este tipo de recompensas, cuasi espirituales. Yo no soy de esos. Cada laurel ha sido un estímulo en mi carrera, y me ha confirmado en mi empeño de querer y ser querido por mis semejantes. También sé que el galardón que uno acepta, conlleva el compromiso tácito de defender la causa por la que te abanderan. Defender Andalucía es algo que, los que hoy vivimos la fiesta del reconocimiento de nuestra tierra en nuestros corazones, hacemos de mil amores.

Antes de presentar a mis compañeras y compañeros de palmarés y prestar mi voz para cantar sus incontables méritos que hoy les son reconocidos, permítanme expresar mi dolor por la repentina muerte del inmortal artista Paco de Lucía. Usaré unos famosos versos elegíacos de Federico García Lorca para expresar el triste pesar de toda Andalucía por su fallecimiento. "Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace, / un andaluz tan claro, tan rico de aventura. / Yo canto su elegancia con palabras que gimen / y recuerdo una brisa triste por los olivos". Querido Paco, genio, maestro, amigo, ciudadano del mundo y andaluz. Descasa en paz, vivirás tanto como viva nuestra estrella.

Admiro la lucha que los profesionales de la Sanidad Pública han mantenido contra su privatización, desmontado la falacia de que lo privado es mejor y más barato. La doctora Bayo Lozano, además de los logros de su gran carrera profesional contra el cáncer, que hoy la hace merecedora de la Medalla de Andalucía, pertenece a un colectivo que no solo salva vidas, sino dignidades. Doctora enhorabuena a usted y a todos sus colegas.

John Lennon escribió una canción titulada "La mujer es el negro de este mundo". Para que esta situación de doble atropello social (el machismo y el racismo) cambie, existen personas que, como la fiscal Flor de Torres, dedican su esfuerzo a defender a la mujer, el colectivo más maltratado de la tierra. Hay que luchar por un mundo donde la justicia social impida la sumisión de la mujer y el ministro de Justicia no mande en su cuerpo.

Hoy Andalucía premia a una mujer ejemplar hecha a sí misma: la empresaria Hurtado Cabrera. En una situación tan desesperada, donde el paro es el enemigo número uno de nuestra tierra, generar puestos de trabajo en la agricultura, un rubro machacado por  políticas erróneas y clasistas, es un bien social de primer orden. "Andaluces levantaos, pedir tierra y libertad", así dice nuestro himno.

Uno de los atractivos que tiene escuchar el programa "Hora 25" de la Cadena Ser, es encontrarse con las opiniones, siempre ponderadas e independientes, de la periodista todo terreno María Esperanza Sánchez, como lo era cuando intervenía en el mítico "Hoy por Hoy" de Iñaki Gabilondo. En todos los medios en los que colabora, antepone, por encima de la expresión de sus ideas, la información y la defensa de la verdad. Eso es lo que la hace imprescindible.

Cerrando esta "delantera mítica" de admirables mujeres andaluzas, me conmueve nombrar a Estrella Morente, una gran artista a la que conozco desde que era niña. La hija del maestro Morente, otro de los genios creadores que ha dado mi generación, es el diamante que el "León del Albaicín" pulió con el mimo y esmero del orfebre que sabe que tiene una joya de gran valor en sus manos. El talento de Estrella ya no necesita tutelas. Ella es ahora la adelantada de una saga familiar cuyos genes entroncan con el arte más genuino y representativo de Andalucía: el flamenco, patrimonio inmaterial de la humanidad.

Ahora, por orden de aparición en el planeta Andalucía, llega el turno de los hombres.

Miguel Picazo es uno de los primeros cineastas que puso el nombre de nuestra tierra en las luces de las marquesinas de los cines de toda España. Su filmografía está llena de joyas que aún perduran en el tiempo y que retratan, con un lenguaje propio, la historia de un tiempo y de un país llamado España. Con el talento de los nuevos directores de nuestra tierra, que han seguido su ejemplo, Andalucía tendría una industria puntera en el cine mundial, por solo un puñado de euros.

La primera vez que vi el nombre de este artista y luchador por las libertades, el sanroqueño Vázquez de Sola, fue muchos años antes de hacerme amigo suyo. Y no fue en una viñeta, ni en un cuadro, ni siquiera en un artículo periodístico, fue en un disco editado por Ruedo Ibérico, poco después del asesinato del almirante Carrero Blanco a manos de ETA. Eran tiempos en que creíamos que la banda terrorista luchaba contra la dictadura. El disco contaba, por toda instrumentación, con una chirigota y una zambomba. El texto decía, cito de memoria: "por la calle Claudio Cuello, tirando pa'bajo, iba el coche de Carrero a todo carajo..." Y terminaba: "Le han pegao una hostia tan fenomenal que saltó porcima de la Catedral".

