Diagnóstico de la población del pinsapo

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Detalle de la hoja del pinsapo

Pinsapo

Aunque su tendencia a largo plazo es regresiva, el pinsapo se encuentra en una fase de expansión en la práctica totalidad de sus núcleos. Esta recuperación se explica porque los factores de amenazada, derivados principalmente de la actividad humana y continuados en el tiempo, se han visto mitigados en los últimos años.

La mayor parte de los pinsapares se encuentran protegidos por la Ley 2/89, por la que se aprueba el Inventario de los Espacios Naturales de Andalucía y se Establecen Medidas Adicionales para su Protección: como Parques Naturales "Sierra de Grazalema" (1984) y "Sierra de las Nieves" (1989) y como Paraje Natural "Los Reales de Sierra Bermeja" (1989). Tanto el Parque Natural Sierra de Grazalema como el Parque Natural Sierra de las Nieves han sido además declarados como Reservas de la Biosfera por la UNESCO en 1977 y 1995 respectivamente.

A nivel europeo, los pinsapares han sido incluidos en la Directiva 92/ 43, relativa a la conservación de los Habitats Naturales y de la Fauna y Flora Silvestres, como hábitat de interés comunitario, para cuya conservación es necesario designar zonas especiales de conservación. De esta forma los pinsapares fueron integrados en la propuesta de Lugares de Importancia Comunitaria (LIC), en el marco de la Red Ecológica Europea Natura 2000.

El carácter endémico del pinsapo, su área de distribución restringida, la dispersión de sus poblaciones y sus exigencias ecológicas, hacen que la especie resulte especialmente vulnerable frente a cualquier factor de amenaza que pudiera producirse. Este hecho justifica su catalogación como especie «en peligro de extinción» en el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas (Decreto 104/ 94 que establece el Catálogo Andaluz de Especies de la Flora Silvestre Amenazadas.)

A pesar de la precaria situación de la especie y su escasa distribución en Andalucía, actualmente el pinsapo se encuentra en fase de expansión en la práctica totalidad de sus núcleos.

Esta recuperación, aparentemente paradójica, se explica porque los factores de amenazada que condujeron a la situación crítica de la especie, los cuales se derivaron principalmente de la actividad humana y fueron continuados en el tiempo, se han visto mitigados gradualmente en los últimos años, gracias a la aplicación de medidas específicas de conservación, a la mejora generalizada en Andalucía de la gestión de los terrenos forestales y a la declaración, de buena parte de su hábitat, como espacios naturales protegidos bajo distintas figuras legales de ámbito regional e internacional.

Nos encontramos con cinco poblaciones importantes:

  • Pinsapar de Ronda: Pinsapar mayoritariamente maduro y estable fitosanitariamente. Presenta daños leves de tipo abiótico en las zonas más altas (nieve, viento, cencellada, helada, etc.) y daños fisiológicos (en ejemplares decrépitos). En el puerto de Quejigales existe gran potencialidad de descalce debido a la erosión. No se presentan episodios moderados o graves por afectación de patógenos y la regeneración natural en general es buena y, puntualmente, abundante y excelente.

  • Pinsapar de Parauta Pinsapar en su gran mayoría adulto que presenta grandes rodales de individuos jóvenes, con muy buen equilibrio sanitario. Se encuentra en expansión. La regeneración en general es buena y puntualmente abundante y excelente. Es preciso reseñar es este sector la existencia de ciertos focos del hongo Heterobasidon abietinum, que afecta a las raíces. Las zonas más virulentas se han localizado en Las Navas de San Luis (cara norte del monte Alcojona). En la zona de La Escalereta se han detectado, de forma esporádica, coleópteros defoliadores y en las proximidades del Pinsapo de la Escalereta (Monumento Natural), lleva activo desde 2003-2004 un foco de Cryphalus numidicus, el cual ha provocado mortandades leves en los años más desfavorables para el pinsapar.

