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El Hospital Reina Sofía trata con terapias biológicas a unos 200 pacientes con enfermedades reumáticas

El número de enfermos que se benefician de los nuevos fármacos va en aumento gracias a los buenos resultados que permiten en el abordaje de la artritis reumatoide y la espondilitis

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El Hospital Universitario Reina Sofía trata en estos momentos a cerca de doscientas personas con problemas reumatológicos con las nuevas terapias biológicas que han conseguido mejorar de manera significativa el pronóstico de estos pacientes, afectados fundamentalmente por artritis reumatoide y espondilitis.

Los buenos resultados que permiten alcanzar las terapias biológicas han posibilitado un incremento importante en el número de pacientes que se benefician de estos fármacos hasta el punto que, en la primera mitad de año, un total de 44 pacientes nuevos han iniciado estos tratamientos, mientras que en el conjunto de año pasado lo hicieron 34 personas.

Concretamente, el servicio de Reumatología del Hospital Reina Sofía administra cuatro fármacos distintos, según la patología y la respuesta del paciente. Dos de ellos, Infliximab y Rituximab, se aplican en el hospital de día vía intravenosa y los dos restantes, Etanercept y Adalimumab, son de administración subcutánea ambulatoria.

El servicio de Reumatología fue el primero del hospital cordobés en iniciar tratamientos con terapias biológicas hace ya ocho años, una alternativa terapéutica muy esperanzadora para aquellos pacientes que no responden adecuadamente a los tratamientos convencionales. Otras manifestaciones de estas enfermedades que también se benefician de estos tratamientos son la artritis psoriásica y la artritis idiopática juvenil.

Mejor calidad de vida

Dicha medicación facilita que estos pacientes crónicos pasen periodos más prolongados asintomáticos y se reduzcan los brotes de la enfermedad, así como también incide de forma muy positiva en el pronóstico y calidad de vida de los pacientes en quiénes previamente habían fracasado otros tratamientos basados, principalmente, en antiinflamatorios e inmunosupresores.

Las visitas periódicas al hospital de estos pacientes, generalmente cada dos meses, permiten llevar un control exhaustivo de su enfermedad y confirmar los excelentes resultados del empleo de las terapias biológicas. Éstas actúan sobre determinadas moléculas que juegan un papel primordial en el inicio de la enfermedad y en su desarrollo y consiguen atacar a aquéllas que portan el mensaje de la inflamación.

La artritis reumatoide es una enfermedad crónica cuya característica fundamental es una afectación inflamatoria de la membrana sinovial, que se localiza en articulaciones periféricas de forma bilateral y simétrica. Esta inflamación persistente puede conllevar deformidad articular por destrucción ósea y la prevalencia de la enfermedad es del 0.8% de la población, afectando preferentemente a mujeres jóvenes de entre 35 y 50 años.

La espondilitis anquilosante afecta fundamentalmente al esqueleto axial (columna), aunque también puede actuar sobre articulaciones periféricas (sobre todo de miembros inferiores) y en otras estructuras como ojos, intestino y piel, fundamentalmente. Suele afectar con mayor frecuencia a varones jóvenes, de entre 20 a 25 años.

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