Altar y Fanal del Calvario. Convento de Santa Inés, Sevilla.
Información general
Grupo escultórico atribuido a Cristóbal Ramos
La información sobre esta intervención está extraída del informe de ejecución.
Descripción del bien
El fanal, o vitrina, del Calvario se ubica en uno de los altares de las galerías del claustro principal o del Herbolario, donde destaca bajo la estructura de un dosel y ante un fondo pictórico de cortinajes toscamente ejecutado sobre una tablazón de madera. La flanquean otras dos vitrinas secundarias sin relación aparente con la principal, si bien no conocemos el contenido original de las mismas.
El fanal está construido en madera de pino tallada, dorada y policromada. En el interior las esculturas son de barro cocido policromado –a excepción de la figura de un esqueleto, de madera tallada y policromada- y las vestiduras de los personajes son telas encoladas doradas y estofadas. Más allá de su función conservadora, el fanal se configura como un elemento esencial sin el que la escultura no puede entenderse, ya que a su estructura se amolda el entorno de las figuras y su fondo paisajístico, conformados por materiales frágiles o de débil consistencia: espejo, papel, cartón, tela...
La escena representada, que tiene lugar en el Monte Calvario, no constituye un episodio canónico, no es una simple Piedad, si bien éste es el tema central. El nombre otorgado por la propia comunidad monástica, La gloria en duelo, es el que más se ajusta a lo que representa el grupo, el amargo lamento de la jerarquía celeste.
En la parte inferior, encontramos a Satanás y la Muerte, representada como esqueleto, flanqueando una inscripción. En el centro, a los pies de la cruz, Cristo muerto sobre la Virgen rodeado de cinco pequeños ángeles pasionarios, y con los siete arcángeles entorno: tres, a su derecha y cuatro a su izquierda; todo ello sobre el perfil de la ciudad de Jerusalén. Por último, en la parte superior, el artista ha instalado un rompimiento de gloria, con Dios Padre y el Espíritu Santo reluciendo entre un sinfín de ángeles que revolotean entre nubes.
Datos históricos
Los grupos escultóricos de pequeño tamaño insertos en vitrinas, de los que este conjunto es un destacado ejemplo, comienzan a desarrollarse en el siglo XVIII en el contexto de los cenobios femeninos sevillanos, extendiéndose hasta bien entrado el siglo XIX. A falta de documentación escrita sobre la obra, algunos autores la atribuyen al escultor Cristóbal Ramos; otros la sitúan más cerca de las composiciones de Montes de Oca.
El estilo barroco tardío del fanal parece anterior a la estética del fondo de altar, lo que, unido a la muy diferente técnica de ejecución, hace pensar que probablemente la ubicación original del fanal no fuera la actual.
Estado previo
Al estar situado al exterior, el altar estuvo expuesto a lo largo de los años a condiciones medioambientales muy adversas. Durante el periodo de tiempo que duró la intervención se constataron fluctuaciones muy bruscas de la humedad relativa. Los movimientos de la madera debieron de ser continuos, como indicaban las faltas de adhesión de todos los estratos polícromos entre sí y con respecto al soporte, y los pronunciados cuarteamientos con bordes levantados y situación de inestabilidad. En el interior de la vitrina los daños de este tipo eran menores.
La ubicación facilitaba también la acción degradante de la luz natural, que fue provocando la decoloración de las policromías y contribuyendo al debilitamiento de las colas empleadas en los ensambles, causando inestabilidad y desprendimiento de piezas. En el interior de la vitrina, las decoloraciones y distorsiones cromáticas se veían favorecidas por el escaso espesor de las carnaciones de las figuras; los soportes celulósicos, muy sensibles a la exposición a la luz natural, habían perdido resistencia, lo que se tradujo en roturas, pérdidas de algunos fragmentos y fragilidad generalizada.
El polvo y la suciedad oscurecían las superficies y ocultaban los acabados, además de captar y retener la humedad, condiciones favorables para estimular la proliferación de xilófagos, de los que se localizaron pequeños focos.
Un factor claramente negativo en la conservación de la obra fue la supresión de las cortinas que durante muchos años la protegían. La función de estas cortinas consistía principalmente en amortiguar los efectos nocivos de la luz solar y reducir la acumulación de polvo. Su eliminación, hace aproximadamente unos quince años, había acelerado los procesos de deterioro.
Las limpiezas y manipulaciones inadecuadas habían causado en el mueble desgastes y abrasiones de la lámina de oro y de su capa polícroma e incluso pérdida de todos los estratos. En el interior, en los soportes de barro cocido, eran frecuentes las fracturas y las adhesiones de los fragmentos con métodos inadecuados y en posiciones erróneas; también abundaban las piezas sueltas o a punto de desprenderse. Finalmente, el soporte de vidrio pintado del paisaje de fondo se encontraba roto, con una fisura en sentido transversal.
Descripción de la intervención
Tomando en consideración el estado de conservación general de la obra a la hora de elegir un criterio de intervención, las actuaciones encaminadas a la preservación material de la obra primaron sobre las destinadas a su reintegración.
Los tratamientos aplicados fueron los siguientes:
Fanal: fijación de los estratos polícromos, consolidación estructural, limpieza de la suciedad acumulada en las policromías y soportes, reintegración cromática imprescindible para conseguir una lectura homogénea y aplicación de estrato de protección.
Grupo escultórico: fijación puntual de los estratos polícromos, adhesión de gran cantidad de elementos desprendidos y recolocación de los mal adheridos, limpieza de la suciedad acumulada empleando métodos basados en sistemas acuosos, eliminación de acumulaciones de protectores originales alterados mediante disolventes, reintegración cromática mínima y, por último, aplicación de un estrato de protección que ha respetado en cada momento el matiz o brillantez de las técnicas policromas originales.
Finalmente, como medida preventiva básica, se volvieron a colocar las cortinas que originalmente protegían la obra de la luz solar y reducían la acumulación de polvo y suciedad.
Equipo de trabajo:
Rocío Campos de Alvear, restauradora.
M. Ángeles Arjona Guajardo-Fajardo, restauradora.
Informe de ejecución:
Responsable: Rocío Campos de Alvear, restauradora.
Estudio histórico: Escardiel González Estévez, historiadora; Pedro M. Martínez Lara, historiador.
Análisis químico-físico: María Luisa Franquelo Zoffmann, Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla.
Estudio fotográfico: José Manuel Santos Madrid, fotógrafo; Rocío Campos de Alvear, restauradora.
Estudio gráfico: Rocío Campos de Alvear, restauradora.