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Educación

La Junta evalúa casi 550 obras de eficiencia energética en los campus para su financiación

Las actuaciones en las zonas universitarias mejorarán la iluminación, y la climatización y promueven el uso de energía renovable

El Consejo de Gobierno ha tomado conocimiento del inicio de los análisis de proyectos e intervenciones en materia de eficiencia energética ejecutados a partir de 2020 por las diez universidades públicas andaluzas para evaluar si pueden sufragarse con fondos europeos. Esta iniciativa se complementa, además, con las diferentes medidas de ahorro de energía que estas instituciones han venido implantando o tienen previsto aplicar a lo largo de este curso académico.

El plazo para presentar las propuestas culminó el pasado mes de noviembre después de que la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación solicitara al sistema público universitario este listado de obras con el objetivo de aliviar la carga económica que está suponiendo en los últimos meses para estas instituciones el sobrecoste de la factura de la luz como consecuencia de la crisis energética internacional. Al igual que los hogares, las empresas y las administraciones públicas, han visto cómo sus gastos corrientes se han incrementado de forma extraordinaria por esta razón.

Además de cubrir esa necesidad, el Gobierno andaluz persigue también favorecer la implantación de modelos y sistemas sostenibles, seguros y descarbonizados en los campus, en el marco de la doble transición verde y digital planteada por Europa. Las universidades públicas son referentes en la puesta en marcha de prácticas innovadoras de mejora energética, convirtiéndose en muchos casos en campos de prueba de este tipo de iniciativas. Por tanto, este apoyo europeo puede ser la oportunidad para que los campus lideren la implantación de modelos y sistemas sostenibles.

Una vez recibidas, se comprobará si cumplen con los requisitos planteados por los Fondos React-EU, que es el mecanismo del que podrían beneficiarse. Estos recursos, contemplados en el paquete de ayudas Next Generation, fueron aprobados a raíz de la pandemia de la COVID-19 y están dirigidos a favorecer una recuperación verde, digital y resiliente.

En concreto, en materia de eficiencia energética en edificaciones e infraestructuras, este instrumento incentiva medidas de ahorro y de reducción de gases de efecto invernadero, entre las que se encuentran el uso de energías renovables como es la instalación de placas fotovoltaicas para autoconsumo o la bioclimatización de edificios. También se incluyen la mejora de los sistemas de control de consumo eléctrico en edificaciones o el ahorro energético por iluminación LED, entre otras iniciativas.

Entre las intervenciones recibidas, son mayoritarias las que han supuesto la renovación de ventanas y carpinterías exteriores, la sustitución de luminarias antiguas por las de tipo LED en aularios y laboratorios, así como la mejora de los sistemas de climatización y ventilación o la instalación de extractores y de placas fotovoltaicas. De igual modo, las universidades públicas han acometido obras de rehabilitación de cubiertas de edificios y trabajos de impermeabilización de fachadas, además de la renovación de ascensores y calderas.

En paralelo, la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación viene trabajando desde el inicio de curso con los equipos de gestión de las diez instituciones académicas públicas y con el apoyo de la Agencia Andaluza de la Energía en la búsqueda de soluciones y de alternativas que posibiliten reducir la factura eléctrica. En el marco de esa línea de actuación, éstas han diseñado planes a favor del ahorro energético, en los que las medidas adoptadas son muy diversas y numerosas. No obstante, pueden clasificarse en tres grandes categorías: sensibilización y comunicación; ventilación y climatización; e iluminación.

Las acciones oscilan desde la puesta en marcha de campañas de sensibilización dirigida a la comunidad universitaria o la instalación de detectores de presencia para regular el uso del aire acondicionado hasta la regulación de la temperatura en los diferentes edificios y recintos. También se ha apostado por rebajar la intensidad de la iluminación en los pasillos y zonas comunes, priorizar el sistema de ventilación frente a la climatización, o controlar de manera periódica los consumos de energía con el fin de apoyar la toma de decisiones para una optimización del consumo.  De igual modo, se incluyen recomendaciones para concentrar los exámenes en periodo estival en horario de mañana y, en invierno, en la franja de la tarde cuando solo haya ventilación.