El currículo del catedrático Sr. Muñoz Machado es tan vasto, su talento cubre tantas disciplinas y sus logros son tan deslumbrantes, que, sin duda, se merece la Medalla de Andalucía y todo nuestro respeto. Coincidir con personas como don Salvador, dedicadas al estudio y a la enseñanza de materias fundamentales para el desarrollo en justicia de la sociedad en que vivimos, hacen que uno se enorgullezca del valor intelectual de los hombres y las mujeres de Andalucía.

El jurista da paso al Chef del Mar, Ángel León. "Me gustaría algún día que el mar fuese una fuente de inspiración étnica y una manera de hallar sentido a una existencia sobre la tierra..." Quien así filosofa es la estrella emergente de la gastronomía andaluza. Esto se puede leer en la página web de su restaurante del Puerto de Santa María, Aponiente. El amor que Ángel manifiesta por los productos que ofrece a sus comensales, se parece mucho al respeto que las antiguas tribus manifestaban por todos los seres vivos, sobre todo por los que sacrificaban para el sustento.

Por último, felicitar al grupo empresarial Única Group, con sede en La Mojonera (Almería), que da empleo a 2.000 trabajadores directos y 6.000 indirectos. Esta cooperativa, presidida en la actualidad por José Martínez Portero, ha socializado el agro y es un ejemplo a seguir. Enhorabuena.

Hablando de dignificar el agro andaluz, llamo la atención sobre la milenaria Vega de Granada, que lucha por su reconocimiento como espacio a proteger, para librarla de la especulación que ha ido pegándole bocados, cada vez que el ladrillo ha estado boyante.

Pido un cariñoso aplauso para todos ellos.

En la nómina de los grandes nombres que me han precedido como Hijos Predilectos, el mío quizás solo encaje por la novedad de haber desarrollado un arte mundano, epidérmico y exógeno, llamado rock and roll, lejano y casi antitético a las disciplinas y prendas que han adornado a mis predecesores. Me cabe el honor de haber ayudado a establecer en nuestra tierra y en nuestra lengua, una música universal que goza de excelente salud en Andalucía, donde creo que se encuentra el mayor número de músicos de este género por metro cuadrado, a pesar de la que está cayendo. Eso sí, todos entre el "vert...igo" de la desesperación y la algarada.

He querido empezar mis palabras de agradecimiento con los maravillosos versos de Ángel González, que cantan, de forma magistral, los azarosos pasos que da la vida para construir un ser humano. Mucho antes de que se nos conozca por el nombre que hoy nos identifica, antes de ser un eslabón de la interminable cadena de vidas entrelazadas de la que formamos parte, el azar nos coloca en un punto cardinal del planeta tierra sin que nadie pueda elegir a dónde llega.

Si además la cigüeña de la que habla el imaginario popular, a la hora de entregar el encargo que dicen viene de París, se equivoca, como solía hacer la paloma de los versos de Alberti, que "por ir al norte, fue al sur", el lío de la pertenencia a un lugar, a una patria o a un clan determinado, se convierte en una suerte de juego de ruleta. Caigas donde caigas tendrás que aprender a amar, respetar y mejorar, si te es posible, el hogar patrio.

Así que nacer en un lugar o en otro, viene a ser una lotería o un problema de navegación. Venir al mundo unos cientos de kilómetros al norte o al sur, determinará, desde el color de tu piel y tu renta per cápita, a la lengua en la que expresas tus sentimientos, y los dioses a los que dirijas tus plegarias o blasfemias. Los gobiernos de la tierra te miraran bien o mal según el paralelo donde la cigüeña te deposite. Pero que no quepa duda alguna: quien nace al sur del sur, lo tiene jodido, como vemos, dramáticamente, en estos tiempos aciagos.

Yo nací en Granada cuando este país estaba al sur del sur. Cuando Europa empezaba en los Pirineos, y nos miraban mal todas las naciones que, con su hipócrita e interesada política de neutralidad, propiciaron que un dictador llamado Franco muriera en su cama después de cuarenta años de paz y cementerio. Tuve la enorme suerte de caer en una familia que, desde que tengo uso de razón hasta este gran día, se quiere y se conforta. A ellos les entrego este momento.

Como decía, Andalucía era entonces el sur del sur y como sucede en estas circunstancias, no me quedó otra que viajar "en sucios trenes que iban hacia el norte". Como tantos miles de andaluces salí a buscarme la vida. Guardaba en el equipaje de cartón piedra la vocación irrenunciable del maletilla: triunfar en el rock. Una música que cambiaría la faz cultural del planeta. Fui uno de los apóstoles de ese viento de libertad y por ende, uno más de los que rompió con las tradiciones y abrazó la modernidad.

