El Consejo de Gobierno ha tomado conocimiento del resultado del cálculo de la huella de carbono realizado por la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul correspondiente a 2022, que señala que dicha consejería ha reducido en un 77% sus emisiones de CO2 respecto a los registros de 2019. En concreto, en 2019 se produjeron 29.144,6 toneladas de CO2 equivalentes (tCO2eq), mientras que en 2022 la cifra fue de 6.719, un total de 22.425 menos.

Así, dado que este año es el cuarto consecutivo de cálculo y que la ratio de emisiones mantiene una tendencia a la baja, la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul puede optar al reconocimiento de la reducción efectiva en el registro y al sello 'calculo+reduzco'. De hecho, Andalucía es la primera comunidad autónoma que inscribe el cálculo de reducción de la huella de carbono de una de sus consejerías en el registro nacional, gestionado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Tras este registro, se gestionará su inscripción en el Registro Andaluz de Compensación de Emisiones.

En concreto, la reducción de emisiones se fundamenta en la contratación de energía con garantía de origen 100% de fuentes renovables y en la sustitución de la flota del parque móvil a 391 vehículos de bajas emisiones, ambas medidas recogidas en el Plan de Reducción 2021-2023. En cuanto a la ratio de emisiones, disminuye un 76,5% respecto a 2019 con un valor de 1,41 tO2eq por trabajador.

De esta forma, la electricidad con garantía de origen renovable 100% ha supuesto que se dejasen de emitir en 2022 un total de 28.411 tCO2eq de emisiones de alcance 2, es decir, aquellas generadas indirectamente por la electricidad consumida. Así, las emisiones de la consejería en su sede son nulas.

Respecto a las emisiones de alcance 1, que son las generadas directamente por fuentes propiedad o controladas por la organización, las más representativas son las derivadas del uso de combustibles fósiles en vehículos. En esta edición, las aeronaves del INFOCA y la flota terrestre contribuyen del mismo modo, siendo responsables cada una de ellas del 47% de la huella. El resto de las fuentes, como instalaciones fijas de calefacción, gases fluorados de equipos de climatización y maquinaria de campo tienen una contribución mínima, no llegando al 6% de la huella total generada.

Por último, las emisiones por desplazamiento en vehículos se han visto reducidas en torno al 9% y las derivadas de consumo eléctrico en un 100%. En cambio, las de la flota aérea aumentan en un 36%, debido fundamentalmente a necesidades operativas por aumento de la superficie forestal afectada por incendios, tendencia mantenida en los últimos años.