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Visibilizar con las palabras

El Instituto Andaluz de la Mujer ofrece unas pautas para combatir el sexismo a través del lenguaje

18/09/2015

Artículo sobre el uso del lenguaje de género.

Dos periodistas, ambas mujeres, abren un debate en torno al titular que quieren poner a su reportaje: "Los médicos recomiendan...". Una de ellas quiere corregirlo, porque el sujeto no visibiliza a las médicas. La otra argumenta que el uso del genérico, masculino y plural, es inclusivo y permite economizar el lenguaje, y tantos caracteres no caben en el titular. ¿Economía o responsabilidad? En una sociedad del siglo XXI, en la que nadie pone en cuestión la importancia de buscar la máxima igualdad de oportunidades para mujeres y hombres, el argumento de la economía lingüística, tan necesaria en el mundo de la comunicación, no es suficiente para dejar de aplicar la responsabilidad social de los medios, esos medios que tanto pueden ayudar a generar en la ciudadanía una conciencia igualitaria entre mujeres y hombres, libre de estereotipos, de machismo, de violencia de género. ¿Cómo hacerlo? Visibilizando a las mujeres, porque lo que no se ve no queda en el imaginario social. Y lo que no se nombra, tampoco.

La lengua, extremadamente flexible y moldeable, ha ido adaptándose a lo largo de la historia a los cambios y a los usos de la sociedad. Respetables lingüistas de todos los tiempos coinciden en señalar que las lenguas, como cualquier otra invención cultural y simbólica, no son productos estáticos ni acabados, sino que evolucionan, adaptándose a las realidades que vivimos.

Pero también esa misma invención cultural que es el lenguaje humano es la que moldea nuestro pensamiento. Tal y como dijo Wilhelm von Humboldt, las lenguas son órganos vivos que van configurando nuestra percepción de la realidad. Y si están contaminadas de sexismo, transmitirán el mismo a quien aprenda a comunicarse con los parámetros marcados.

"El bebé que aprende a comunicarse interiorizará con los años que cuando se hable del hombre se estará refiriendo al género humano, o que cuando en el cole den una orden a los niños ellas tendrán que acatarla, pero no al revés". Para la directora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), Carmen Cuello, "ese pequeño detalle debe servir, al menos, para reconocer el sexismo heredado en nuestra lengua", un paso que considera "imprescindible" para comprometerse con el cambio.

El masculino como genérico, así como las innumerables interpretaciones sexistas de muchas palabras -comparemos, por ejemplo, la connotación de zorro y zorra como calificativos de una persona-, son un reflejo de la cultura androcéntrica que ha primado en la sociedad, en la que históricamente los hombres ocupaban los espacios de y conocimiento, mientras las mujeres quedaban relegadas al ámbito del hogar.

Pero la realidad ha cambiado, y la lengua se ha hecho eco de ello. "Hace 100 años, cualquier lingüista ridiculizaría a la persona que dijera abogada, médica o modisto, términos tan habituales en la actualidad", explica Carmen Cuello, quien añade que esa evolución ha sido fruto de la insistencia de muchas personas que han normalizado el uso, reivindicando visibilizarse como género.

Pero... ¿que importancia tiene visibilizar el género?. Para la directora del IAM, la respuesta esta muy clara: "Si pensamos con el lenguaje, y el sexismo permanece en el mismo, seguiremos reproduciendo el sexismo en nuestro pensamiento". "La lengua es un instrumento de poder y, por tanto, un medio de transformación de la realidad de las mujeres", señala Carmen Cuello, quien alude a la lingüista Eulalia Lledó para sostener que "si se utiliza correctamente, el lenguaje puede contribuir de forma determinante a la igualdad y a la visibilización de la mujer".

Nombrar a las niñas

A nivel psicológico, más de una autora ya ha apuntado la importancia de nombrar a las niñas y a las mujeres para ser ellas mismas conscientes de su potencial. Es más, explica la directora del IAM, "el principio de la economía del lenguaje no puede estar por encima del principio fundamental del lenguaje en sí, que es la comunicación efectiva". Por tanto, añade que es preferible usar un término más y decir "médicos y médicas" que lanzar un genérico como "médicos", que "no es efectivo al contribuir a perpetuar el sexismo y a no mejorar la realidad que nombramos".

Los argumentos son múltiples. "Y el debate, más que superado", destaca la directora del IAM, quien recuerda que la UNESCO, organismo de educación de las Naciones Unidas, publicó en 1991 el documento 'Recomendaciones para un uso no sexista del lenguaje', en una época en la que las normativas comenzaban a marcar los cambios. Así, en 1995 se aprobó en España una orden ministerial para adecuar para la denominación de los títulos académicos oficiales a la condición masculina o femenina de quienes los obtuviesen.

Pero es en el año 2007, con la Ley para la Igualdad efectiva de mujeres y hombres, cuando se establece en España como criterio de actuación de todos los poderes públicos la utilización de un lenguaje no sexista. Un año después, en 2008, el Parlamento Europeo aprueba el Informe sobre el Lenguaje no Sexista, con un anexo de orientaciones específicas para el español.

Andalucía fue pionera en el impulso de la igualdad en el lenguaje, al aprobar en 1992 una orden autonómica para la eliminación del lenguaje sexista en los textos y documentos administrativos. Fue la primera de varias instrucciones administrativas, que más adelante fueron contempladas en la Ley 12/2007 para la promoción de la igualdad de género en Andalucía, una normativa que marca como prioritaria la promoción del lenguaje no sexista como instrumento de transformación de la conciencia social en materia de género.

"Desde el IAM queremos recordar que el uso del lenguaje no sexista no es sólo un aspecto importante, sino además una prioridad marcada por ley para las administraciones que trabajamos por la igualdad de género y una responsabilidad para agentes socializadores, como los medios de comunicación, que contribuyen a generar conciencia y pensamiento", señala Carmen Cuello, que invita a todas las personas a consultar el Decálogo del IAM para el Uso del Lenguaje no Sexista.