La ejecución de un sistema de transporte lineal como los metros y tranvías consolidan y vertebran un eje viario, por el que discurren los trenes y se localizan las estaciones y paradas, que pasa a adquirir un valor urbano de mayor magnitud. De un lado, afianza la articulación interna de los barrios, equipamientos de interés público y establecimientos comerciales localizados en la traza, que a partir de la implantación del metro están mejor conectados, con unas desplazamientos más fluidos entre estos puntos de interés. Este atractivo es objeto de reclamo, de un lado, para concentrar más población (mayor ocupación de alquileres) y, por otro, para atraer actividad comercial, de ocio y turística.

De acuerdo a diferentes estudios, la localización de una estación o parada de metros y tranvías revitaliza comercialmente las tiendas y establecimientos ubicados en su radio de influencia (a 500 metros), con incrementos de la facturación de entre el 20 y el 30%, y revaloriza también los inmuebles localizados en el entorno de estaciones y paradas, hasta un 20%, siempre en función del ciclo inmobiliario del momento.

En el caso del metropolitano de Granada, su implantación ha tenido en cuenta la localización en el trazado de equipamientos de primer orden como el Campus Universitario de Fuente Nueva o el Parque Tecnológico de las Ciencias de la Salud, así como de otros complejos comerciales ubicados al sur del trazado.

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