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Economía y Empleo

El 85% de los participantes en acciones del Fondo Social Europeo quiso mejorar su formación

Las ayudas del FSE beneficiaron en 2021 a 1.115.000 andaluces, la mayoría desempleados y estudiantes, un 19% más que en 2020

El Consejo de Gobierno ha tomado conocimiento de la ejecución del Programa Operativo Fondo Social Europeo (FSE) en 2021, último ejercicio cerrado, del que en Andalucía se benefició un total de 1.115.176 personas. Esta cifra representa un 19% más que en 2020. El 50,17% de los beneficiarios fueron mujeres y hombres el 49,83%.

La mayor parte de los beneficiarios participó en algunas de las acciones financiadas dentro del tercer eje temático del programa operativo, cuyo objetivo es invertir en educación, mejorar las competencias profesionales y el aprendizaje permanente. De esta línea se beneficiaron 919.617 personas, que representan el 85% del total.

De las acciones incluidas en el primer eje temático (promover la sostenibilidad y la calidad en el empleo y favorecer la movilidad laboral) se beneficiaron 44.001 personas (3,9%) y 49.011 personas (4,4%) lo hicieron de operaciones vinculadas con el segundo eje temático (promover la inclusión social y luchar contra la pobreza).

También se contabilizan del FSE a los beneficiarios de las ayudas de los fondos RECAT-UE destinadas al refuerzo Covid-19 tanto en el ámbito sanitario como en el educativo. De estas ayudas se beneficiaron en 2021 un total de 102.547 personas, el 9,2% del total de beneficiarios del programa operativo.

Entrado en el detalle de los programas financiados, más de la mitad de los participantes (55,3%) se benefició de las actuaciones destinadas a promover la igualdad de acceso al aprendizaje permanente. El 14,3% participó en las acciones encaminadas a reducir el abandono escolar, mientras que el 12,9% lo hizo en aquellas diseñadas para adecuar los sistemas de educación y formación al mercado de trabajo.

Sólo el 0,5% de los participantes en acciones del FSE lo hizo en aquellas destinadas a promover el trabajo por cuenta propia, mientras que el 3,5% participó en programas de acceso al empleo para desempleados y personas inactivas, y el 4,4% en programas de inclusión activa (igualdad de oportunidades, participación activa y empleabilidad). El 9,2% restante fueron los refuerzos Covid-19 antes mencionados.

Acciones enmarcadas en cada uno de los ejes

Por otro lado, en relación con su situación laboral, el 98,6% de los participantes en las acciones vinculadas al Eje 1 (promover la sostenibilidad y la calidad en el empleo y favorecer la movilidad laboral) fueron desempleados; el 1,3%, personas ocupadas laboralmente; y el 0,1%, inactivos. Respecto al sexo de los participantes en las acciones de este eje, el 48,4% fueron mujeres y el 51,6%, hombres.

La mayor parte de los participantes, algo más de la mitad, se beneficiaron de programas de empleo local para mayores de 30 años. Le siguen los participantes en los programas dirigidos a orientadores de iniciativas de empleo local y quienes participaron en programas de fomento del trabajo autónomo. En último lugar se encuentra el grupo que pudo firmar contratos de investigación postdoctoral.

Con respecto al Eje 2 (promover la inclusión social y luchar contra la pobreza), el 86,3% de los participantes fueron desempleados; el 10,8%, inactivos; y el 2,9%, ocupados. Participaron en estas acciones más mujeres (56,5%) que hombres (43,5%).

La inmensa mayoría participó en estrategias de inserción de personas en situación de riesgo o exclusión social, seguidas, aunque muy de lejos por quienes participaron en programas de empleo local para mayores de 45 años y programas de inserción de jóvenes extutelados. En último lugar quedaron los incentivos para contratación de personas en situación de riesgo o de exclusión social.

Esta tendencia se invierte, lógicamente, en las acciones del Eje 3 (invertir en educación, mejorar las competencias profesionales y el aprendizaje permanente), destinadas principalmente a estudiantes. En este sentido, el 93,3% fueron personas inactivas laboralmente; el 4,5%, personas ocupadas y sólo el 2,5% fueron personas en situación de desempleo. La participación de mujeres y hombres, en este caso, fue del 50%.

Entre las actividades más demandadas dentro de este eje se encuentran las de auxiliares de conversación y las relacionadas con el desarrollo del bilingüismo en etapas educativas no obligatorias, seguidas muy de lejos por el FP de grado medio y superior, el transporte escolar, o las actividades de refuerzo escolar (PROA), entre otra, con la FP Dual o la FP parcial, la acreditación de competencias profesionales, la pedagogía terapéutica o el programa estival de refuerzo escolar (PROA estival).

Asimismo, las ayudas destinadas a paliar los efectos de la pandemia de Covid-19 en 2021 permitieron mantener abiertos un total de 2.006 centros educativos en Andalucía gracias a los profesores y profesoras de refuerzo que se contrataron con el FSE. También se pudo contratar a 20.403 sanitarios y sanitarias, y se les dio ayudas a 27.940 empresas en las que trabajaban 102.547 personas.

Objetivos alcanzados

El Comité de Seguimiento del Programa Operativo Fondo Social Europeo, que se reunió en Córdoba los días 5 y 6 de octubre para analizar el informe anual de ejecución presentado por la Dirección General de Fondos Europeos de la Consejería de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, ha constatado que en Andalucía se han alcanzado los objetivos programados.

En este sentido, han participado en los diferentes programas 43.306 personas desempleadas, incluidos desempleados de larga duración; 782.696 personas con estudios de Primaria o primer ciclo de Secundaria; 106.383 con segundo ciclo de Secundaria o post Secundaria; 36.161 personas en situación de riesgo o de exclusión social; y 20.403 profesionales sanitarios contratados con apoyo del FSE para reforzar las plantillas frente a la pandemia de Covid-19.