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El Gobierno andaluz defiende el espíritu de concordia de los andaluces en el 28F

El Ejecutivo autonómico cree que es “hora de la recuperación sin miedos” para que la comunidad continúe la reactivación económica

El Consejo de Gobierno ha aprobado una declaración institucional con motivo del Día de Andalucía, que se celebra el lunes 28 de febrero, en la que defiende el espíritu de concordia como rasgo distintivo de los andaluces a lo largo de la historia y cualidad imprescindible de las sociedades avanzadas.

El Gobierno andaluz recuerda que "la concordia se consigue por la convivencia pacífica de las ideas, por la convicción que compartimos de un fin superior y la suma de fuerzas en pro de objetivos comunes". En este sentido, reivindica la figura de Manuel Clavero, padre del andalucismo moderno, y de otros grandes andaluces como él.

Ante algunos acontecimientos "adversos" que han ocurrido durante este último año, como el incendio de Sierra Bermeja y la sequía que evidencia el cambio climático en nuestra región, el Ejecutivo autonómico se muestra convencido de que "nos asomamos a la conclusión de la mayor crisis sanitaria conocida por nuestras generaciones con un sistema sanitario público reforzado y modernizado".

Por ello, reivindica que "es hora de la recuperación sin miedo de nuestras costumbres, modos de vida y hábitos sociales" y considera que Andalucía debe continuar la reactivación socioeconómica emprendida para dar marcha hacia ese horizonte de prosperidad anhelado.

Texto íntegro de la declaración institucional:

Andalucía es lo que somos. Es la fuerza con la que luchamos por lo que queremos. Es tierra fértil donde arraigan los cultivos, las ideas, el arte y la cultura. Es el fervor y la fiesta con los que exteriorizamos la alegría de vivir y la fraternidad de todos, por encima de cualquier diferencia. Andalucía es ese sentimiento jondo que expresa el flamenco como solo él sabe hacerlo. Es el faro que llevó la luz de la civilización a todos los confines y que hoy, generoso y hospitalario, da la bienvenida al mundo. Es la familia, nuestra patria más íntima, en cuyas tradiciones y sueños nos reconocemos y donde encontramos la felicidad. Es el sí del feminismo a la igualdad de hombres y mujeres, sin distinción, empezando por el fin de la violencia machista. Es el entusiasmo por ese futuro de prosperidad tanto tiempo anhelado y sobradamente merecido por el que trabajamos día tras día. Todas esas palabras, marcadas por su 'efe' inicial, se resumen en la del mes de febrero, que condensa y simboliza en una fecha, el 28F, Día de Andalucía, todo eso que somos y todo cuanto queremos ser. Por eso, al llegar esta jornada tan popular y festiva, el celebrar que somos andaluces es una forma de reafirmar nuestro compromiso profundo con nuestra tierra y con su carácter, con su pasado, con sus necesidades y con sus esperanzas.

Muchas realidades han cambiado desde la anterior ocasión en que, bajo la bandera blanca y verde, festejamos juntos el 28F. Entre ellas, el adiós de don Manuel Clavero, padre del andalucismo moderno, que deja un vacío tan inmenso como inmensas son las lecciones de amor a Andalucía por él legadas. Hoy, esa enseñanza suya y de otros grandes andaluces como él nos inspiran y alumbran en el camino hacia la prosperidad, en este tiempo de transformación hacia una comunidad autónoma más moderna, preparada, competitiva, vertebrada, solidaria, justa, humana, provechosa y feliz. Hemos padecido también calamidades como el incendio de Sierra Bermeja, que nos mostró una vez más, con inusitada gravedad, la imperiosa urgencia de actuar por el medio ambiente, del que dependemos en todos los órdenes, desde la salud hasta la economía. Ante la evidencia del cambio climático y su impacto en nuestra región, esa llamada a la conciencia nos convoca también a combatir la sequía con una política de agua que garantice el consumo humano, cuide el patrimonio natural y acabe con el drama crónico de nuestros campos.

Estos últimos meses nos han traído, asimismo, la vacunación masiva de andaluces y, con ella, la certeza razonable, tanto tiempo ansiada, de que al fin nos asomamos a la conclusión de la mayor crisis sanitaria conocida por nuestras generaciones, a la que llegamos con un sistema sanitario público reforzado y modernizado. Es la hora de la recuperación sin miedo de nuestras costumbres, modos de vida y hábitos sociales justo en un momento, las puertas de la primavera, en que mayor profusión alcanzan las expresiones populares colectivas y las grandes ocasiones festivas de Andalucía. Este gran paso adelante, unido al entusiasmo por la reactivación socioeconómica emprendida, acelerará sin duda nuestra marcha hacia ese horizonte de prosperidad tan largamente anhelado.

La mejor herramienta para conseguirlo será la concordia, rasgo distintivo de los andaluces a lo largo de la historia y cualidad imprescindible de las sociedades avanzadas. Concordia a la que se llega por la convivencia pacífica de las ideas, por la convicción de que compartimos un fin superior a todas nuestras posibles diferencias, por la reconciliación, la colaboración y la suma de fuerzas en pro de objetivos comunes. Que el 28-F sirva para recordarnos a todos eso que somos y eso que importa por encima de todo lo demás.

Desde esta convicción y con este deseo, feliz Día de Andalucía.