Misales entre costuras. Fragmentos desechados con una segunda oportunidad

El Archivo Histórico Provincial de Sevilla destaca como Documento del mes de noviembre, una de las curiosidades que conservan los fondos del Archivo Histórico Provincial de Sevilla. Se trata de la aparición de un conjunto de documentos, reutilizados como guardas de índices de protocolos notariales, que corresponden a libros litúrgicos anteriores al Concilio de Trento.
Los Reyes Católicos establecieron, mediante la pragmática de 1503, la obligación de los escribanos de guardar las escrituras matrices de los negocios jurídicos que pasasen ante ellos, debiendo encuadernarlos por años. El material utilizado normalmente para realizar estas encuadernaciones era el pergamino, pero su elevado coste hizo que se extendiera la práctica de utilizar restos de libros y documentos desechados, normalmente obtenidos de la venta efectuada por traperos, para confeccionar dichas guardas. De esta forma, una vez perdida su utilidad primigenia, la documentación desechada adquirió una nueva función y una segunda oportunidad, y gracias a esta práctica de reciclaje, se han podido recuperar documentos como los que ahora presentamos.
Los técnicos del Archivo Histórico Provincial de Sevilla han procedido a su identificación, descripción y reinstalación adecuada de estos “fragmenta”, para su adecuada conservación y difusión.
El conjunto de documentos expuestos corresponde a tres fragmentos de un misal identificado y atribuido por Clive Griffin a Jacob Cromberger, fechado entre 1516 y 1520. Dichos fragmentos fueron reutilizados como guardas de índices de protocolos notariales de los años 1581 a 1590, correspondientes al oficio 19 del escribano Gaspar de León Garabito.
Se ha querido completar la muestra con otros tres fragmentos de libros litúrgicos, esta vez manuscritos y con notación musical, procedentes de protocolos notariales y que sirvieron al mismo fin.
La imprenta. Un invento revolucionario
La aparición de la imprenta marcó un hito revolucionario para el desarrollo de la circulación y difusión de ideas, al permitir la obtención de múltiples copias de los textos e imágenes. El incremento de la demanda de libros por parte de de las universidades y de la burguesía, grupo en aumento asociado al comercio, es un fenómeno que se encuentra relacionado, a su vez, con el movimiento humanista del Renacimiento y el comercio con el nuevo mundo.
La Iglesia desempeñará también un papel fundamental en el desarrollo de la producción tipográfica de libros y en la difusión de textos sagrados. Es necesario recordar que los cambios sufridos en la liturgia y la revisión del Breviario y el Misal establecidos en el Concilio de Trento (1563), conllevaron la destrucción y desaparición de muchos libros litúrgicos que ya no se adaptaban a las nuevas disposiciones. El estudio de cada fragmento, supone una pequeña aportación para reconstruir y conocer su historia.
La imprenta en Sevilla
Sevilla, importante enclave comercial abierto al comercio con Indias, se convirtió en un destino atractivo para quienes deseaban dedicarse al oficio de la imprenta. Ésta se encuentra documentada en la urbe desde 1477, con Antonio Martínez, Bartolomé Segura y Alfonso del Puerto imprimen. Otros impresores acudirán a Sevilla a la búsqueda de posibilidad de negocios, como los conocidos como “Compañeros alemanes” (Pablo de Colonia, Juan Pegnitzer, Magno Herbst y Tomás Glockner), Mernardo Ungut, Stanislaus Polonius; y Pedro Brun, que trabajará asociado con Juan Gentil.
Hacia 1502 llega a Sevilla el iniciador de una exitosa dinastía de impresores, Jacob Cromberger, discípulo de Mernardo Ungut. En 1511 estableció su propio taller en la actual calle Pajaritos de Sevilla. Su hijo Juan, llevó la imprenta al Nuevo Mundo, estableciéndose en México.
Libros litúrgicos. Los misales.
El Papa Pio V, trató de unificar el culto romano ordenando la obligatoriedad del uso de la nueva edición del Misal romano, el denominado como “Nuevo Rezado”, en toda la Iglesia occidental. Este hecho supuso la necesidad para las diócesis de dotarse de misales adaptados a las nuevas disposiciones, así como el desecho de aquellos otros que resultaban inadecuados. Diego de Deza, arzobispo de Sevilla, concederá a Jacob Cromberger la exclusividad para imprimir libros litúrgicos en la Diócesis.
El misal que protagoniza este documento del mes, presenta tipografía gótica, en doble columna, a 33 líneas, con caja de escritura de 80 mm, en tintas negra y roja. Constituye una buena muestra de la pericia y el alto nivel estético alcanzado por el impresor, tanto en el uso de la elegante tipografía como en la combinación de las ilustraciones y decoraciones.