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El Consejo de Gobierno ha tomado conocimiento de las actuaciones desarrolladas por la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional sobre investigación aeroespacial a través de proyectos de investigación e innovación que siguen la metodología STEAM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas).
Así, durante este curso, un total de 130.676 estudiantes, con la implicación de más de 8.000 docentes, se acercan al ámbito de la investigación aeroespacial a través de programa CIMA para la Innovación y Mejora del Aprendizaje, que tiene como objetivo fomentar las vocaciones científicas y detectar el talento tecnológico en el alumnado desde edades tempranas.
El proyecto, dirigido a centros sostenidos con fondos públicos de Educación Infantil, Primaria, Secundaria Obligatoria y Bachillerato, incluidas las escuelas de Arte y las residencias escolares, acerca al alumnado y profesorado a la investigación aeroespacial, poniendo a los estudiantes en el papel investigador acerca de los avances en este ámbito. Se trata de despertar en ellos la inquietud por el conocimiento de la ciencia y las tecnologías y estimular el interés, especialmente de las alumnas, por estas materias, contribuyendo así a la igualdad de oportunidades.
Está organizado en tres niveles. El primero es el de Iniciación a la metodología STEAM, con pequeños retos basados en el contexto aeroespacial mediante procesos de investigación, donde se incluyen trabajos secuenciados con un enfoque de aprendizaje basado en proyectos desde distintas materias. El Nivel II o de Profundización está dirigido a aquellos centros que desean profundizar en la investigación aeroespacial, como en la búsqueda de exoplanetas o elaborar recursos educativos relacionados con este campo de investigación. Por último, el Nivel III o de Especialización es para aquellos centros que, habiendo superado el nivel de profundización, desean centrarse en su estudio y ejercer como centros embajadores y mentores de otros centros educativos participantes en los otros niveles.
Como apoyo al Programa CIMA, la Agencia Espacial Europea, a través de la Oficina Europea de Recursos para la Educación Espacial en España (ESERO Spain), impulsa la competición CanSat, consistente en una simulación de un satélite real, integrado dentro del volumen y la forma de una lata de refresco. El desafío para los estudiantes es adaptar todos los subsistemas principales de un satélite, como la energía y los sensores el sistema de comunicación, entre otros, dentro de ese espacio tan reducido.
La competición se realiza a nivel europeo, donde participa un equipo de cada uno de los estados miembros de la ESA. Para seleccionar al equipo que representa a España, se desarrolla una fase nacional, en la que participa un equipo de cada comunidad autónoma. En la final autonómica del reto CanSat 2024 participan 33 equipos andaluces con 175 estudiantes, de los cuales 134 son alumnas (76,57%) y 41 alumnos (23,43%). De esta final saldrá el equipo andaluz que representará a nuestra comunidad autónoma en la final nacional.
Además, en colaboración con ESERO Spain, el Programa CIMA presenta otras iniciativas tales como Detectives climáticos, dirigido al alumnado de Secundaria y Bachillerato y que propone un desafío para investigar sobre el impacto del cambio climático, la conservación y mejora de la biodiversidad, de los ecosistemas forestales y flora silvestre, así como el uso sostenible y responsable del agua.
Otra de las iniciativas es Moon Camp, que propone un desafío en el que el alumnado debe construir una base lunar a través de un proyecto en el que se realicen experimentos científicos, con enfoque práctico, o se diseñen infraestructuras espaciales, mediante modelos de impresión 3D, realidad virtual o aumentada. Está dirigido al alumnado de Primaria, Secundaria y Bachillerato.
La Metodología STEAM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas) es un modelo de aprendizaje basado en la enseñanza de estas disciplinas de manera integrada en lugar de áreas de conocimiento separadas, con un enfoque interdisciplinar y aplicado. Algunos de los beneficios pedagógicos que se le asocian son la promoción de una cultura de pensamiento científico crítico para la toma de decisiones del alumnado; la adquisición de conocimientos tecnológicos y científicos aplicables a cualquier posible situación que pueda aparecer en el futuro, desde una perspectiva integrada; mayor conciencia de las relaciones entre las diferentes áreas del saber, incluyendo las Artes y las Humanidades, asegurando un mayor grado de participación activa en los proyectos resultantes; y, gracias al factor creativo, desarrolla también la innovación y el pensamiento lateral.