  • Pinsapar de Tolox: Pinsapar maduro en su gran mayoría, con zonas de ejemplares jóvenes y otras regeneradas. Su estado fitosanitario es estable. Al igual que el pinsapar de Ronda presenta daños leves de origen abiótico y por ganado doméstico. El principal problema para su conservación proviene de los incendios acaecidos en los años 80-90, los cuales provocaron decrepitud y dificultad de regeneración natural. Donde no se evidencian los efectos de los incendios forestales la regeneración en general es buena.

  • Pinsapar de Istán – Monda: Pinsapar integrado por pies dispersos maduros y zonas más jóvenes y regeneradas con buen estado fitosanitario. Zona muy afectada por la sequía de mediados de los años 90, que produjo mortandades de hasta el 90% de la masa adulta en focos muy localizados Desde entonces, la regeneración que presenta es bastante buena. En la actualidad muestra pies maduros decrépitos y daños leves de tipo abiótico o provocados por ganado silvestre.

  • Pinsapar de Yunquera – El Burgo: Pinsapar en su gran mayoría adulto, pero con grandes áreas de ejemplares jóvenes, con muy buen equilibrio sanitario en su mayor parte. Pinsapar en expansión. Es de reseñar la existencia de focos localizados de hongos de pudrición radical de Heterobasidium. abietinum, estando los más virulentos localizados en la zona del Caucón. Asociados a estos focos de hongos y en las proximidades se mantienen activos focos de Criphalus numidicus, causando daños leves a moderados en diversas zonas del paraje. En el resto de zonas que formarían esta localización no se han desarrollado episodios reseñables. La regeneración que presenta en general es buena.

Pinsapar mayoritariamente adulto, complementado con zonas más jóvenes y con muy buen equilibrio sanitario. Su regeneración es buena y se encuentra en expansión. El principal problema para su conservación proviene de las lluvias y nieblas ácidas sufridas en la década de los sesenta, provocadas por el polo químico de Guadarranque-Palmones, que debilitó la masa haciéndola más vulnerable al ataque de patógenos o agentes abióticos.

Pinsapar adulto de densidad alta-media, con numerosas áreas de individuos jóvenes y de regeneración. Se valora como estable desde el punto de vista fitosanitario, con buena regeneración (abundante y excelente en muchos puntos). Sólo se han detectado afecciones leves y puntuales de Cryphalus numidicus, Heterobasidon abietinum y Dioryctria aulloi.

En el pasado, las principales amenazas de los pinsapares venían derivadas de la tala, el carboneo y la posterior falta de regeneración derivada del sobrepastoreo. La tendencia de estos factores de amenaza ha evolucionado muy en positivo a lo largo de las dos últimas décadas como consecuencia de una gran variedad de factores (mejora generalizada de la gestión forestal, protección del hábitat de la especie, puesta en marcha de programas de recuperación y conservación, regulación de usos, actividades y aprovechamientos, etc.), hasta el punto en el que en la actualidad son, en gran medida, otros procesos y riesgos los que comprometen la conservación de la especie.

Incendios forestales

Los incendios forestales pueden considerarse, sin lugar a dudas, como el mayor peligro para los pinsapares. El pinsapo no se ha visto afectado por esta causa recientemente, pero presenta una enorme vulnerabilidad al fuego debido a su escasa área de distribución y a otros factores de tipo biológico, entre los que puede destacarse: que sus semillas no germinan o que sus troncos no rebrotan tras un incendio. Todo esto hace muy difícil su regeneración natural tras el paso del fuego.

Sobrepastoreo

El sobrepastoreo tuvo una incidencia muy negativa en el pasado, siendo en muchos casos la causa principal de la regresión de la especie. A partir de la década de los sesenta, debido a que la actividad ganadera se redujo considerablemente, se produjo una regeneración de estos bosques y en la actualidad no representa, en apariencia, ningún problema, aunque siempre es un factor que debe estar presente en la gestión de los pinsapares. De hecho, cuando los herbívoros se encuentran en una densidad adecuada a la capacidad de carga aportan efectos positivos al ecosistema, ya que reducen la competencia que suponen para las plantas de generación lenta, como el pinsapo, aquellas otras de crecimiento más veloz.

