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El metro de Granada, un billete de ida y vuelta al pasado

El ferrocarril metropolitano que se construye en Granada invita a viajar a los tiempos en que el antiguo tranvía comenzaba a recorrer la capital y su entorno

05/09/2014

Imagen superior: el tranvía por la Puerta Real (del libro 'Granada en el tiempo de los tranvías', varios autores. Edita: Caja Granada. Granada, 2004). Imagen inferior: pruebas del metro de Granada (Foto: Antonio Pérez).

El ferrocarril metropolitano que construye la Junta de Andalucía en Granada invita a viajar hacia principios del siglo pasado, cuando el antiguo tranvía comenzó a recorrer el callejero urbano de la capital y su área metropolitana. Las innovaciones y prestaciones del futuro metro ligero contrastan con las características que entonces ofrecía este medio de transporte eléctrico, que llegó a funcionar hasta la década de los setenta y a cubrir unos 100 kilómetros de recorrido, algunos de ellos por una geografía escarpada que se logró doblegar gracias a obras de ingeniería que desafiaron las limitaciones de la época.

La recuperación y promoción de los tranvías o metros ligeros, aunque en una versión de última generación y con un trazado mixto que puede combinar el trayecto subterráneo con el de superficie, parece un ejercicio de revisión casi obligatorio si de lo que se trata es de concebir y poner en marcha nuevas políticas de transporte sostenible a la medida de ciudades medias y grandes.

En los foros y congresos regionales, nacionales e internacionales que abordan desde hace años la movilidad y el fenómeno urbano, son muchas las voces, tanto de expertos como de representantes públicos, que incluyen al metro ligero en el ramillete de soluciones para las urbes del futuro, para aquellas que todavía no han abordado la implantación de alternativas a los desplazamientos motorizados de sus ciudadanos.

En las que sí se han atrevido a pensar la movilidad de otra manera, como Valencia, Zaragoza o Sevilla, esta opción de transporte es ya una realidad muy presente, integrada desde el punto de vista urbanístico, capaz de transformar el entorno a su paso, plenamente accesible y con alto grado de aceptación de sus habitantes. A este puñado de ciudades sostenibles, que se cuentan por docenas en toda Europa, pertenecerá muy pronto Granada, con un proyecto impulsado por la Junta de Andalucía con una inversión pública de 558 millones de euros, que se encuentra en su fase final de ejecución.

Ese renovado interés de las administraciones públicas por el tranvía en su modalidad más moderna le ha asegurado a dicho modo de recorrer las ciudades y sus alrededores un presente y un futuro, aunque si algo acumula este sistema de transporte es pasado. En algunas ciudades andaluzas, como Granada, esa experiencia ya estrenada se prolongó desde principios de siglo pasado hasta los años setenta, cuando la amplia red de tranvías en funcionamiento dejó de existir y cedió su espacio en el viario público al vehículo privado, que desde la década anterior pugnaba por conquistar las calles, desplazando al resto de usuarios de la calzada.

Recuperación de las vías del tranvía. (Foto: Antonio Pérez)

Los más mayores, sobre todo los que solían transitar por la Puerta Real, Reyes Católicos o la Gran Vía en la Granada de principios del siglo XX, conservan todavía archivadas en su memoria colectiva las instantáneas de ese pasado reciente, de una ciudad pausada atravesada por el tranvía, que aunque no circulaba a una velocidad envidiable sí era considerado por las crónicas de la época como símbolo de modernidad.

Durante gran parte de su existencia, su convivencia fue armónica con peatones y bicicletas, y hasta incluso con los primeros automóviles que comenzaban a exhibir su hegemonía. El ruido, la congestión del tráfico o la polución vinieron luego con la generalización, a partir de la década de los setenta, de un nuevo modelo de movilidad en las urbes y sus áreas metropolitanas, que trasladaron la circulación de personas a las carreteras con el fomento del coche y el uso del autobús como único referente del transporte público colectivo de viajeros.

El metropolitano que construye actualmente la Consejería de Fomento y Vivienda constituye un fiel heredero actualizado y mejorado de este pasado tranviario de Granada, conjugando la eficiencia que ésta llegó a tener con los más vanguardistas avances tecnológicos y de ingeniera para mejorar la prestación de un servicio público a la ciudadanía. En resumen, el metro hará de Granada una ciudad más cómoda, ágil y saludable.