Más de 1.880.000 alumnos, unos mil más que el año pasado, se han incorporado a las aulas andaluzas a lo largo del mes de septiembre en 6.817 centros, entre públicos, concertados y privados, y son atendidos por 117.685 docentes. Un sistema educativo que es el mayor del país y tan grande o más como el de muchos países europeos.

Del total de estudiantes, 1.485.259, el 80% cursa estudios en 4.567 centros públicos atendidos por 95.055 maestros y profesores, que engrosan la mayor plantilla pública de docentes de España. Este dato demuestra la gran apuesta por la escuela pública del Gobierno andaluz. Sin olvidar que en Andalucía también se financia con fondos públicos la formación de 329.657 estudiantes de la concertada.

Todos, de la pública, la concertada o la privada, se enfrentan a un curso diferente por la puesta en marcha de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce).

Ante esta situación, la Junta garantiza una educación basada en la calidad, la equidad y la igualdad de oportunidades.

En Andalucía no se retrocede en derechos y no se dan pasos atrás, una vez que se han conseguido recortar distancias estructurales en educación con el resto del país. Para ello, la Junta lleva mucho meses trabajando para evitar daños añadidos  al sistema educativo, al alumnado y a las familias. Así, Andalucía es la resistencia por la defensa del derecho a la educación y hay certezas frente a los recortes.

El refuerzo de las plantillas docentes con la incorporación de 250 profesores y maestros más a la escuela pública, el mantenimiento del apoyo a las familias con el programa de libros de texto gratuitos que ya solo se da en Andalucía y en Navarra, las bonificaciones en escuelas infantiles y comedor escolar, el sistema de becas, el rescate de programas educativos eliminados por el Ministerio y que serán financiados con recursos propios de la Junta, son una muestra de cómo la Junta afronta los recortes del Gobierno central.

Además, la Consejería de Educación, Cultura y Deporte ha puesto en marcha la implantación de la Lomce por sentido de la responsabilidad y por imperativo legal, pero de la manera menos lesiva posible.