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Cultura

El BOJA publica la incoación como BIC de las danzas de Fuente Tójar, Obejo y Fuente Carreteros en Córdoba

También se publica la incoación como BIC pero en la categoría de Monumento de La Puente de Alhama de Almería

El Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) ha publicado las incoaciones del procedimiento para la inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz (CGPHA), como Bien de Interés Cultural (BIC), con la tipología de Actividad de Interés Etnológico, la Danza de los Locos y El Baile del Oso en Fuente Carreteros, la Danza de San Isidro Labrador en Fuente Tójar y la Danza de las Espadas, en Obejo, para la inscripción como BIC, con la tipología de Monumento, La Puente de Alhama de Almería.

En relación a los rituales festivos, protegidos como la máxima figura de protección (la de BIC), constituyen una expresión más del patrimonio cultural de Andalucía y ejemplifica la diversidad de manifestaciones socioculturales urbanas andaluzas, resultado de complejos procesos históricos que han contribuido a configurar la identidad cultural de la comunidad.

Se trata, tal y como figura en el expediente de protección, de rituales festivos que constituyen un bien del patrimonio cultural andaluz como actividades de interés etnológico que presentan significativos espacios y expresiones diferenciadoras respecto a celebraciones similares.

La Danza de los Locos y el Baile del Oso constituyen un ejemplo paradigmático de expresiones culturales que forman parte del patrimonio inmaterial e intangible de las poblaciones carolinas que llegaron a Andalucía en el siglo XVIII. Un patrimonio incorpóreo que se configura como reproducciones simbólicas de la identidad de los miembros de estas comunidades que lo recrean y reproducen anualmente.

Por su parte, la Danza de San Isidro Labrador es un referente cultural considerada por los habitantes de Fuente-Tójar y la comarca de la Subbética como un patrimonio propio, estrechamente unido a la identidad local, que encuentra en la celebración de la danza un espacio para su expresión, reafirmación y redefinición.

La Danza de las Espadas de Obejo constituye un ritual festivo y un modo de expresión propio de un patrimonio inmaterial de gran valor simbólico, cultural y etnológico que es seña de identidad de la comunidad que lo genera e interpreta cada año.

Su protección como Bien de Interés Cultural se fundamenta en el objetivo del afianzamiento de la conciencia de identidad y cultura andaluza a través del conocimiento, investigación y difusión del patrimonio histórico, antropológico y lingüístico, mediante políticas públicas que garanticen la conservación y puesta en valor del patrimonio cultural, histórico y artístico de Andalucía.

La Puente de Alhama de Almería, BIC

Por otro lado, el BOJA también ha publicado la incoación del procedimiento para inscribir como BIC, con la tipología de Monumento, La Puente de Alhama de Almería. Situada sobre el barranco del Moralillo, se encuentra a las puertas de las Alpujarras orientales y forma parte del paisaje cultural de la sierra de Gádor y el valle del Andarax. Su construcción está asociada a las actividades socioeconómicas vinculadas a la minería y a la uva de mesa desarrolladas durante los siglos XIX y hasta la segunda mitad del siglo XX.

Los valores que justifican su inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz son de carácter arquitectónico, histórico, etnológico, paisajístico, científico y técnico. La característica común del paisaje cultural donde se inserta el elemento se basa en la actividad minera y en la de la uva de embarque, desarrollada en la sierra de Gádor y el valle del Andarax, respectivamente.

La Puente de Alhama de Almería.
La Puente de Alhama de Almería.

En cuanto a su valor arquitectónico, cabe resaltar la monumentalidad y calidad de la obra. Terminado de construir o reconstruido en 1807, de estilo neoclásico, podemos enmarcarlo en las grandes obras de ingeniería iniciadas en el reinado de Carlos III. El conjunto resalta entre los barrancos y bancales que conforman el territorio.

Este bien patrimonial, que quedará protegido con la figura de BIC se distingue, entre otros aspectos, por ser la seña de identidad de un pueblo. Se trata de una importante construcción de estilo neoclásico, de aproximadamente 26 metros de altura, 45 de longitud y unos 7 metros de luz en el vano central.

Se estructura en dos cuerpos. El primero de ellos, directamente sobre el cauce y construido en piedra caliza, está conformado por un arco de medio punto. El segundo se compone de tres arcos del mismo tipo, siendo el central de mayor tamaño que los laterales. Las dovelas de los arcos y las pilas se corresponden con sillares, mientras que los rellenos son de mampostería.

El pretil, de mampostería, está separado por una doble hilada de ladrillo que actuaría como alero y sobre la que aparecen los desagües de la calzada, compuestos por pequeños vanos adintelados, rematados por canaleras de piedra del lugar. Destacan unas prominentes impostas y cuatro plintos contrafuertes rematados por bolas en el interior del vano central del segundo cuerpo. Toda la obra está cimentada en la roca esquistosa de la zona apenas desbastada, sobre la que se asentaron las primeras hiladas.

Las sillerías bajas, así como los dos arcos laterales del cuerpo superior están encajados en la piedra natural, aumentando así las superficies de apoyo y disminuyendo las tensiones sobre el terreno. La placa conmemorativa de 1807 que aparece en el pretil del edificio, en la que podemos vislumbrar: «Se remató esta obra el día 2 de agosto de 1807» es el único dato histórico concreto que existe de su construcción, por lo que podemos relacionarla con las grandes obras de ingeniería proyectadas durante el reinado de Carlos III y el auge de la minería en la sierra de Gádor.