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El Reina Sofía gestionó y eliminó más de 100.000 kilos de residuos sanitarios peligrosos este año

El tratamiento de estos residuos y de los considerados radiactivos minimiza el impacto medioambiental y sobre las personas implicadas en su abordaje y garantiza la correcta eliminación de los mismos

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La actividad del Hospital Universitario Reina Sofía relativa a la gestión y eliminación de los residuos sanitarios peligrosos durante los diez primeros meses de 2004 ascendió a un total de 102.471,84 kilos, generados durante el desarrollo de la actividad asistencial e investigadora del centro. Además, con una media de 258 gramos de residuos generados por cama y día este hospital se sitúa dentro de la media andaluza.

El director gerente del complejo sanitario cordobés, José Luis Díaz Fernández, señaló que el tratamiento especial que reciben estos residuos que por su composición pueden conllevar algún riesgo potencial para los trabajadores expuestos o para el entorno persigue “minimizar las afecciones negativas sobre el medio ambiente y para ello se llevan a cabo medidas de prevención en el proceso de manipulación, recogida, almacenamiento, transporte, tratamiento y eliminación de dichos residuos”.

Estas actuaciones se incluyen en el Sistema de Gestión Medioambiental del hospital cordobés que, siguiendo la norma internacional UNE-EN ISO 14000, se constituye como herramienta fundamental para asegurar un adecuado comportamiento medioambiental con la gestión adecuada de los residuos, el control de los consumos de recursos (agua, combustibles y energía), de los vertidos líquidos, las emisiones atmosféricas, los ruidos y el impacto visual.

Verdes, rojos y amarillos

En el bloque de los residuos peligrosos figuran, principalmente, tres grandes grupos donde se incluyen los recogidos en contenedores verdes (material peligroso de carácter sanitario como residuos infecciosos, agujas y otro material punzante y/o cortante, cultivos y reservas de agentes infecciosos y sangre, principalmente), en contenedores rojos (residuos citostáticos) y en los contenedores amarillos (residuos químicos como medicamentos caducados no retirados por los proveedores de los mismos y restos de sustancias químicas tóxicas). En este sentido, de enero a octubre de este año se recogieron 77.368,09 kilos de residuos verdes, 18.713,96 kilos de residuos rojos y 5.034,5 kilos de amarillos.

La cantidad total de residuos peligrosos sanitarios en estos diez meses se completa con 556,5 kilos procedentes de residuos infecciosos de animales de experimentación, 344,85 kilos de tubos fluorescentes, 23,10 kilos de filtros y lodos y 430,85 kilos de placas radiográficas.

En el correcto abordaje de los residuos peligrosos sanitarios participan, principalmente, el personal asistencial que los deposita en los contenedores correspondientes y el de limpieza que se ocupan de llevarlos hasta los cuatro almacenes distribuidos por los distintos edificios del complejo hospitalario (el Hospital Provincial, el Materno Infantil, el Centro Periférico de Especialidades de Avenida de América y Los Morales). Por otra parte, el servicio de Medicina Preventiva es responsable de la formación continua de los profesionales implicados en el proceso de gestión de los residuos.

La gestión siguiente, explica la subdirectora de Servicios Generales Amparo Simón pasa por la recogida de los contenedores por parte de empresa gestora del SAS tres veces en semana y cuyo destino final es la planta de tratamiento de residuos situada en la provincia granadina.

Residuos radiactivos

Los residuos radiactivos (materiales o productos de desecho que contienen o están contaminados con radionucleidos en concentraciones o niveles de actividad superiores a lo establecido legalmente) también precisan de una gestión independiente y de ella se ocupa el servicio de Física y Protección Radiológica del Reina Sofía.

El material radiactivo que se gestiona en el complejo sanitario cordobés puede ser de tres tipos: sólidos y líquidos (que procedenten de material radiactivo utilizado para el diagnóstico y tratamiento de los pacientes y son los más frecuentes) y fuentes encapsuladas, cada uno de los cuales precisa de una gestión residual diferente.

En cuanto a los residuos sólidos, explicó la responsable de Física y Protección Radiológica, María del Mar Soler, “se almacenan hasta su desclasificación cuando la actividad decae por debajo de los valores considerados exentos legalmente y a partir de este momento son tratados como basura convencional, teniendo en cuenta que aproximadamente el 65 por ciento del volumen que se genera decae en unos quince días”. En esta línea, prosiguió la especialista, en los diez primeros meses de 2004 se contabilizaron 327 recipientes para incineración y 187 bolsas de basura convencional.

Los líquidos “se almacenan en depósitos adecuados para tal fin hasta su evacuación cuando esté por debajo de los niveles legalmente establecidos”, a lo que añadió que hasta octubre de este año se evacuaron un total de 2.500 litros.

En el caso de las fuentes encapsuladas, utilizadas para tratamientos y la verificación de equipos de medida de radiación, se conciertan en el proceso de compra que la propia empresa suministradora sea la responsable y una vez fuera de uso devolverlo al país de origen, o bien, se gestiona su retirada por parte de ENRESA. Todos los procedimientos están autorizados por el Consejo de Seguridad Nuclear, que es el organismo competente en seguridad nuclear y protección radiológica.

Finalmente, el Reina Sofía también es responsable de la coordinación de la gestión de residuos peligrosos que se generan en todos los centros provinciales (hospitales y centros de salud) que forman parte del Servicio Andaluz de Salud.

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