El Consejo de Gobierno ha tomado conocimiento de la inversión de 32,1 millones de euros para el arreglo de 552 kilómetros de caminos a través del Plan de Mejora de Caminos Rurales de Andalucía, Plan Itinere Rural. En total, se beneficiarán 291 municipios de las ocho provincias de Andalucía, llegando a las 652 poblaciones y 2.120 kilómetros de vías rurales sumando los diferentes planes aprobados por parte de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural.

Por provincias, la más beneficiada es Granada, con el acondicionamiento de 52 kilómetros de vías rurales de 76 municipios. Le sigue Jaén, con la mejora de 125 kilómetros de caminos en 53 municipios, por un importe de 6,1 M€, así como Almería, donde se restaurarán 82 kilómetros de vías rurales de 47 municipios con una inversión de 5,1 M€.

También es importante la inversión para el resto de las provincias, con Málaga con 49 kilómetros repartidos en 41 poblaciones y algo más de 4,2 M€; Córdoba con 52 kilómetros en 25 municipios y 2,9 M€, así como Huelva, con 47 kilómetros en 20 términos municipales y algo más de 2,4 M€. En Sevilla se mejorarán 37 kilómetros de caminos en 18 municipios, con 2,1 M€, mientras que en Cádiz está previsto el acondicionamiento de 22 kilómetros de 11 poblaciones, con algo más de 1,3 M€.

Teniendo en cuenta también las convocatorias anteriores, correspondientes con el Plan Itinere y el Plan Itinere II, y el actual Plan Itinere Rural, la Junta de Andalucía llega a través de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural con la mejora de caminos rurales a 2.120 kilómetros de vías de 652 municipios de la comunidad.

Estos planes son fruto de la importancia que tienen los caminos rurales para el desarrollo del sector agrario, ya que su estado repercute directamente en el funcionamiento de 230.000 explotaciones agrarias, lo que los hace infraestructuras indispensables para garantizar la productividad, en la medida en que permiten el acceso a los trabajadores, la entrada de insumos y maquinaria, así como la salida en óptimas condiciones de la producción agraria. A ello se suman otros efectos como el de facilitar el tránsito de personas, vehículos y maquinaria, dinamizar el tejido productivo y fijar la población al territorio.