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'Mujeres en vanguardia', la desconocida historia de la Residencia de Señoritas

El Museo de la Autonomía de Andalucía acoge esta muestra dedicada al primer centro oficial para fomentar la educación superior de la mujer en España

Una de las imágenes de la muestra.

Una de las imágenes de la muestra.

La muestra 'Mujeres en vanguardia. La Residencia de Señoritas en su centenario (1915-1936)', en su versión itinerante, se podrá visitar en el Museo de la Autonomía de Andalucía entre los días 4 de octubre y 18 de noviembre. Organizada por la Residencia de Estudiantes y Acción Cultural Española, ha sido inaugurada por el consejero de Cultura, Miguel Ángel Vázquez, la directora del Centro de Estudios Andaluces, Mercedes de Pablos, y la directora de la Residencia de Estudiantes, Alicia Gómez-Navarro.

La exposición que, en septiembre pasó por el Centro Andaluz de las Letras en Málaga, llega a Sevilla comisariada por Almudena de la Cueva, coordinadora de Investigación y Estudios de la Residencia de Estudiantes, y Margarita Márquez, profesora titular de Historia de la Universidad Complutense. Con esta retrospectiva, un homenaje al primer centro oficial creado en España para fomentar la educación superior de la mujer, se da muestra del avance hacia la igualdad de derechos que supuso aquel proyecto de renovación de la sociedad española inspirado por la Institución Libre de Enseñanza (ILE).

Ese "paso de gigante" ha sido comentado en su intervención por el consejero, quien ha incidido en su significado por lo que supuso en el impulso de la visibilidad de la mujer en el mundo de la cultura."La cultura debe estar comprometida con la igualdad, y eso se debe de visibilizar, por eso esta exposición es tan importante. Todas las mujeres que aparecen en estas imágenes tuvieron algo que decir a la sociedad española del siglo XX. Fueron las precursoras de la mentalidad moderna, con ellas la sociedad empezó una auténtica trasformación social. Ellas dieron un paso de gigante hacia la libertad y la igualdad de derechos y oportunidades, pilares de las políticas culturales de este Gobierno con los que estamos firmemente comprometidos", ha subrayado Miguel Ángel Vázquez.

Residentes como Victoria Kent, Matilde Huici, Delhy Tejero o Josefina Carabias; profesoras como María Zambrano, Maruja Mallo o María Goyri, conferenciantes y colaboradoras como Zenobia Camprubí, Victoria Ocampo, Gabriela Mistral o Clara Campoamor, bajo la dirección de María de Maeztu, son algunos de los nombres en femenino que protagonizan la historia de la Residencia de Señoritas y que pueblan los documentos y fotografías que se reproducen en la muestra.

Mujeres en vanguardia

La exposición que podrá verse en el Museo de la Autonomía se divide en cuatro grandes apartados. El primero de ellos, titulado 'Educación para la mujer. Las primeras iniciativas (1869-1915)', aborda cómo la creación de la Residencia de Señoritas se vincula de manera directa con el proyecto de renovación de la sociedad española a través de la educación inspirado por la ILE. Las primeras iniciativas se debieron a Fernando de Castro, fundador en 1870 de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer (AEM). Francisco Giner de los Ríos y los hombres y mujeres de la ILE continuaron la tarea de defender los derechos de la mujer e impulsar una educación en igualdad. Los institucionistas sostuvieron la coeducación como uno de los pilares de su sistema pedagógico y desde muy pronto la pusieron en práctica en su escuela.

La Junta para la Ampliación de Estudios, creada en 1907, además de contar con las mujeres en sus centros y de becar a muchas de ellas para que ampliaran sus estudios en el extranjero, decidió en 1915 extender la experiencia de la Residencia de Estudiantes -fundada cinco años antes- e inaugurar su grupo femenino, dirigido desde el comienzo por la pedagoga y humanista María de Maeztu.

El segundo apartado es 'La Residencia de Señoritas (1915-1936). Una apuesta de futuro'. La Residencia de Estudiantes y el grupo femenino formaban parte del mismo proyecto, compartían los mismos principios y perseguían objetivos similares. Como en la versión masculina, las residentes, además del alojamiento, contaban con un laboratorio en el que hacer sus prácticas, una nutrida biblioteca en la que apoyarse para sus estudios y un programa de clases, conferencias, conciertos y lecturas poéticas orientado a ampliar su formación. Todo ello en una atmósfera pensada para "ofrecer a las alumnas la garantía de un hogar espiritual rodeado de benéficos influjos, en el que poder disfrutar de las ventajas de la vida corporativa, de un sano ambiente moral y de toda clase de estímulos y facilidades para el trabajo", según un folleto de 1933.

En octubre de 1915 la Residencia de Señoritas se instala en la calle de Fortuny y en 1933 inaugura su última ampliación, un pabellón construido por el arquitecto Carlos Arniches. De sus treinta plazas iniciales, esta institución educativa llegó a contar con capacidad para 265 alumnas en 1936.

El tercer apartado, 'La Residencia de Señoritas (1915-1936). Las residentes', trata cómo casi la totalidad de las mujeres que tuvieron algo que decir en la sociedad española del primer tercio del siglo XX estuvieron relacionadas con la Residencia de Señoritas. Victoria Kent, Matilde Huici, Delhy Tejero o Josefina Carabias fueron algunas de sus residentes más destacadas. María Goyri, María Zambrano, Victorina Durán o Maruja Mallo formaron parte de su profesorado. Zenobia Camprubí, Gabriela Mistral, Victoria Ocampo, María Martínez Sierra, Clara Campoamor, María Montessori o Concha Méndez participaron en sus actividades. Un colectivo compuesto por mujeres de todos los rincones de España que se situaron en la vanguardia de un modelo de mujer profesional e independiente que todavía resultaba exótico en la sociedad de su época.

Finalmente, el bloque 'Años de Guerra (1936-1939). El destino de la Residencia y de las residentes tras la Guerra Civil' refleja cómo en julio de 1936 María de Maeztu se encontraba de vacaciones fuera de Madrid, ciudad a la que regresó de inmediato tras producirse el golpe de Estado. En septiembre de 1936 presentó su dimisión como directora y poco después abandonó España. Para sustituirla se nombró un comité presidido por Regina Lago y constituido por otras residentes y exresidentes. A comienzos de 1937, siguiendo al Gobierno de la República, la Residencia se trasladó a Valencia, a la localidad de Paiporta. Acabada la guerra, y disueltos por decreto los centros de la Junta para la Ampliación de Estudios, se creó en 1940 el Colegio Mayor Teresa de Cepeda en varios de los edificios de la Residencia de Señoritas.

Las antiguas residentes se diseminaron por el mundo con diferente fortuna. Algunas aprovecharon las redes tendidas en los años previos y recalaron en distintos países de la geografía americana y europea, donde vivieron sus años de largo exilio. Entre las que quedaron en España, muchas tuvieron que enfrentarse a diversos tipos y grados de represalias, que en ocasiones incluyeron periodos de cárcel e inhabilitación. También hubo antiguas residentes cuyas circunstancias o convicciones les permitieron vivir sin inconvenientes en la España de la dictadura.

Por su parte, María de Maeztu se marchó en un primer momento a Estados Unidos y posteriormente se instaló en Argentina, donde durante un tiempo trabajó en el proyecto, pronto frustrado, de trasplantar la experiencia de la Residencia de Señoritas a aquel país. Viajó en varias ocasiones a España y planeaba un regreso definitivo que no llegará a producirse debido a su repentino fallecimiento en 1948.