Aislamiento de poblaciones

El carácter relicto y endémico del pinsapo hace que sus poblaciones se encuentren localizadas en zonas con características ecológicas muy particulares, hecho que facilita en gran medida su aislamiento. La discontinuidad espacial de los pinsapares supone un riesgo importante desde el punto de vista genético. A ello hay que añadir la escasa flotabilidad del polen, que agrava significativamente el problema y deriva en la reducción de la capacidad de respuesta frente a otro tipo de amenazas.

Modificación del hábitat

El pinsapo posee una escasa plasticidad ecológica a consecuencia de encontrarse asociado a hábitats con características muy específicas y, por tanto, resulta muy vulnerable a la alteración a la que su entorno se encuentra sometido. El calentamiento global también es responsable de la alteración del hábitat a través de la modificación del régimen de precipitaciones y el aumento de las temperaturas lo que, en la práctica, se traduce en una disminución del hábitat disponible en el gradiente altitudinal y obliga a los pinsapos a refugiarse en zonas de mayor altitud.

Enfermedades y plagas

Los agentes patógenos más importantes del pinsapo son los hongos Armillaria mellea y Heterobasidon annosum y los insectos Dioryctria aulloi y Cryphalus numidicus. Los chupadores Mindarus abietinus y Chionaspis barbeyi también repercuten negativamente aunque los daños causados parece que no revisten gravedad. Los hongos actúan pudriendo las raíces mientras que el insecto D. aulloi ataca a las yemas terminales, lo que deforma el porte y ralentiza el crecimiento de la planta, al tiempo que favorece el ataque de otros patógenos. En general disminuyen la capacidad reproductiva del árbol, limitando su regeneración natural. C. numidicus es un insecto perforador, aún más dañino, que ataca al tronco y a las ramas y produce finalmente la muerte del árbol. Las variaciones climatológicas influyen significativamente sobre la incidencia de estos patógenos. Los períodos de nevadas cortas, sequías prolongadas o el aumento de las temperaturas actúan debilitando a los árboles. Este factor de debilidad añadida favorece el desarrollo de plagas, singularmente de insectos escolítidos, entre los que destaca C. numidicus. Las plagas que afectan al pinsapo son mayoritariamente exclusivas de la especie.

Hibridación del pinsapo

El pinsapo ha despertado, desde mucho tiempo atrás, un gran interés ornamental como planta de jardinería o como árbol de Navidad. Este interés existe tanto en un ámbito local como en otro mucho más amplio. Debido a la demanda tan alta de pinsapo para su uso en jardinería, los comerciantes se han visto con la necesidad de importar ejemplares de otras especies de abetos circunmediterráneos o de variedades híbridas. Esto representa una amenaza potencial para el acervo genético de los pinsapares naturales andaluces, ya que el riesgo de hibridación y la aparición de ejemplares fértiles se valora como elevada. Un caso conocido es la presencia del híbrido Abies x masjoanis (Abies alba x Abies pinsapo) que, procedente de producciones catalanas, está llegando en número importante a los viveros de la zona rondeña, es decir, a la zona de distribución natural del pinsapo. Ello representa un peligro potencial de contaminación genética, dado que el nuevo híbrido produce piñas estériles y fértiles.

Estructura de los pinsapares

Varias de las poblaciones de pinsapar tienen un marcado carácter monoestructural, lo que supone un alto riesgo de propagación de enfermedades y, con ello, una reducción en la capacidad de reproducción. Esto a su vez conduce a la disminución de la tasa de reclutamiento y, consecuentemente, al envejecimiento de las poblaciones, con los consiguientes problemas de conservación derivados.

Contaminación

Las emisiones continuas de óxidos de azufre y nitrógeno provenientes de núcleos urbanos, industrias y/o centrales térmicas en las áreas de influencia de los pinsapares, según se desprende de distintos estudios realizados sobre la deposición de estos elementos en bosques de similares características ecológicas, podrían tener también consecuencias negativas sobre estos ecosistemas (ozono, lluvia ácida y síndrome de saturación de nitrógeno), que aún precisan ser evaluadas adecuadamente.