De algún modo, José Miguel Prada Poole (Valladolid, 1938) vislumbró el futuro antes de tiempo. O lo que es igual, organizó algunas de las claves de un extraño mañana entre los pliegues de su talento. A lo largo de su trayectoria, este arquitecto de modales exquisitos e inteligencia fina ha dibujado y ha diseñado sin descanso pero, sobre todo, ha imaginado un mundo de curvas y cúpulas con forma de gota de agua, de gota purísima. Él ha vivido entregado a ese complot apasionado de rediseñar la vida, de ficcionarla incluso.

A su mundo creativo dedica ahora una exposición monográfica el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), bajo el título 'Prada Poole: la arquitectura perecedera de las pompas de jabón'. La muestra, que permanecerá abierta hasta el 1 de septiembre, reúne más de 1.400 piezas entre planos, fotografías, vídeos, publicaciones, maquetas e incluso estructuras hinchables seleccionadas por el arquitecto jiennense Antonio Cobo Arévalo, profesor en el Departamento de Ciencia, Materiales y Tecnología del Diseño de la Escuela Superior de Diseño de Madrid.

'Prada Poole: la arquitectura perecedera de las pompas de jabón' se trata de la primera muestra monográfica que se ha llevado a cabo hasta la fecha sobre la obra de este gran creador, muy ligado a Andalucía, y en concreto a Sevilla por dos icónicas obras: el Hielotrón, pista de hielo construida en los años setenta que le valió el Premio Nacional de Arquitectura en 1975, y El Palenque, estructura concebida como auditorio y construido en la isla de la Cartuja con motivo de la Exposición Universal de 1992.

La cita, producida por el CAAC en colaboración con el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (Musac), toma como punto de partida el período comprendido entre 1968, año de las revueltas sociales de mayo en París, y 1973, cuando tiene lugar la primera crisis del petróleo. Es un periodo también significativo en el trabajo de Prada Poole marcado por las grandes obras de arquitectura neumática, una etapa que tuvo como gran hito la construcción del Hielotrón, construido en unos terrenos de Dos Hermanas (Sevilla).

En opinión del comisario Cobo Arévalo, José Miguel Prada Poole siempre ha tenido en su trabajo como único mandamiento "exprimir al máximo la tecnología para simplificar al máximo las cosas". Como ejemplo de esta aspiración, la muestra se detiene en los trabajos del arquitecto sobre grandes recintos de clima controlado, donde el diseño se adapta a las condiciones meteorológicas del entorno para reducir la dependencia de energías contaminantes.

La exposición también indaga en los vínculos del arquitecto con el arte contemporáneo. Sin ir más lejos, Prada Poole participó en dos de las grandes citas de la creación española en la segunda mitad del siglo XX. Así, estuvo presente en el Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid, en cuyo seminario de generación automática de formas plásticas creó el 'Estetómetro', un programa de computación primigenio que permitía a la máquina medir de forma científica el valor artístico de una creación.

Por otro lado, Prada Poole -que acudió a la inauguración de la exposición en las salas del CAAC- intervino en las míticas jornadas de arte contemporáneo de Pamplona, para las que diseñó una serie de 25 cúpulas de PVC, de once metros de altura y veinticinco de diámetro, que se extendían en unos 5.000 metros cuadrados y que se erigían como alternativa a las construcciones de la ciudad.