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Los profesionales del Hospital Reina Sofía realizan con éxito el segundo trasplante hepato-bipulmonar a un niño

Este tipo de intervenciones sólo se ha llevado a cabo en tres ocasiones en España, dos de ellas en el hospital cordobés a sendos pacientes infantiles que disfrutan en estos momentos de una satisfactoria función hepática y respiratoria

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Israel García es un niño de 15 años que mañana recibirá el alta médica, dos meses después de haberse sometido en el Hospital Universitario Reina Sofía a un trasplante hepato-bipulmonar, el segundo de estas características que se practica a un paciente pediátrico en este complejo sanitario.

En total, en España se han llevado a cabo tres trasplantes similares, el primero a un adulto en el Hospital La Fe de Valencia, en 2002, y los otros en el Reina Sofía, el primero en 2003 a un niño de 14 años y éste último, que tuvo lugar el 22 de noviembre del pasado año.

La compleja intervención a la que se sometió Israel se prolongó durante unas 13 horas y, gracias a la decisión generosa de la donación y la participación de los profesionales sanitarios, ahora disfruta de una satisfactoria función respiratoria y hepática, puede caminar sin dificultad, ha recuperado peso y en el plazo de unos meses podrá desarrollar una vida normal como la de cualquier niño de su edad. Se alimenta por vía oral y además recibe nutrientes mediante vía enteral por gastrostomía con alimentación nocturna.

Este paciente infantil precisó un doble trasplante por la evolución de la enfermedad que padecía, fibrosis quística, la principal patología genética que lleva a los niños a requerir un trasplante pulmonar. A causa de esta enfermedad, Israel se encontraba en una situación delicada que hacía peligrar su vida, desnutrido, con cirrosis hepática e insuficiencia respiratoria, entre otras complicaciones.

Nuevas ilusiones

Atrás quedó esta etapa y ahora se enfrenta con ilusión a su nueva vida. El pequeño, natural de Daimiel (Ciudad Real), deberá permanecer al menos un mes más en Córdoba porque, aunque recibirá el alta médica mañana, tendrá que seguir los cuidados en el hospital. En este tiempo, el niño y sus padres, residirán en un piso de acogida perteneciente a la Asociación de pacientes con fibrosis quística.

En este sentido, acudirá cada día a la consulta de rehabilitación respiratoria para, con la ayuda de médicos rehabilitadores y fisioterapeutas, optimizar su capacidad física y aprender a respirar con sus nuevos pulmones. Por otra parte, el seguimiento de los neumólogos también precisa, al menos al principio, de una a dos visitas semanales.

Un grupo multidisciplinar de más de medio centenar de profesionales trabajó de forma coordinada con el fin de ajustar al máximo el periodo de isquemia y conseguir los mejores resultados. En esta laboriosa intervención quirúrgica participaron dos equipos trasplantadores, uno por cada órgano. En primer lugar, los cirujanos torácicos implantaron los injertos pulmonares y, acto seguido, desarrollaron su trabajo los cirujanos hepáticos.

Tras el trasplante, el niño pasó un mes y medio, aproximadamente, en la Unidad de Cuidados Intensivos, donde su estancia no estuvo exenta de complicaciones. La principal adversidad se solventó con la colocación de una prótesis metálica en uno de los bronquios principales mediante la técnica conocida como broncoscopia intervencionista, en cuya realización es pionero el servicio de Neumología del hospital.

 

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