Nunca fui hijo pródigo, porque mi madre, Andalucía, era viuda y estaba tiesa. Pero me adorné con la inestimable e intangible herencia de su vena artística, su inspiración poética, su elegancia y dignidad ancestrales. Revestido de su visión lúdica y dionisíaca de la existencia, visité lejanas tierras y me lo pasé de cine en cuanto pillé cacho y dejé atrás las privaciones.

La verdad es que, por entonces, no extrañaba demasiado aquel bodegón chusco que era Andalucía pintado por tradiciones decimonónicas, botijos, panderetas, señoritos e inmovilismo; el triunfo de la especulación, muchas veces delictivo y hortera, degradaba su incomparable belleza sin que cupiera crítica alguna, porque el ladrillo derramaba sus migajas sobre la mesa del pobre; tampoco me sentía cómodo con el mal gusto de algunos graciosos que intentaba suplantar, con lamentables chascarrillos, la sabiduría popular.

Por devoción y por trabajo volvía con bastante frecuencia y me sorprendía su indestructible belleza, la dignidad, el talento y el tesón de muchos de sus hijos, que en variopintas disciplinas estaban destacando, y recobrando la sabiduría ancestral y el sitio que un día hizo destacar a Andalucía como crisol de culturas. Sus poetas, sus músicos, sus universidades, su patrimonio cultural histórico, empezaban a ser valorados como marchamo de universalidad, y reclamado por los viajeros que venían a equilibrar la balanza de pagos a cambio de un baño de sol.

En lo que pude, intenté mantener el pabellón de nuestra tierra lo más alto que supe. La canté y la defendí, y siempre lavé la ropa sucia en casa. Si es accidental donde uno nace, no lo es amar lo que uno escoge. Yo escogí amar a Andalucía con los ojos de Granada y, desde la primera vez que crucé Despeñaperros, supe que su luz me acompañaba.

¿Y dónde está Andalucía hoy? No hay más que ver los indicadores para darnos cuenta de que hay un indeseable y abultado número de ciudadanos que están contra las cuerdas.   Pisando la línea roja, cuando no, inmersos en la absoluta pobreza. Desesperados porque la propaganda oficial del Gobierno Central, y la de los verdaderos amos del cotarro: los avariciosos mercaderes y sus voceros mediáticos, anuncian el fin de sus sufrimientos, mientras la tozuda realidad del día a día les sigue pegando abajo.

Hoy no se puede subir a ninguna tribuna, aunque sea para celebrar un acto gozoso, como es el que nos ocupa, sin tener en cuenta el sufrimiento, la desesperación y la incertidumbre de los que menos tienen. De los que no tienen nada o casi nada. No se puede celebrar el Día de Andalucía sin llamarnos la atención, sin enrojecer de rabia, por no ser capaces de cambiar esta situación de flagrante injusticia.

Ya sé que el Gobierno de la Junta, y los partidos de izquierda que lo sustentan, hacen lo que ningún otro por arbitrar políticas que logren paliar el sufrimiento de los ciudadanos. Sabemos que, desde el estrecho margen en el que se mueve esta Autonomía, es muy difícil propugnar acciones para salvar a los más débiles, y que cuando lo han intentado vuelan los recursos ante los tribunales para paralizar su desarrollo, en flagrante desprecio a la política. El "austericidio" salvaje, el desahucio de la Democracia que está teledirigido por las políticas ultraconservadoras, repercuten en Andalucía y en el sur de Europa y nos obligan a luchar por conservar derechos inalienables que ya habíamos conquistado.

Usted señora Presidenta anunció en su toma de posesión que iba a "cambiar la manera de relacionarse con los ciudadanos". Para combatir la peligrosa desafección que sufre la política, los políticos tienen que interiorizar y demostrar con acciones que son servidores del pueblo. Tienen que arbitrar fórmulas para escuchar, permanentemente, sus demandas. Hoy la Sociedad civil está contra el Estado, precisamente por la falta de cauces que permitan la fiscalización por los ciudadanos de las acciones de sus políticos. Hay que establecer un mecanismo permanente de comunicación y de rendición de cuentas, además, de penalizar el grosero incumplimiento de los programas electorales. No hay que aferrarse al resultado de las urnas cada cuatro años, como paradigma de la Democracia.

En cuanto a la corrupción. Yo no voy a dejar de creer en la música porque haya algunos músicos que desafinan, simplemente no tocaré con ellos. Hagan ustedes lo mismo con los políticos que utilizan de una forma indecente la política, denúncienlos. No son uno  de los suyos. Esos son los enemigos del pueblo. Sean leales con los que depositaron su confianza en ustedes, no con quienes están socavando los cimientos de la Democracia.

Borges escribió en 'De la diversa Andalucía': "Cuántas voces y cuánta bizarría y una sola palabra. Andalucía." Voces tenemos todos, bizarría hay que ponerla encima de la mesa, el futuro es nuestro.

Querida Presidenta, gracias por un día tan hermoso y suerte en su tarea.