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Economía y Empleo

La Estrategia Industrial de Andalucía 2020 elevará hasta el 18% el peso del sector manufacturero en la economía

La nueva planificación, aprobada por el Consejo, movilizará una inversión de 8.000 millones para superar los 533.000 empleos

El Consejo de Gobierno ha aprobado la Estrategia Industrial de Andalucía 2020, que establece las políticas de la Junta para convertir a este sector en el motor del nuevo modelo productivo regional, con especial atención al apoyo a las pymes y a la internacionalización.

Como principales objetivos para los próximos cinco años, el documento plantea elevar el peso de la actividad industrial en la economía andaluza hasta el 18% del Valor Añadido Bruto (VAB) (3,12 puntos más), así como recuperar los niveles de empleo previos a la crisis hasta volver a superar los 533.000 ocupados, tanto en las empresas manufactureras como en las de servicios avanzados. Para ello, se prevé movilizar una inversión total pública y privada de más de 8.000 millones de euros, a través de nuevos instrumentos financieros y de incentivos al desarrollo industrial y la I+D+i.

La nueva estrategia sustituirá al anterior Plan Andaluz de Desarrollo Industrial 2018-2013, que supuso una inyección de 3.370,7 millones de euros y contribuyó a mitigar los efectos de la crisis, así como a reducir las distancias con el sector a nivel nacional. En este sentido, Andalucía recortó en 13,43 puntos porcentuales su diferencia con el conjunto de España en lo relativo al peso de la industria en la economía, y en 3 puntos en relación con la aportación al VAB.

El diseño de la estrategia ha contado con el consenso de los principales agentes económicos y sociales, la participación de 35 expertos externos y un amplio trabajo de diagnóstico, con una muestra realizada entre más de 1.000 empresas de todos los tamaños y ramas de actividad. Entre los puntos fuertes del sector en Andalucía, este estudio señala su capacidad para crear nuevas empresas y su diversidad; la dimensión del mercado interno; el nivel de formación de sus recursos humanos, y la progresiva presencia en los mercados internacionales. En cambio, como puntos débiles en los que se centrará la nueva planificación, se destacan la alta tasa de mortalidad de las empresas, su pequeña dimensión en conjunto, la baja densidad industrial y los escasos niveles de innovación, cooperación y exportación con regularidad.

A partir de este diagnóstico, se han fijado ocho ejes de actuación con 52 medidas y cuatro grandes objetivos: aumentar el empleo industrial; mejorar la innovación; incrementar la presencia en los mercados internacionales, y propiciar procesos de colaboración entre empresas, agentes del sistema regional de innovación y administraciones.

Estas metas se cuantifican en 17 indicadores. Además de los citados sobre aportación al VAB y recuperación de los niveles de empleo, destacan los de aumentar en un 20% las empresas de entre 10 y 50 trabajadores y reducir en un 5% la intensidad energética (relación entre el consumo y la producción), en un 10% la tasa de temporalidad laboral y en un 30% la de accidentes graves y mortales.

En el ámbito de la mejora de la innovación, las principales metas que se marcan son duplicar el número de empresas manufactureras innovadoras; elevar en un 20% la proporción de las actividades que las industrias dedican a estos objetivos; incrementar en un 50% el número de solicitudes de patentes nacionales, y duplicar el porcentaje de empresas del sector industrial incorporadas al mercado digital.

Industria exportadora

En cuanto a la internacionalización, se prevé aumentar en un 20% el número de empresas con volumen de exportación superior a los 50.000 euros anuales; en otro 20% el importe de las ventas al exterior de las industrias manufactureras; en un 50% la exportación de actividades de media y alta tecnología, y en un 30% la inversión extranjera directa en la industria manufacturera y en los servicios avanzados científicos y técnicos.

Para la consecución de estos objetivos, la estrategia incorpora una batería de instrumentos financieros y de servicios avanzados e infraestructuras de apoyo a la innovación y al emprendimiento, además de prever diversos avances en fiscalidad y la regulación normativa.

Respecto al apoyo financiero, la Junta ya está tramitando la nueva Orden de Incentivos al Desarrollo Industrial y la Creación de Empleo para los años 2016-2017, que primará aquellos proyectos que presenten un mayor volumen de puestos de trabajo. Esta prioridad permitirá ampliar el abanico del tipo de sectores, iniciativas y empresas subvencionables. Asimismo, se introducirán diversas novedades de agilización y simplificación de trámites, se flexibilizarán los requisitos mínimos de acceso a los incentivos y se prestará especial atención a proyectos de colaboración empresarial y del uso intensivo de las TIC.

Paralelamente, se aprobará también la nueva Orden de I+D+i  para todo el periodo de la estrategia. Este marco de incentivos se dirigirá a proyectos que incrementen la competitividad de las empresas a través de tecnologías e innovaciones destinadas a la mejora de procesos y a la creación de productos y servicios de mayor valor añadido.

La Estrategia Industrial de Andalucía 2020 contará con financiación comunitaria a través de los programas operativos del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) y del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader). Igualmente, incorporará recursos de  la Administración General del Estado vinculados a la Agenda para el Fortalecimiento del Sector Industrial en España.

En Andalucía hay más de 187.000 puestos de trabajo vinculados a la industria manufacturera (el 7,3% del total de personas ocupadas en la región), con un total de 30.000 firmas (el 6,6% de la comunidad autónoma). Sumando las 84.000 empresas que presentan servicios avanzados científicos y técnicos, igualmente incluidas en el ámbito de la estrategia, la cifra de empleo se sitúa en 442.000, alrededor de 90.000 por debajo de los niveles previos a la crisis económica.

Las actividades transformadoras de recursos naturales, fundamentalmente industria agroalimentaria, suponen entre el 35% y el 40% del total de firmas manufactureras. Les siguen las vinculadas a la producción de bienes para el mercado local, con un 20-25%.