En Andalucía se adoptan una media de 180 menores al año, un número muy pequeño en relación al total de niños y niñas que están en el sistema de protección y que se podrían beneficiar de una adopción.
Se trata de menores que no pueden permanecer con su familia biológica porque han padecido situaciones de negligencia, malos tratos o cualquier otra circunstancia dolorosa o traumática.
Estos niños no han tenido una trayectoria vital "normal". En general, todos vienen de situaciones de negligencia, algunos han sufrido abusos sexuales, malos tratos físicos o psíquicos, fracasos en acogimientos anteriores y, por ello, pueden presentar, en algunas ocasiones, dificultades en su desarrollo físico y afectivo.
Todo ello hace que, de partida, se trate de pequeños con necesidades diferentes a las que tienen los menores que no han pasado por estas situaciones.
Además, algunos menores tienen otras necesidades especiales añadidas, lo que suma dificultad a sus posibilidades de adopción. Por ello, el sistema de adopción les concede prioridad. ¿A quiénes? En Andalucía se da carácter preferente a las solicitudes de acogimiento o adopción para niños y niñas mayores de 7 años; a grupos de tres o mas hermanos, o a grupos de dos, en los que uno de ellos tenga 7 años o mas o necesite una atención un poco más especial.
También tienen prioridad los niños con enfermedades crónicas. En muchos casos no se trata de enfermedades graves o incapacitantes, simplemente se trata de situaciones donde tiene que realizarse un control médico más exhaustivo. Asimismo, se priorizan las solicitudes de familias dispuestas a adoptar menores cuyos padres biológicos padecen una enfermedad o un retraso mental y de menores que presenten alguna discapacidad o algún problema de salud especial.